La National Geographic pidió perdón por 130 años de racismo

La revista reconoce haber hecho poco para impulsar a sus lectores más allá de los estereotipos arraigados en la cultura estadounidense blanca.

La National Geographic pidió perdón por 130 años de racismo

Marcia y Millie Biggs son mellizas. La rubia se parece a su madre inglesa; la morena, a su padre jamaicano. Foto: nationalgeographic.com.

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Unidiversidad

Unidiversidad / Fuente: lavanguardia.com

Publicado el 13 DE MARZO DE 2018

“Durante décadas, nuestra cobertura fue racista. Para superar nuestro pasado, debemos reconocerlo”: este es el demoledor titular del artículo con el que la prestigiosa revista National Geographic busca redimirse de lo que considera años de racismo y perpetuación de tópicos, de “cómo presentamos las cuestiones raciales”.

La revista realizó un examen introspectivo antes de la publicación de su número de abril dedicado a la raza. Así, habló con el fotógrafo y profesor de Historia de África en la Universidad de Virginia John Edwin Mason. Tras profundizar en sus archivos, Mason destacó que, en la década de los 70, National Geographic ignoró a las personas de color que vivían en los Estados Unidos, y rara vez los reconoció más allá de los trabajadores domésticos, según apunta la propia revista. Mientras tanto, Mason destaca que las publicaciones mostraban a los “nativos” de otros lugares como exóticos, famosos y con frecuencia desvestidos, felices cazadores, nobles salvajes y todo tipo de clichés.

 

 

Una de las conclusiones del profesor es que “National Geographic hizo poco para empujar a sus lectores más allá de los estereotipos arraigados en la cultura estadounidense blanca”. “Los estadounidenses obtuvieron ideas sobre el mundo a partir de las películas de Tarzán y de las burdas caricaturas racistas”, afirma Mason. “La segregación fue como fue. National Geographic no estaba educando, sino reforzando los mensajes que ya recibían y haciéndolo en una revista que tenía una autoridad tremenda. National Geographic nace en el apogeo del colonialismo, y el mundo se dividió en colonizadores y colonizados. Esa era una línea de color, y National Geographic estaba reflejando esa visión del mundo”.

 

Esta reflexión lleva a la décima y actual editora de la revista, Susan Goldeberg, quien destaca ser la primera mujer y primera judía en ocupar ese cargo, a “compartir las espantosas historias del pasado de la revista”. Entre ellas se halla una de 1916 sobre Australia: “Debajo de las fotos de dos aborígenes, el epígrafe dice: 'Hermanos negros de Australia del Sur: estos salvajes son los más bajos en inteligencia de todos los seres humanos'”.

En su artículo, la responsable de la revista cita a Elizabeth Kolbert, escritora que participa en el número de abril. “La raza no es una construcción biológica, sino una construcción social que puede tener efectos devastadores”. “Muchos de los horrores de los últimos siglos se pueden remontar a la idea de que una raza es inferior a otra”, escribe Kolbert. “Las distinciones raciales continúan moldeando nuestra política, nuestros vecindarios y nuestro sentido del yo”.

Algunas de las historias destacadas como racistas en este artículo no están escritas, sino directamente elididas. John Edwin Mason comparó dos historias que publicó la revista sobre Sudáfrica: una, en 1962; la otra, en 1977. La primera fue impresa dos años y medio después de la masacre de 69 negros sudafricanos por la policía en Sharpeville. La brutalidad de los asesinatos conmocionó al mundo. Sin embargo, “la historia de National Geographic apenas menciona ningún problema”, dijo Mason. “No hay voces de sudafricanos negros”. “Esa ausencia es tan importante como lo que está allí. Los únicos negros están haciendo danzas exóticas, o son sirvientes o trabajadores. Es extraño, en realidad, considerar lo que los editores, escritores y fotógrafos tuvieron que ver conscientemente”.

“Confrontemos el uso vergonzoso del racismo como una estrategia política y demostremos que somos mejores que esto. Quiero que un futuro editor de National Geographic revise con orgullo nuestra cobertura, no solo sobre las historias que decidimos contar y cómo las contamos, sino sobre el diverso grupo de escritores, editores y fotógrafos detrás del trabajo”, concluye Goldberg.

 

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