Los vecinos lasherinos que apoyaron al ferretero pidieron que la sociedad reflexione

Ante la presencia de NU Digital se mostraron molestos por el tratamiento mediático que se le ha dado al hecho. Especialistas tratan de explicar que pasa socialmente cuando ocurre estos eventos que movilizan emociones en la gente.

Los vecinos lasherinos que apoyaron al ferretero pidieron que la sociedad reflexione

Fuente: Diario El Sol

Sociedad

Unidiversidad

Natalia Bulacio

Publicado el 11 DE FEBRERO DE 2012

La semana pasada aproximadamente 100 vecinos de la esquina de Pescadores y San Rafael del departamento de Las Heras ganaron las calles para manifestarse a favor del accionar de Hugo Correa, 62 años, el ferretero que le mató a dos sujetos que intentaron asaltarlo y amenazaron a su esposa.
En esa instancia estuvieron presente los subsecretarios de Seguridad Emilio Caram y de Relaciones con la Comunidad Alejandro Gil, quienes escucharon los reclamos y se comprometieron a realizar una asamblea en el Consejo Vecinal con el fin de consensuar medidas de seguridad .

Más coherencia y menos telenovela

Pedro, vecino cercano de la Ferretería, dijo que muchos de ellos están molestos con las cosas que se han dicho en los medios de comunicación de Mendoza. Cuestionó fuertemente la forma de abordaje de la tele que los mostró a ellos, y al accionar de su vecino Correa, como actos desquiciados o de incómoda heroicidad. “Siento una gran impotencia por lo enferma que está nuestra sociedad”. Y -serio y acongojado- continua: “Un tipo que laburó todo su vida, un ex trabajor del Banco Mendoza, que salió adelante, que tiene familia, etc, etc, con todo esto que está pasando, le destruyeron la vida. Porque él ahora se queda con el cargo de conciencia. No es la primera vez que le robaron, estamos hartos de vivir amenazados. Nadie decente puede decir:maté a hdp y... ¡quedarse feliz!”.
Y es aquí donde se evidencia el malestar que les generó ver en la pantalla chica, vdeographs como “Ferretero Héroe” o “el Ferretero Vengador”. A lo cual, el lasherino agrega: “¿De qué me están hablando? ¡Si al tipo lo están asaltando, dejen de vender sangre! ¡Basta de telenovelas, medios de comunicación!

Por su parte, Inés, una vecina del Barrio Cirsubdoz comparte la visión de Pedro y además señala el calvario que atraviesa la familia por estos días. “Imaginate que tienen amenazas de las familias de las personas muertas. Guarda, los derechos humanos son válidos, pero son válidos para todos. Y lo preocupante es que nos estamos matando entre nosotros” dice alerta. “A todo esto sumále, que los señores que tienen que legislar para nosotros, y evitar este desbande, miran para otro lado. Desenfocamos las cosas, y mientras den vuelta la cara a la realidad, poco se va a poder hacer. Hay que poner coherencia y menos telenovela en nuestra sociedad”.

Una socióloga, un psicólogo


Graciela Cousinet, socióloga, señala que si la Justicia fuera eficiente y rápida, es decir, que si la gente observara que existe un castigo adecuado al delito, es muy probable que tampoco existiera – y esté tan sobrevalorada culturalmente- esta tendencia a hacer justicia por mano propia.
“En la Argentina se observa una relación entre el crecimiento de la pobreza, de la desocupación, de la desigualdad, con un excesivo crecimiento de la violencia. Una violencia que se expresa en actos delictivos: robos, asesinatos, violaciones, etc. Esta violencia delincuencial a su vez, genera una reacción por parte de la sociedad. Primero de protegerse, pero frente a las dificultades para evitarla, también se va generando bronca, angustia, miedo, y cuando se encuentra a un ladrón dentro de su casa, ocurren estas cosas”.

Pablo Teiller, psicoanalista, comenta que es positivo que la gente se movilice ante estos acontecimientos, pero que no hay que confundir las cosas. La gente, sobretodo por ser sus vecinos, se movilizan desde la emoción. La identificación como primer mecanismo que opera, se siente miedo, se quiere ser solidario. Luego el efecto de la muchedumbre donde los sujetos pierde las particularidades para convertirse en una cosa amorfa y uniforme que denota angustia, preocupación, temor colectivo. "La protección de los derechos de la gente no implica tener que eliminar a una persona para proteger a otra, los vecinos tienen que confiar en las instituciones creadas para tal fin. La condena social es una cosa, la condena desde la Justicia es otra”, agrega el especialista.