Murió la osa Mirtha, uno de los animales más queridos por su carisma por parte del personal del Ecoparque que la cuidaba diariamente. Tenía aproximadamente 27 años de edad, por lo que era una de los dos osos pardos más ancianos del ex-Zoo. Hace días comenzó a decaer su estado de salud, que fue supervisado con atención personalizada hasta el último minuto. Fue un cuidador quien alertó que Mirtha manifestaba un cuadro de parálisis parcial. 

Desde la dirección del paseo se venía trabajando en las modificaciones necesarias en el recinto de la osa para permitirle permanecer lo más cómodamente posible, mientras le suministraban los medicamentos y le facilitaban el acceso a la comida para intentar su recuperación. Además, se instaló un sistema de calefacción para mantener a Mirtha seca, dado que, por su impedimento físico, se mojaba el cuerpo al intentar tomar agua.

La directora de Ecoparque, Mariana Caram, declaró: “Hace dos años, Mirtha mostró un cuadro similar, del que logró salir gracias a la gran dedicación de Néstor Gómez, su cuidador de muchos años. Néstor siempre mantuvo su recinto confortable, con una cama de pasto que cambiaba a diario y con el hábitat limpio y seco. También mejoró el sistema para que pudiera tomar agua más fácilmente y colaboró con el cuerpo veterinario para realizar los controles necesarios y lograr que Mirtha tomara los medicamentos”.

“Así, el animal –agregó Caram– logró salir a flote muy bien. Aunque mantuvo su espíritu activo y respondió a Néstor hasta el último día, hoy decidió descansar. Tenemos la tranquilidad de que tuvo todo el cuidado, cariño y acompañamiento posibles en este tiempo. Se estudian aún en detalle las causas, que tienen que ver posiblemente con algunas lesiones en la columna, las que sumadas a su edad avanzada, habrían contribuido a este desenlace”. La directora también detalló que, al inicio de su gestión, se construyó especialmente una pileta en su recinto para ayudar a Mirtha a sortear mejor los calores del verano: “En verano los osos sufren bastante el calor, por lo que hicimos varias piletas, entre ellas la de Mirtha, que disfrutaba mucho de sus baños y luego se quedaba junto a la pileta durmiendo la siesta", dijo.

“Su comportamiento –siguió– era muy particular, ya que solía comer las manzanas colocándolas en el dorso de su mano primero, y luego delicadamente llevaba cada bocado hacia la boca. Nos enamoramos de cómo disfrutaba sus baños y cazar las manzanas en el agua. Hasta este último verano se metió a nadar”, agregó.

El Ecoparque viene realizando intensos trabajos de derivaciones enmarcados en adopciones para los animales de corral y derivación de exóticos a diversos santuarios y reservas en el mundo. En este sentido, Mirtha padecía de algunas complicaciones para ser trasladada, debido a la avanzada edad que tenía, ya que podía poner en riesgo su vida.

La historia de Mirtha

La osa provenía de un circo, que la mantenía atada a través de un anillo de acero agarrado de su hocico, que se le desgarró alguna vez buscando escapar. Esa marca quedó para siempre en su cuerpo y era constancia de lo que había pasado a lo largo de sus años. Luego fue rescatada y trasladada al Zoológico de Rosario, adonde llegó en abril de 1997.

El 12 de julio de ese año nació su hija Sorpresa, que recibió ese nombre porque nadie en el zoológico de esa ciudad se imaginaba que Mirtha hubiera estado preñada. Debido al cierre del paseo rosarino, las dos osas, madre e hija, fueron trasladadas a Mendoza el 9 de marzo de 2001. Sorpresa aún se encuentra en el Ecoparque de Mendoza.

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