"Las distintas formas de maltrato en la vejez están sumamente naturalizadas"

Así se expresó Belén Álvarez Vargas, politóloga y directora del Centro de Estudios de Vejez y Envejecimiento Poblacional de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCUYO. Habló de la importancia de visibilizar esta problemática que se da tanto dentro del hogar como en lo institucional.

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Publicado el 30 DE AGOSTO DE 2022

El abuso y los malos tratos contra las personas adultas mayores suelen provenir de su entorno más cercano y dejan lesiones físicas, psicológicas y emocionales. Sin embargo, la situación ha comenzado a ganar mayor visibilidad en todo el mundo.

Belén Álvarez Vargas, politóloga y directora del Centro de Estudios de Vejez y Envejecimiento Poblacional de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCUYO, visitó nuevamente los estudios de #ChatPolítico para hablar del maltrato en la vejez.

“Hoy, las distintas formas de maltrato en la vejez están sumamente naturalizadas, por lo cual nos resulta muy difícil identificarlas como una conducta de maltrato, de violencia. Esta puede darse en una situación de cercanía o bien observarse con otras personas también”, expresó.

“Es importante visibilizar esta problemática”, sostuvo la especialista, ya que es muy fuerte en este grupo poblacional.

“Esto se da fundamentalmente en el interior de sus propios hogares, proviene principalmente de familiares, de  agresores y agresoras del entorno y demás. Por eso es importante poder hablarlo, ponerlo en palabras y describir ciertas situaciones que muchas veces son vistas o están enmascaradas como formas de cuidado”, detalló.

Y sumó: “Por ejemplo, se da muchas veces cuando nuestros adultos mayores comienzan a cobrar la jubilación o los haberes, para que no salga, para que no tome riesgo en la vía pública, para que no tome frío, para que no se suba a un colectivo, etcétera. De esa manera, vamos limitándole ciertas actividades. Esto no es una situación de violencia en concreto, pero de alguna manera, termina habiendo un control, puede llevar a que el control de los ingresos (por parte) de esa persona se vaya restringiendo. Hay situaciones en la que al adulto mayor se lo ve imposibilitado de ver los haberes que cobra porque sus familiares quizás comenzaron, de manera paulatina, a querer ayudar y tomaron control de sus haberes, de sus ingresos. Así se va restringiendo el poder de decisión y la libertad de esa persona mayor. Ahí sí terminamos en una situación de maltrato”.

“La pandemia fue otro detonante para restringir la libertad de los adultos mayores”, sostuvo Álvarez Vargas, ya que los familiares empezaron a cumplirles con ciertas tareas y eso se convirtió, de alguna manera, en control. Otro factor de control y maltrato, detalló la especialista en vejeces, es el ambiente donde se maneja el abuelo o la abuela.

“En los contextos de crisis económica que vivimos, muchos jóvenes vuelven a vivir a su casa materna o paterna. En este hogar, quizás los matrimonios mayores ya tienen sus actividades, que, de repente, se ven interrumpidas por la llegada de los hijos o nietos que vienen a vivir con ellos. Estos empiezan a tomar control, no solo del tiempo de los adultos mayores, sino también de los ambientes, de sus decisiones; los apartan a otras habitaciones porque necesitan más espacio, entonces comienza a generarse un maltrato cotidiano, que no es físico, pero sí ambiental. Además, el afecto emocional hace que cueste darse cuenta de ese maltrato y denunciar”, explicó.

A la hora de hacer una compra o atenderse con un médico, visitar una delegación municipal, un banco y demás, también se registran casos de “maltrato institucional” que afectan a las personas mayores.

“Son crecientes las denuncias y reclamos de nuestros adultos mayores por la atención que reciben, sobre todo, de las instituciones bancarias, fundamentalmente en lo que tiene que ver con la atención personal. Lo mismo ocurre cuando la persona concurre al banco por el crédito o el seguro que le aparece en el ticket cuando va a cobrar sus haberes. Esto, más allá de ser un delito, es una forma de maltrato institucional que se debe denunciar”, afirmó.

"Para realizar la correspondiente denuncia, existen dos vías. En relación con esto, los adultos mayores deben saber que las instituciones bancarias están también reguladas por la Ley de Defensa al Consumidor. Deben recurrir, en estos casos, a la Dirección de Defensa al Consumidor, levantar la denuncia o el reclamo. También es importante que la persona vaya al banco y deje asentado su reclamo en los libros de actas. La segunda vía es la judicial, donde la persona puede presentarse en una fiscalía o en la Fiscalía de Delitos Económicos a realizar una denuncia por estafa directamente”, selló.

Fuente: Señal U

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