Se puede cursar el CGCB en San Martín, Tupungato, General Alvear y Malargüe

Como parte de una política de territorialización, alumnos de esos departamentos pueden cursar el Ciclo General de Conocimientos Básicos (CGCB) en cualquiera de esas extensiones áulicas

Se puede cursar el CGCB en San Martín, Tupungato, General Alvear y Malargüe

Facultad de Ciencias Exactas y Naturales

Suplementos

Por Guido Prieto, Becario de Prensa de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales

Publicado el 10 DE AGOSTO DE 2015

La Universidad cuenta con cuatro extensiones áulicas o sedes, ubicadas en lugares estratégicos: San Martín, Tupungato, General Alvear y Malargüe. En cada una de las extensiones áulicas mencionadas se dicta un conjunto de materias que forman el Ciclo General de Conocimientos Básicos (CGCB), de dos años de duración.

El alumno que finaliza el CGCB puede seguir sus estudios en cualquiera de las carreras de ingeniería de las Facultades de Ciencias Agrarias, Ingeniería, Ciencias Aplicadas a la Industria y carreras del Instituto Balseiro y de la FCEN. 

Raúl Marino, Coordinador del Ciclo General de Conocimientos Básicos de la FCEN, explicó que “la Universidad lleva adelante, desde la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales, una política de territorialización para llevar los estudios universitarios al interior de la provincia. Es un sistema más inclusivo, en el cual la gente que antes se tenía que trasladar a Mendoza para poder hacer toda su carrera universitaria ahora esté al menos dos años más en su localidad o cerca de su localidad de origen. Esto es muy importante porque permite que la transición sea más progresiva, sobre todo cuando el modo de vida en el territorio es tan diferente al de la ciudad”.

El coordinador remarcó que "la Universidad no está en el territorio como una entelequia, sino que las sedes tienen lugares físicos y una organización administrativa concreta. Esta consiste en un coordinador académico en cada sede y un grupo de profesores que dan las materias y coordinan con un profesor responsable para que la materia se dicte en sincronía en todas las sedes. Además existen convenios locales con empresas, y cada sede tiene una temática local marcada, como la producción ganadera en Alvear, industria petroquímica en Malargüe, entre otras”.

Esta política de territorialización es relativamente nueva y no está exenta de dificultades y desafíos. Jessica Gómez, que cursó el CGCB en la sede de San Martín y actualmente continúa su carrera en la FCEN, opinó al respecto: “El sistema de sedes me parece una muy buena posibilidad para que los chicos que no tienen los medios para viajar, o que no cuentan con los recursos adecuados para acercarse a la Universidad, logren acceder a la educación, manteniéndose cerca de su lugar de origen. A mí me benefició sobre todo en la distancia desde mi domicilio, ahorrando tiempo y dinero en los traslados, además de conocer la existencia de la Facultad y las propuestas académicas”.

Sin embargo, la alumna también se refirió a las complicaciones al sostener que “pese a las mejoras existentes, aún persisten inconvenientes por la falta de integración entre los alumnos de las sedes, la falta de materiales para las prácticas de laboratorios y la ausencia de una biblioteca. Además, en la Sede Central el alumno se encuentra en contacto más fluido con los profesores de las distintas cátedras, en pleno desarrollo dentro de su área laboral y también se observa con mayor frecuencia el trabajo de laboratorio, de esta forma se percibe el desenvolvimiento de la profesión”.

Respecto a las nuevas sedes de la UNCUYO, Marino comentó: “Es mucho el esfuerzo para mantener las actividades en territorio, tiene un costo político, económico y emocional muy grande. Pero creo que tiene que ver con mirar más a la provincia como un todo, como un sistema y no como partes aisladas. Llevar la Universidad a otros lugares promueve el desarrollo de esos sitios, porque no solamente soluciona el problema del desarraigo de los estudiantes, sino que supone una apertura a nuevos grupos de investigación, radicación de nuevos docentes, generación de vínculos con la industria y, pensándolo a futuro, que los alumnos una vez recibidos puedan volver a sus lugares de origen y retroalimentar el sistema, dándole valor agregado a las actividades económicas que se desarrollen en el lugar. Tiene un impacto social muy fuerte”.

 

Por Guido Prieto, Becario de Prensa de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales

cgcb, sedes, territorialización,