“Hay que frenar a Macri”

Esta fue una de las consideraciones del autor de la actual Ley de Salud Mental, Leonardo Gorbacz, con respecto a la represión realizada por el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires sobre pacientes y personal del hospital Borda. Gorbacz, quien además es psicólogo, también habló acerca de la necesidad de desmanicomializar el sistema de salud.

"Hay que frenar a Macri"

Leonardo Gorbacz Foto. Web

Sociedad

Unidiversidad

Rodrigo Farías

Publicado el 30 DE ABRIL DE 2013

El viernes 26 de abril la Policía Metropolitana, dependiente del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, realizó una contumaz y repudiable represión contra trabajadores y pacientes del Hospital Borda. Durante el procedimiento también fueron reprimidos periodistas, políticos e integrantes de organizaciones sociales.

El saldo fue de 40 heridos y ocho detenidos, en un nuevo hecho de represión que se suma a la gestión del Pro en la Capital Federal, que ya ha establecido precedentes como lo represión de un sinnúmero de familias en el Parque Indoamericano a finales de 2010.

Aunque gran parte de la responsabilidad de estos hechos debe recaer sobre la figura del ministro de Seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Guillermo Montenegro, la orden política le corresponde al jefe de Gobierno de la Ciudad, Mauricio Macri, quien obstinada y coherentemente con su filosofía política, decidió respaldar la medida.

En base a ello, a través de una entrevista con el programa El Alegato (Radio Nacional Mendoza), el psicólogo, ex diputado nacional y autor del anteproyecto de la actual Ley de Salud Mental, Leonardo Gorbacz, realizó una serie de consideraciones respecto a la represión ejecutada por la administración de Macri. Asimismo, reflexionó en torno a la situación actual del sistema de salud mental y los desafíos abiertos por la Ley vigente, aprobada durante el 2010.

“Repudio estos hechos que se realizan sobre las personas más vulnerables y que ya vienen sufriendo una situación de violencia”, indicó el profesional. En este sentido, advirtió: “El encierro y la institucionalización en salud mental ya es una forma de violencia permanente y cotidiana”.

Como si los internos fueran plantas

Gorbacz opinó que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, en base a sus intenciones de generar un negocio inmobiliario ubicado en el predio donde está el Borda, ha tratado a las personas como si fueran plantas.

“Lo que está haciendo Macri es lo que vienen haciendo permanentemente. Esta situación me recuerda al caso de los árboles ubicados en la calle 9 de Julio, que el Gobierno de la Ciudad decidió trasplantar para hacer el metrobús. Parece que las personas, para él (Macri) deben ser como árboles. A él lo único que le importa es ocupar ese espacio y trata a esas personas ni siquiera como árboles sino como objetos. Eso está claro, y salvo el propio Macri y su equipo, nadie puede defender algo que es completamente indefendible y que además todos vimos en las imágenes”, opinó.

Represión más violencia institucional

En relación con la realidad del sistema de salud mental, el ex diputado explicó que hay que tener en cuenta que las personas que han sufrido esa violencia brutal el viernes 26 de abril, todos los días sufren otro tipo de violencia invisible de tipo institucional. “Sería muy penoso que nos preocupemos hoy por esta situación y que mañana sigamos mirando para otro lado, porque esa situación no sólo se da en el Borda sino que se da en todas los neuropsiquiátricos del país”.

Con respecto al destino de los pacientes del Borda, luego de que el Gobierno derribara los talleres terapéuticos en los cuales trabajaban, Gorbacz opinó que las personas al ser internadas pierden sus vidas, sus relaciones y la capacidad de trabajo. En este sentido, “los talleres protegidos son herramientas que intentan que las personas empiecen a recuperar alguna habilidad laboral y que esa capacidad les ayude a sostener cierta autonomía, pensando en la posibilidad de una reinserción en la comunidad. Eso, evidentemente, quedó anulado y la preocupación es cómo sigue esto, porque ya no están solamente los talleres protegidos sino que la impresión es que Macri va avanzar con ese desarrollo inmobiliario por sobre el resto de los espacios que ocupa el hospital Borda”, señaló.

Un cambio de paradigma

El especialista opinó que Mauricio Macri tiene pensado realizar su negocio inmobiliario sin tener un plan de cumplimiento de las leyes de salud mental, tanto de la Ciudad como de la Nación, lo cual implicaría tener, por ejemplo, un programa de externación.

“Porque acá lo que hay que discutir primero es qué es lo que se hace con las personas y no qué es lo que se hace con el terreno. Es decir, en lugar de priorizar un plan de salud mental para que las personas que están sufriendo en la institución puedan recuperar su autonomía y volver a vivir en la comunidad, se prioriza, por el contrario, la idea de la utilización de los terrenos”, dijo.

“Ante eso, no debemos responderle de la misma manera, es decir, no podemos oponernos a que Macri utilice esos terrenos para el centro cívico siendo que en esos terrenos tiene que haber un manicomio, porque el manicomio tampoco sirve. Lo que tenemos que hacer es discutir y poner en el foco de la discusión qué es lo que necesitan las personas que están allí: estas personas necesitan un plan serio de externación que incluya becas laborales, cooperativas de trabajo, viviendas con acompañamiento, hospitales de día y la Ciudad en su conjunto necesita desarrollar un sistema de salud mental para que la gente pueda atenderse cerca de su casa ,en centros de salud y hospitales públicos. Finalicemos con este sistema manicomial que termina siendo el eje de todo el sistema de salud mental en el país”, afirmó.

Parar a Macri

Según el especialista, el cumplimiento de la Ley de Salud Mental está lejos de los planes políticos del macrismo. “No solo que está lejos del macrismo sino que están yendo en el sentido contrario: en lugar de devolver derechos están violando aún más los derechos de una manera absolutamente brutal. Esa gente ya ha sufrido demasiado como para que encima se vaya con la policía a tirarles gases, enfrentarlos y amenazarlos con echarlos prácticamente a la calle. Porque el plan que tiene Macri, en la medida en que no incluye a las personas que están ahí, solamente les deja como horizonte terminar en la calle. Eso, de ninguna manera es lo que propone la ley de Salud Mental nacional”, afirmó.

“Por eso hay que tener mucho cuidado y hay que frenar a Macri”, indicó el psicólogo. “No es posible que realice en estas condiciones ningún desarrollo urbanístico en los terrenos en los que está el Hospital. Pero tampoco hay que dejar la situación del Hospital tal como está, sino que hay que estudiar la situación de las personas una por una y ver cómo se las puede recuperar. Después de diez o quince años de estar ahí absolutamente de manera innecesaria, en una situación de reclusión más que de internación, hay que ver cómo hacemos para reparar el daño que le hicimos a cada uno de los internados”, reflexionó.

Obedecer la Ley

El eje central de la Ley de Salud Mental, en términos conceptuales, es considerar a las personas con padecimientos mentales como sujetos de derecho y no como objeto de tutela del Estado.

“Es decir, no son personas que tenemos que proteger en el sentido de tomar decisiones por ellos, sino que tenemos que respetarlas como sujetos de derecho y que tienen que poder ejercerlo. Fundamentalmente, hablamos del derecho a la autonomía. En términos de política, el eje pasa por la desmanicomialización, es decir, sustituir el sistema de atención en manicomios, que son hospitales preparados para encerrar, aislar y mantener a las personas muchos años, por otro sistema de atención que esté integrado al sistema de salud: es decir, que en los hospitales en donde cualquier persona se atiende, por ejemplo, por su problema cardiológico, dermatológico o traumatológico, también puedan atender su problema de salud mental sin discriminaciones. Y si fuera necesaria una internación, que la misma pueda hacerse en un hospital general y dure lo que suele durar una internación en un sistema de salud, que no puede ser más de dos o tres semanas”, explicó Gorbacz.

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