La población civil rusa, víctima del éxodo de emblemáticas empresas corporativas

Desde McDonald's y Coca Cola, pasando por Discovery y Netflix, el castigo a Putin de parte de la OTAN y sus aliados apunta más al ciudadano común que al Estado invasor. El especialista Ignacio Hutin plantea el riesgo de que el objetivo final sea hacer caer al gobierno.

La población civil rusa, víctima del éxodo de emblemáticas empresas corporativas

Foto: AFP

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Unidiversidad

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Publicado el 10 DE MARZO DE 2022

Tal vez, como se dice ad infinitum, cuando estalla un conflicto bélico en cualquier lugar del globo terráqueo, la primera víctima de una guerra no sea la verdad, sino la población civil. Esa población que, sin haber decidido iniciar ofensiva militar alguna, recibe de manera inmediata las consecuencias de lo que se resuelve en los niveles más altos del Estado.

Desde que Rusia atacó Ucrania, y más allá de los argumentos de uno y otro lado, Occidente estableció una serie de sanciones al país que conduce Vladímir Putin que impactan directamente en la vida cotidiana de los rusos y rusas, piensen lo que piensen sobre el conflicto. Uno de los casos más emblemáticos y recientes es el de Coca Cola, la bebida-símbolo por antonomasia de Estados Unidos: la empresa suspendió sus operaciones como represalia a la invasión.

"Esto es sin duda novedoso y quizás tenga que ver con el hecho de que hace muchos años que un país –llamémosle, para facilitar las cosas– occidental no ataca a un país –nuevamente, llamémosle, para facilitar las cosas– occidental. No hay tantas naciones en las que se puedan abandonar así las operaciones como lo están haciendo McDonald's y Coca-Cola, porque, cuando Irak invadió Kuwait, eso no pasó porque no podía pasar", dijo Ignacio Hutin, periodista especializado en el conflicto ruso-ucraniano con varios libros dedicados al tema.

Sin embargo, hay algo que no entiende. "Una cosa es sancionar al Estado ruso, las financias rusas, la economía rusa (más importante me parece sancionar a individuos, a Putin, a cualquier ministro), pero no comprendo las sanciones a deportistas. ¿Qué tiene que ver? Porque, tradicionalmente, la FIFA o el Comité Olímpico Internacional sancionan a las asociaciones o los comités que tienen intervención del gobierno", afirma Hutin.

"Ahora, que no hay ninguna relación entre la asociación de fútbol y el gobierno, quieren sancionar al gobierno y sancionan a la asociación de fútbol, no entiendo. Porque si, por la decisión de un gobierno, perseguís a un equipo de fútbol, me cuesta mucho no interpretarlo como racismo. Porque el gobierno de Rusia no te gusta, ¿tenés que castigar todo lo que sea ruso, a los inmigrantes rusos, los restaurante rusos, las iglesias rusas? Como si el punto final esta cuestión no sea que Rusia deje de atacar a Ucrania, sino que caiga el gobierno. Pero son cosas distintas", concluye el periodista.

El ciudadano ruso, en medio de la incertidumbre de la economía cotidiana. Foto: AFP

Todas las sanciones, todas

Coca Cola no fue ni la única ni la última empresa en anunciar su salida de Rusia. La cervecera neerlandesa Heineken, la compañía de televisión Discovery y Universal Music Group se unieron al éxodo corporativo iniciado por centenares de compañías transnacionales que resolvieron suspender operaciones en tierra rusa.

Heineken informó que detendrá la producción, publicidad y venta de la marca de cerveza en apoyo al pueblo ucraniano y tras calificar la guerra como "un ataque no provocado y completamente injustificado", informó la agencia de noticias AFP. "Tomaremos medidas inmediatas para separar nuestro negocio ruso del negocio más amplio de Heineken para detener el flujo de dinero, regalías y dividendos fuera de Rusia", dijo la empresa cervecera, que anteriormente había bloqueado todas las nuevas inversiones y exportaciones al país presidido por Putin.

Discovery, por su parte, dijo en un breve comunicado que decidió "suspender la transmisión de sus canales y servicios en Rusia", de manera indefinida y a partir a partir de este miércoles. Universal Music Group informó anoche que suspenderá todas sus operaciones y cerrará sus oficinas en Rusia, con efecto inmediato. Este miércoles, temprano, Imperial Brands se convirtió en el primero de los llamados cuatro grandes productores de tabaco en detener todas las operaciones en Rusia, lo que incluye interrumpir la producción en su fábrica en Volgogrado y el cese de todas las actividades de ventas y marketing en el país.

Así estas empresas se suman a las cerca de 300 compañías transnacionales –entre ellas, las estadounidenses McDonald's, Starbucks y Coca-Cola– que suspendieron sus operaciones como represalia por la invasión. Asimismo, la fábrica de refrescos y alimentos Pepsico dijo que interrumpiría la venta de bebidas así como todas sus inversiones en Rusia, pero mantendría la comercialización de alimentos, especialmente lácteos. Desde hace varios días, McDonald's, Coca-Cola y Pepsico eran objeto de una campaña de boicot en las redes sociales por no suspender sus operaciones en Rusia.

Otras grandes cadenas estadounidenses, como Yum! Brands, KFC (ambas de comida rápida) y Pizza Hut anunciaron esta semana la suspensión de sus operaciones en Rusia. Además, se comprometieron a entregar las utilidades de sus negocios en ese país a iniciativas humanitarias.

La gigante de tecnología informática IBM informó también que interrumpía sus actividades en Rusia. En total, más de 280 grandes empresas con presencia importante ya anunciaron la suspensión de sus operaciones, según un inventario elaborado por la Universidad de Yale, mientras una treintena de multinacionales seguía trabajando. Por último, Disney y Paramount no estrenarán películas, mientras que Apple canceló ventas y la descarga de aplicaciones.

 

Qué sienten los rusos ante las sanciones

Tatiana Vyátkina es maestra de una escuela pública de Moscú y trabaja en un grupo cultural que se llama Grenada. “A nosotros nos preocupa lo que está pasando y para nosotros es una tragedia, un sufrimiento. Mi esposo tiene raíces ucranianas. ¿Qué tengo que hacer? ¿Odiarlos? Sabemos que Coca Cola y McDonald's se van, pero a mis hijos no les importa porque hay tanta rusofobia que ni ganas de ir tienen. Es una guerra económica que desató la OTAN, que se vaya esa basura de fast food de nuestro país. Los chinos dicen en chiste: 'Dolce Gabana y Gucci no se van'. Bueno, podemos vivir sin eso”, dijo a Télam. “Yo no miro Netflix. Hay algunos problemas, pero tenemos Facebook e Instagram, los rusos encontrarán la salida en cuaquier caso”, agregó.

“Vamos a comprar en China o vamos a producir. Me preocupa que la gente pierda el trabajo, pero nuestro Gobierno dijo que va a nacionalizar producciones.Cerrará McDonald's, pero es por un tiempo. Según nuestras leyes, pueden estar cerrados tres meses, pagar las multas y pagarles a los empleados. En la URSS vivíamos muy modestamente y nuestro pueblo está preparado para esto. Hay gente acostumbrada al confort y a viajar, pero lo más importante que necesitamos es la paz y no tener bajo nuestro país un arma nuclear”, opinó. Respecto de los precios, Tatiana aseguró: "No suben mucho todavía, algo, pero no los productos muy necesarios. El gobierno ordenó poner precios tope para los productos de la primera necesidad”.

 

Una cobertura desbalanceada

La mayor parte de las agencias suspendieron sus coberturas desde Rusia. y hay bastantes dificultades para acceder a los contenidos no occidentales vinculados al conflicto. Flavio Rapisardi, director de Planificación Estratégica e Investigación de la Defensoría del Público de la Nación de  la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, dijo que “la posición de la defensoría es que constituye un acto de censura previa cortar la transmisión de la Radio y Televisión de la Federación Rusa porque atenta contra el derecho de las audiencias a informarse de uno de los actores de este conflicto –sobre el cual argentina tomó una posición– y lo afectó. La comunidad rusa de nuestro país presentó su inquietud en un momento específico en el que se vio interrumpida la transmisión de RT por temas de temas de transmisión satelital, pero ahora se recibe con normalidad", dijo.

Por su parte la titular de la Defensoría, Miriam Lewin, dijo que "entraron reclamos por dificultades técnicas con la recepción de RT. Para la Defensoría, tanto RT como Sputnik son canales a los que el público debe poder acceder por el derecho a recibir voces plurales".

Fuente: Romina Calderaro para Télam

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