En Argentina, con baja confianza en los medios, solo el 11% paga por noticias online
El ecosistema mediático global y nacional está en crisis. El avance de la IA generativa pone en duda los modelos para subsistir. Mientras tanto, en un escenario polarizado, la calidad de la información que circula está en duda. Según el Digital News Report 2025, en el mundo del streaming, los medios tradicionales todavía tienen el desafío de luchar por conectar con el público a través de contenido de calidad.

El público es uno de los grandes perjudicados cuando abunda la desinformación. Imagen generada con ChatGPT
Si hay un hecho reciente que modificó el escenario mediático en Argentina fue la llegada a la presidencia de Javier Milei. La victoria de La Libertad Avanza (LLA) cambió reglas de juego; sin embargo, hay un índice que no se ha modificado mucho en los últimos cinco años: el bajo nivel de confianza en las noticias en general. En un contexto mediático convulsionado y polarizado, con una torta publicitaria más escasa y diversa, hay un dato que destaca: solo 1 de cada 10 personas elige pagar por contenido noticioso.
El dato surge del Digital News Report que elaboran año a año el Instituto Reuters y la Universidad de Oxford. El informe alcanzó en 2025 a casi 100 mil personas encuestadas en 48 países (en Argentina, la muestra fue de 2000 personas). El alcance y la calidad del análisis lo convierten en una verdadera radiografía del ecosistema mediático mundial.
Ese ecosistema, en Argentina, tiene la marca de Milei: en su dinámica con más de un año y medio en el poder, con recortes de gastos y la famosa motosierra pasando por medios públicos, con la reducción de la pauta oficial y sus habituales insultos a periodistas en redes sociales. “En un entorno profundamente polarizado, donde los medios están a favor o en contra del Gobierno, el interés público por las noticias disminuye y las audiencias buscan fuentes no tradicionales, como videos online en vivo”, dice el capítulo argentino del informe, firmado por Eugenia Mitchelstein y Pablo Boczkowski.
Según el resumen para la Argentina, “el Gobierno polariza a los medios (algunos a favor y otros en contra) y así continúa una tendencia que se estableció durante administraciones anteriores, particularmente con la de Cristina Fernández de Kirchner. Pero esta polarización no ha generado un aumento del interés por las noticias: más bien ha provocado niveles incluso más bajos de involucramiento. En 2017, el 77 % de los argentinos y las argentinas decían estar extremadamente o muy interesados en las noticias; en 2025, solo el 42 %. Menos de un tercio confía en los medios en general”.
Así, podríamos decir que la marea mediática argentina, siempre intensa y dinámica, muestra en informes como el de Reuters que las tendencias mundiales impactan de manera particular en el escenario local, donde las señales de noticias tienen gran relevancia, pero el índice de confianza es una muestra de que ese escenario mediático está en crisis.
Menos confianza y el desafío de conseguir suscriptores
La crisis de los medios tradicionales no es para nada nueva. Empresas de medios que imprimen diarios a lo largo y ancho del país dan de baja sus ediciones en papel y el mercado tiende a centralizarse en los grandes medios de la Ciudad de Buenos Aires. Aun así, diversas empresas mediáticas y emprendimientos intentan no naufragar y buscan alternativas al ritmo de los avances tecnológicos y de consumo. A pesar del avance de las redes sociales, del dominio de los formatos audiovisuales y de la intervención (cada vez más determinante) de la IA generativa, el dato para el mercado local es que tres cuartas partes de las personas encuestadas acceden a las noticias online y más de la mitad usa las redes sociales para informarse.
En este escenario desafiante, los medios tradicionales y los nativos digitales tienen la obligación diaria de sobrevivir. Una salida viable fue, en su momento, el modelo de suscripción y pago por el acceso a contenido noticioso. Si bien este sistema de pago ha funcionado para algunos medios, también ha entrado en un amesetamiento peligroso. Destaca el informe respecto de Argentina: “Los medios digitales adoptan cada vez más las suscripciones como fuente de financiación, pero solo el 11 % de nuestros encuestados declaró que paga por noticias online. A principios de 2025, los medios digitales más consumidos semanalmente son Infobae, con el 34 %, y el sitio web y las aplicaciones del canal de noticias por cable TN, con el 31 %. Ninguno de ellos tiene suscripción”.
¿En todos los países es así? No. Según el promedio de los 20 países más ricos, el porcentaje que paga se ha mantenido estable en el 18 %. En la punta de esa escala están Noruega (el 42 %), Suecia (el 31 %) y Australia (el 22 %).
Según el reporte, distintos factores influyen en esta baja confianza:
-Polarización política: la grieta no ha generado un aumento del interés, sino que ha provocado niveles incluso más bajos de involucramiento y confianza;
-Auge de influencers de las noticias: hay personalidades destacadas en las redes sociales que eluden cada vez más a la prensa tradicional a la hora de difundir contenido noticioso. A su vez, referentes de la política también se suman a esta tendencia y empiezan a priorizar sus apariciones en canales de difusión más afines a sus ideas. Surgen los “medios partidistas amistosos”, donde no hay una perspectiva crítica de los hechos;
-Riesgo de desinformación: con el domino de influencers de las noticias en la agenda mediática, crece el riesgo de desinformación. A la difícil lucha contra la divulgación de fake news, se sumó el número cada vez más elevado de personalidades de las redes que comparten contenido de baja calidad o dudosa veracidad. Asimismo, se detecta desfinanciamiento de organizaciones dedicadas a la verificación de datos (en Argentina, chequeado.com es un ejemplo);
En resumen, el Digital News Report 2025 brinda un dato preocupante, ya que indica que más de la mitad de la gente a nivel global (el 58 %) muestra inquietud por su capacidad para distinguir qué es verdadero y qué es falso al consumir noticias online, una cifra similar a la del año pasado y 4 puntos porcentuales más alta que en 2022.
Nuevo viejo escenario
Con el teléfono en la mano y scrolleando redes sociales: esta parece ser la forma dominante en la que nos informamos. Van las cifras más recientes: casi el 40 % recurre a Facebook (la poderosa red de Meta que mantiene su fortaleza), y el 35 %, a Instagram. Por otro lado, WhatsApp muestra un declive y la plataforma X, comparativamente más politizada, es una fuente de información solo para el 12 %.
“Al tiempo que los medios tradicionales decaen, hay fuentes alternativas que prosperan. El video online en vivo, que combina noticias y entretenimiento, surgió durante la pandemia y continúa creciendo”, dice el informe, y remarca que ya el 8 % de la población menciona como fuente informativa a Luzu TV: su canal de YouTube cuenta con más de 2 millones de suscriptores, mientras que su principal competidor, Olga, suma más de 1,5 millones.
En Argentina, el mundo del streaming golpeó el mercado con fuerza y todo indica que pasó a ser parte de nuestros consumos diarios, potenciado por la proliferación en los hogares de smart TV. Este fenómeno, con la imagen como gran dominante, favoreció a medios digitales pequeños y emisoras de radio, “que han seguido el mismo camino y transmiten por internet programas de debate, que son populares y menos costosos de producir que el periodismo tradicional”.
En este escenario, y volviendo al inicio de esta nota, el gran desafío es cómo sobrevivir comercialmente y ser sostenibles en el tiempo. Hay variadas experiencias (algunas muy exitosas) que “fomentan la creación de comunidades a través de interacciones en persona con presentadores y celebridades; algunos incluyen shows musicales en vivo”. Pero, finalmente, los balances indican que “su principal fuente de financiación sigue siendo la publicidad, directamente en sus canales y a través de las redes sociales”.
Finalmente, una gran pregunta que surge es cómo harán los medios para subsistir, aunque se suma una problemática más: cómo harán para subsistir haciendo periodismo profesional, de calidad, que necesita de recursos para sostenerse. Si bien no hay una única respuesta sobre qué estrategia tomar, hay una advertencia clara: si bien la automatización vía IA puede reducir costos, las audiencias demandan contenido que no sature, prefieren titulares que eviten el sensacionalismo. A la vez, exigen "más imparcialidad, más rigurosidad, más transparencia y, sobre todo, más cantidad y calidad de periodismo original". Así, el desafío es adoptar la tecnología sin comprometer los valores periodísticos esenciales.
Acá podés leer el informe completo (versión en inglés)
Fuente: Reuters Institute - Digital News Report 2025
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