La entrañable transparencia

La publicación de las declaraciones juradas de los funcionarios denotó varias aristas de cómo funciona un Estado flojo de papeles.

La entrañable transparencia

El fiscal de Estado, Fernando Simón, el protagonista de la historia de las declaraciones juradas (Foto archivo Axel Lloret)

Sociedad

Declaraciones juradas de funcionarios

Unidiversidad

Jorge Fernández Rojas - Fotos: Axel Lloret

Publicado el 04 DE MAYO DE 2016

No hay agenda inmediata en Mendoza que no se cruce con los comentarios que dejaron los datos increíbles que sobresalieron de las planillas entregadas por los que están obligados, por un decreto, a hacerlo ante la Fiscalía de Estado. Lo más llamativo es el terreno de la vicegobernadora Laura Montero valuado en 70 centavos, o un auto Mercedes Benz del ministro de Seguridad Gianni Venier por el valor de 1 peso.

Desde la Fiscalía de Estado miraban en silencio la reacción ante su propia publicación. Tremenda impavidez por fuera y por dentro que no puede ser superada con esa novedad de que el órgano contralor amplió una denuncia contra el gobierno anterior.

En una vida paralela, las explicaciones de los declarantes justificaban más los fallidos burocráticos que los propios. Los errores de la Administración Tributaria de Mendoza en sus valuaciones fiscales fueron los argumentos que esgrimieron los afectados para defender los ridículos registros difundidos.

 

El ejemplo del contador ministro y la hora del Fiscal de Estado.

En las antípodas está Martín Kerchner, el ministro de Hacienda, quien, como buen contador público nacional, sí dio números y señaló (presten atención): tiene el 30 % de una casa de $ 4,2 millones y declaró un crédito hipotecario de $ 612 500 y una deuda hipotecaria de $ 1 millón. Como ministro percibe casi $ 64 mil y $ 600 como profesor. Por actividades independientes declaró ganar $ 10 500. El 70 % restante de la vivienda está a nombre de su esposa, Silvana Biagiotti, que además tiene un Renault Fluence de $ 310 mil y una Duster de $ 235 mil.

Lo de Kerchner es más creíble y coincidente con la realidad. Es decir, que se pueden hacer las declaraciones juradas con datos coherentes con la realidad para transparentar, de verdad, la situación patrimonial.

La secuencia expone al Fiscal de Estado, Fernando Simón, que difunde estos datos y debería poner de manifiesto estas inconsistencias. Si no, no hay transparencia posible porque la difusión de datos erróneos o fallidos amparados en la legalidad irrita la piel social.

Esa reacción origina, a la vez, el descreimiento extendido a la dirigencia política. Así, notamos por proximidad más acentuadamente este malestar que los #PanamáPapers le ocasionaron al mundo.

La ciudadanía mendocina mira absorta los informes periodísticos que intentan explicar el circo de las declaraciones juradas publicadas. Esa es la sensación que se percibe en las redacciones y que se refleja en las crónicas y las columnas de opinión que, al mismo tiempo, hacen ver lo siguiente: en vez de aclarar, todo esto produce más dudas y, como consecuencia ulterior, la indignación colectiva. La ciudadanía siente el acoso y la burla de la clase dirigente sin ninguna necesidad que la justifique.

Esta situación sacó de la agenda lo que laboriosamente había pergeñado el gobernador Alfredo Cornejo, instalando en su primer discurso frente a la asamblea legislativa su proyecto de endurecimiento de las prisiones preventivas.

Mientras, la población se preocupa por la inseguridad, sufre la inflación y espera una reacción de la economía, esperando que sus ingresos ya no se depriman ante los precios. Y a propósito, parafraseando al Gobernador cuando habló a sus pares políticos el domingo 1.º de mayo para evitar conflictos entre ellos: "Aprieten pero no ahorquen".

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