El fútbol toca fondo. La agresión a los jugadores de River con una sustancia irritante fue un hecho digno de un ataque terrorista. Produjo los propósitos de este tipo de acciones, propias de las organizaciones terroristas: temor, impunidad y depresión generalizada, todo irradiado en directo por la televisión.

Aseguran las crónicas que fue “gas pimienta”. Fue todo un símbolo de lo que se tradujo en la Bombonera. La violencia contenida por parte de los hinchas y la actitud hipócrita de la dirigencia de pretender soslayar el hecho. Mientras tanto, la AFA había declarado la suspensión del fútbol en Argentina en señal de luto por la muerte desafortunada del jugador Emanuel Ortega.

“Tras la escandalosa suspensión existen dos posibilidades: que River clasifique directamente a cuartos de finales, o que el sábado se juegue el segundo tiempo en Vélez o Racing, sin público. Hoy lo define la Conmebol”, señala Jornada bajo el título: “Vergonzoso”.

“Vergonzoso y violento desenlace tuvo el superclásico”, es el título de Uno.

“Boca-River suspendido: escándalo y un papelón interminable”, expresa Los Andes en toda la extensión de su primera plana.

“Vergüenza: agredieron a jugadores de River y se suspendió”, puntualiza Vox.

Fiel a su estilo, MDZ Online, tras un hecho que duró más de dos horas, terminó desplegando ocho contenidos que ocupó sendas portadas de su home.

En tanto, la versión digital de El Sol muestra dos grandes portadas: una de ellas, destinada a la crónica y a la galería de fotos que muestra el peregrinaje de los jugadores de River tras el ataque.