La expansión de la agricultura aumenta la propensión a inundaciones en las llanuras

La prestigiosa revista "Science" publicó las conclusiones de una investigación realizada para analizar el impacto de la producción agrícola en las condiciones climáticas. El trabajo fue hecho por el Conicet, la Universidad Nacional de San Luis y la Universidad de Lancaster, de Reino Unido.

La expansión de la agricultura aumenta la propensión a inundaciones en las llanuras

Foto: Florencia Downes

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Publicado el 03 DE JULIO DE 2023

La expansión de la agricultura en las llanuras sudamericanas elevó el nivel de las napas de agua provocando una mayor propensión a las inundaciones, que tampoco beneficia en períodos de sequía, según un estudio realizado por investigadores e investigadoras del Conicet, la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) y de la Universidad de Lancaster de Reino Unido.

El trabajo, publicado el 30 de junio en la prestigiosa revista Science, fue realizado por investigadores del Grupo de Estudios Ambientales (GEA), que funciona en el Instituto de Matemática Aplicada (UNSL-Conicet), y del Departamento de Geología de la Facultad de Ciencias Físico Matemáticas y Naturales de la Universidad Nacional de San Luis (FCFMyN- UNSL).

"Lo que hicimos fue analizar minuciosamente trabajos de campo que el grupo de investigación realizó en los últimos 20 años y de otros autores de la zona en relación a cómo se alteraba el balance hídrico cuando se reemplazaba una cobertura de suelo, por ejemplo, pastizales, pasturas o bosques, por agricultura", indicó Javier Houspanossian, especialista en inundaciones y en procesamiento y monitoreo satelital (FCFMyN y GEA), y primer autor de la publicación.

El investigador indicó que, "si bien esto es algo que sucede en la región pampeana desde hace 40 años, en las últimas dos décadas se aceleró muchísimo". "A su vez –describió–, realizamos observaciones de campo en distintos lugares donde nos acercamos incluso por otras investigaciones, como el sur de Córdoba, el nordeste de La Pampa, Santiago del Estero, y hablamos con los productores y y todos contaban lo mismo: que hace varios años tenían que hacer pozos muy profundos para encontrar agua (unos 10 metros), y que ahora excavan un metro o metro y medio y ya encuentran".

El especialista señaló que, entre 2016 y 2019, que fue un período húmedo, comenzó a aparecer agua en zonas donde no había antes. "A partir de toda esta información y de imágenes satelitales, comenzamos a mapear estos nuevos cuerpos de agua que aparecen en inundaciones y así encontramos que se trataba de un problema regional, no de una zona puntual", señaló.

En ese marco, agregó: "La principal conclusión a la que llegamos fue que, frente a este cambio en el uso del suelo –en la llanura pampeana desde hace tiempo y recientemente en la chaqueña, que se deforesta para hacer agricultura–, cuando hay eventos de exceso de agua, se produce recarga en los acuíferos que, con el tiempo, genera ascensos freáticos (napas de agua subterráneas), y después, inundaciones".

Foto: Carlos Brigo

Houspanossian indicó que también encontraron que "el hecho de agriculturizar el paisaje disminuye la capacidad de extraer agua en los períodos secos, es decir que no solo vuelve el suelo más propenso a inundaciones, sino que también dificulta la respuesta frente a la sequía". "Esto se debe a la poca capacidad de extraer agua en profundidad de las plantaciones de la agricultura porque tienen raíces que son poco profundas".

El trabajo, entonces, realiza dos aportes fundamentales: "Por un lado, muestra con evidencias que algo que se decía desde hace bastante que estaba pasando realmente está pasando, y es que la región se volvió más propensa a inundarse y que eso tiene un montón de consecuencias", dijo. "Esto –enfatizó– no solamente altera los períodos de lluvia, sino también los periodos de sequía; o sea, durante las sequías, que en otro momento hubiesen sido la oportunidad para utilizar el agua de las napas, no se llega a usar por la incapacidad de las raíces".

Frente a este escenario, Houspanossian planteó que, "para hacer frente a las inundaciones, es necesario, por un lado, aprender a convivir con este estadio hidrológico de napas cercanas".

"Es importante recorrer las diferentes zonas afectadas y empezar a aprender de los diferentes actores sociales qué soluciones están aplicando. Por ejemplo, hay pueblos que, en época de inundaciones, bombean y sacan el agua de las ciudades; hay productores que canalizan. Es decir, hay distintas obras civiles para ir, de a poco, mitigando en el momento de mayor inundación", describió.

"También hay 'soluciones verdes' que, basadas en vegetación, por ejemplo, pasturas, se utilizan para extraer agua porque tienen raíces más profundas; entonces, quizás una de las soluciones de larga duración puede ser empezar a ambientar la agricultura y, en zonas específicas, implantar pasturas que consuman agua a más profundidad que los cultivos, o reforestar en algunas zonas", completó. En cualquier caso, el investigador indicó que "es muy importante que el productor aprenda a medir la napa freática con la mayor precisión posible y, a partir de esto, desarrolle estrategias".
 

Foto: Carlos Brigo

En este sentido, el Grupo de Estudios Ambientales (GEA) desarrolló sensores de muy bajo costo "para que los productores y los tomadores de decisiones locales puedan tener mediciones fiables de nivel freático". En este momento, están avanzando en el proceso de patentamiento de ese producto.

De la investigación publicada en Science también participaron Esteban Jobbágy, Raúl Giménez, Juan Whitworth-Hulse y Marcelo D. Nosetto, todos del GEA (IMASL-Conicet); y Wlodek Tych y Peter Atkinson, del Environment Centre de la Universidad de Lancaster.

Fuente: Télam

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