Estudian cómo el crecimiento urbano desordenado afecta a los arácnidos del piedemonte

Tienen un rol clave en los ecosistemas. Son sensibles a cambios ambientales, lo que los convierte en buenos indicadores ecológicos y animales útiles para evaluar el impacto de la urbanización en los ecosistemas. La investigación está a cargo de una especialista del Conicet.

Estudian cómo el crecimiento urbano desordenado afecta a los arácnidos del piedemonte

En zonas naturales del piedemonte mendocino se encuentran especies nativas que desaparecen al llegar a la ciudad. Foto: Conicet

Investigación

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Publicado el 22 DE JULIO DE 2025

Los arácnidos son una clase de artrópodos que comprende diversos grupos, como arañas, escorpiones, ácaros, solífugos y opiliones, entre otros, y desempeñan un rol clave en los ecosistemas como depredadores generalistas. Ayudan a controlar poblaciones de insectos, incluidos vectores de enfermedades o especies invasoras. Sin embargo, el cambio de uso del suelo por el avance de la urbanización hacia zonas naturales genera pérdida de cobertura vegetal, fragmentación de hábitats y altera el equilibrio ecológico: especies nativas desaparecen y otras cosmopolitas las reemplazan. El piedemonte mendocino no es ajeno a esta problemática y la expansión urbana no planificada ha provocado una pérdida significativa del ambiente natural.

Julieta Ledda es especialista del Conicet en el Laboratorio de Entomología del Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas (Iadiza, Conicet-UNCUYO-Gobierno de Mendoza). En su estudio, analiza cómo el crecimiento urbano desordenado está afectando a los arácnidos y a la biodiversidad en general.

“El piedemonte nos otorga beneficios como la regulación climática, ya que la vegetación nativa actúa como barrera frente a la erosión del suelo y aluviones y, a la vez, provee hábitats para artrópodos benéficos que ayudan al control biológico. La disminución del ambiente natural debido al avance de la urbanización afecta directamente estos beneficios. En mi caso, mi objeto de estudio son los arácnidos, que se ven afectados debido a que hay una pérdida de su propia biodiversidad, menor abundancia y un cambio notable en la composición de especies”, comentó la científica.

Según la especialista, los arácnidos son sensibles a cambios ambientales, lo que los convierte en buenos indicadores ecológicos y los hace útiles para evaluar el impacto de la urbanización en los ecosistemas. En zonas naturales del piedemonte mendocino se encuentran especies nativas que desaparecen al llegar a la ciudad. Tal es el caso de Leprolochus birabeni (una araña que se alimenta exclusivamente de hormigas) y de una especie de solífugo de la familia Mummuciidae, que está en la zona natural y desaparece en zonas urbanas. Por el contrario, en áreas urbanas prosperan especies cosmopolitas e invasoras, desplazando a las nativas.

“Disminuir la estructura de la vegetación en zonas urbanas, por el tipo de manejo en los jardines, hace que especies nativas de arácnidos se vean desfavorecidas. Por eso, proponemos fomentar jardines con vegetación nativa o con una estructura más compleja, que permita conservar la fauna local y competir con las especies cosmopolitas”, señaló Ledda.

Julieta Ledda es especialista del Conicet en el Laboratorio de Entomología del Instituto Argentino de Investigaciones de las Zonas Áridas. Foto: Conicet

La llegada de especies nuevas a la ciudad se ve favorecida también por obra del ser humano, ya sea mediante la construcción de rutas, el aumento del porcentaje de pavimento en la ciudad o el transporte de una zona a otra. “Un ejemplo es el de Tityus carrilloi, un escorpión de interés sanitario que hasta hace unos años no estaba en Mendoza. Se cree que ha ingresado con el transporte de madera desde otras zonas del país. Aunque es una especie que no se dispersa fácilmente, puede establecerse en algunos puntos urbanos. Mi proyecto de tesis doctoral busca, entre otras cosas, ampliar el conocimiento sobre la distribución de esta especie en la provincia y conocer los efectos que puede generar en la población. Aunque se trata de un escorpión de interés sanitario, los registros de picaduras en Mendoza no parecen tener la misma gravedad que en otras regiones del país”, afirma la becaria.

Algunas arañas logran desplazarse a grandes distancias mediante un fenómeno conocido como ballooning: liberan un hilo de seda que es arrastrado por corrientes de viento y que les permite colonizar nuevos espacios. Gracias a esta estrategia, logran desplazarse y llegar a nuevos lugares, incluso a zonas urbanas. Mientras que para muchos otros organismos las ciudades son una barrera —por el cemento, la disminución de vegetación o la fragmentación del ambiente—, algunas arañas cosmopolitas pueden establecerse en rincones húmedos o en estructuras de las ciudades que les sirven de refugio.

Este trabajo tuvo como objetivo caracterizar a la comunidad de arácnidos (abundancia, riqueza y composición específica) en sitios con distinto grado de urbanización del piedemonte del Gran Mendoza. Los primeros resultados muestran que tanto la abundancia como la riqueza y diversidad de arácnidos fue mayor en la zona natural, con una abundancia cercana al triple de la registrada en la ciudad. Además, la composición específica fue diferente entre ambientes urbanos y naturales.

“En estos primeros resultados, nos sorprendió bastante la amplia diferencia que hay en la abundancia y composición de especies: las especies urbanas son principalmente cosmopolitas, que toleran y prosperan en ambientes modificados por el ser humano; esto implica un desplazamiento de las nativas”, señaló la especialista.

Ledda afirma que otra parte importante del proyecto, además de conocer cómo cambia la comunidad de arácnidos, es analizar cuál es la percepción que tiene la gente en este gradiente de urbanización, para fomentar una mejor relación entre las personas y la biodiversidad urbana.

Foto: Conicet

"Además de generar conocimientos ecológicos, también queremos estudiar la percepción que tiene la población en este gradiente urbano-natural. La idea es que estos conocimientos, en conjunto, puedan contribuir en el futuro a mejorar la relación de las personas con los arácnidos y la biodiversidad local. Para ello, apostamos a la educación ambiental como una herramienta clave para acercar este conocimiento a la sociedad, incluyendo a educadores y tomadores de decisiones. No se trata solo de concientizar, sino también de fomentar estrategias de manejo urbano que favorezcan la conservación de lo nativo. En ese marco, promovemos el uso de herramientas de ciencia ciudadana accesibles al público general, como la aplicación para celular '¿Es araña o escorpión?' (Cepave, Conicet -UNLP), que permite identificar especies a partir de una foto y saber si tienen o no interés sanitario. Esta app, pensada para ciudadanos urbanos, incentiva la participación activa en la observación, el registro y la valoración de la fauna local”, explicó la especialista.

Fuente: Conicet Mendoza

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