La ciencia reveló que durante las noches de luna llena las personas duermen menos

Así lo publicó la revista Science Advances. El artículo contó con la participación de un investigador del Conicet y científicos de las universidades de Washington y Yale.

La ciencia reveló que durante las noches de luna llena las personas duermen menos

Foto: La Opinión

Ciencia y tecnología

Unidiversidad

Unidiversidad / Fuente: Conicet

Publicado el 01 DE FEBRERO DE 2021

A la luna se la suele vincular con diferentes fenómenos, como la influencia en el estado de ánimo de las personas, o el desencadenamiento de embarazos, o la incidencia en la cantidad de accidentes de tránsito o en los desastres naturales. Pero desde la ciencia, hasta ahora, había muy escasa información sobre sus "efectos" en diversos aspectos de la vida, como por ejemplo, el sueño. Por este motivo, un equipo de investigadores con la participación del Conicet, comprobó que el horario y la duración del sueño en las personas son factores que oscilan y tiene un vínculo muy concreto con la fase en la que se encuentre la luna.

Un grupo de investigación con participación del investigador Ignacio Spiousas, perteneciente al Conicet, que además trabaja en el Laboratorio de Dinámica Sensomotora del Departamento de Ciencia y Tecnología de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), publicó la novedad en la revista Science Advances.

El estudio titulado “Sueño deslumbrante: sincronización del sueño humano con el ciclo lunar en condiciones de campo” se inició en 2016 y concluyó que en los días previos a la luna llena, la gente se va a dormir más tarde en la noche y duerme por períodos de tiempo más cortos. Es uno de los primeros estudios realizados “en la naturaleza” (y no en un entorno de laboratorio), que demuestra oscilaciones y tendencias relacionadas con las fases de la luna y su luminosidad. Fue realizado junto con científicos de la Universidad de Washington y la Universidad de Yale con trayectoria en el campo de estudio de los ritmos circadianos, que son los cambios físicos, mentales y conductuales que se dan en los seres humanos en los ciclos de 24 horas. Dichos procesos, que son naturales, regulan el sueño y la vigilia y afectan a la salud, se ajustan principalmente según el grado de luz y oscuridad del ambiente.

Para realizar el estudio, realizaron un seguimiento en los ritmos del sueño de casi cien habitantes de comunidades de pueblos originarios Toba y Q´uom, de Formosa, que viven en entornos naturales y están habituados a vivir sin luz eléctrica. A todos ellos se les midió el horario y cantidad de sueño mediante pulseras de monitoreo. El resultado se comparó con un estudio realizado en 2018 sobre el sueño de más de cuatrocientos estudiantes de Seattle, una ciudad de más de 750 mil habitantes, es decir, un entorno altamente urbanizado.

Leandro Casiraghi (der.), uno de los autores del paper, durante el estudio realizado en las comunidades de las etnias Toba y Qom de Formosa. Foto: gentileza Germán Joosten

El objetivo era averiguar si la cantidad del sueño tenía relación con la intensidad de la luz de la luna, según su fase, y si había variaciones entre un entorno natural o uno acostumbrado a la luz artificial. Los investigadores, a priori, pensaban que en un entorno natural la incidencia de la luna sería mayor, ya que allí, por la ausencia de luz eléctrica, las diferencias de luminosidad de la luna son más pronunciadas. Pero lo curioso fue que, en ambos casos –tanto en el entorno natural como en la ciudad- el resultado fue similar.

“En los dos casos pudimos ver una modulación en la duración y el momento en el que las personas se van a dormir. Vimos que la duración del sueño de cada sujeto era mayor en los días previos a la luna nueva y menor un poco antes de la luna llena, con una amplitud promedio de 50 minutos. Y lo mismo sucedía con el momento en que las personas se van a dormir: la gente se va a dormir más tarde en luna llena, y antes en luna nueva, con una amplitud promedio de media hora. Entonces, pareciera que estos factores están más relacionados con la luminosidad de la luna”, explicó Spiousas, responsable del modelado estadístico del estudio. “Como se dan en los dos entornos, independientemente de si hay más o menos luz artificial, creemos que tiene que ver con un efecto gravitacional de la luna”.

Para arribar a esa conclusión, los investigadores diferenciaron parámetros del sueño relacionados con el ciclo de la luna y por otro lado tuvieron en cuenta su luminosidad. “La disponibilidad de luz lunar es lo más determinante. Porque nosotros partimos de la idea de que con la modulación de la luz, en luna llena, las personas salen más o tienen mayor actividad: antiguamente por ejemplo cazaban y pescaban más. Pero si esa luminosidad se da a partir de las tres de la mañana, las personas ya están durmiendo”, indicó Spiousas.

“Nuestra teoría es que esta sincronización con la luna se debe a efecto biológico, pero no creemos que esté siendo modulado por la luz de la luna per se, porque eso no explicaría cómo las comunidades con luz sigue respondiendo igual”, señaló Leandro Casiraghi, investigador posdoctoral argentino de la Universidad de Washington y otro de los autores del paper. “Si bien esto responde a una adaptación, a las noches de luna para estar afuera y hacer actividades, consideramos que el efecto está modulado por otra señal que proviene de la luna, que podrían ser los ciclos gravitatorios. Aunque, si bien esa pueda ser la señal que produce el efecto, la adaptación responde a la disponibilidad de la luz de la luna”, afirmó.

Spiousas, por su parte, resaltó: “Este estudio es un antecedente importante para todo lo que es estudios del sueño y salud del sueño. Sabemos que dormir mal es muy malo para la salud en general. Con estos resultados, se podrían llegar a programar terapias del sueño según la fase de la luna, y muchas otras cuestiones que deberemos seguir estudiando para profundizar este conocimiento”.

La luna y el ciclo menstrual

Además de realizar el modelado estadístico de este paper, en el mismo número de la revista Science Advances se publicó otro artículo del que Spiousas es coautor, que también tiene que ver con la modulación de la luna pero en este caso se trata del proceso biológico de la menstruación.

El artículo fue titulado “Las mujeres sincronizan temporariamente su ciclo menstrual con los ciclos de luminancia y gravimétricos de la luna”. En él, una investigadora de Alemania estudió los registros mensuales de treinta mujeres, algunos de ellos que fueron recolectados durante treinta años consecutivos. “Eran muchísimos datos. Yo hice la estadística circular de ese registro”, comentó Spiousas.

El resultado también fue revelador. Se pudo ver una sincronización del ciclo menstrual, no constante pero sí específica: “Vimos que hay momentos en los que el ciclo se sincroniza con las fases de la luna, y otros en los que se va moviendo. Lo curioso es que cuando está sincronizado no está en cualquier momento, sino en luna llena o luna nueva. Después, va suelto y no se sincroniza con nada, con cuarto menguante u otra cosa. Cuando hay sincronización entre ambos ciclos, ésta se da en las fases de luna llena o nueva, pero nunca en otro momento del ciclo lunar”, señaló el investigador


Ilustración de Miriam S. de Arcos
 

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