Más de 2.000 presos facturaron cerca de un millón de pesos

La cifra de presos dedicados a trabajar en los penales asciende a 43 % de la población carcelaria.

Más de 2.000 presos facturaron cerca de un millón de pesos

Foto: lmdiario.com.ar

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Unidiversidad

Unidiversidad/ Fuente: Diario Uno

Publicado el 17 DE SEPTIEMBRE DE 2018

Según datos oficiales de la unidad de Producción Penitenciaria, alrededor de 2.000 internos facturaron más de $ 1.000.000 en lo que va del año. Las principales actividades realizadas son: calzado reciclado, vino, aberturas de madera y muebles de hierro.

La cifra de presos que hoy se encuentran dedicados a estas labores asciende al 43 % de la población carcelaria. Cabe destacar que la obligatoriedad de tener que trabajar para aquellos internos que ya hayan cumplido más de la mitad de su condena incrementó notablemente la producción penitenciaria.

"Tenemos algunas empresas privadas que colaboran e incentivan este último anillo productivo como son Pierandrei, para los que se hacen premoldeados de hormigón, Calzados Cuyo, para los que se produce calzado de seguridad, y la empresa Zinca, que hace zapatillas recicladas, quienes para darle valor agregado a sus productos incorporan a personas privadas de la libertad en el penal de San Felipe. Pero también hacemos aportes al Estado, ya llevamos más de 1.000 juegos de sábanas para el Hospital Central que se facturaron en unos $340.000, y 300 más para el Gailac, hacemos ambos de cirugía y en breve empezaremos a reparar los rezagos del Central, como son camas y sillas de ruedas", puntualizó Juan Pablo Rodríguez, jefe de la Unidad de Producción Penitenciaria.

En la actualidad hay 3 niveles de trabajo: el de maestranza (encargados de la limpieza de las penitenciarías”; el de mantenimiento, en donde hacen tareas de plomería o electricidad; y el de producción propiamente dicha,  en donde realizan, en jornadas dobles, desde calzado de trabajo y zapatillas con material reciclado hasta muebles y objetos de herrería.

Actualmente, para corroborar la realización y cumplimiento de las tareas, el Gobierno implementó relojes biométricos en los talleres productivos con el objetivo de registrar la asistencia.

"Para terminar con el mito de si trabajan o no se colocaron esos relojes en los distintos talleres, con lo cual se incentiva la asistencia y se concientiza en esto de que si quieren cobrar por lo que hacen tienen que demostrar que trabajaron", amplió Rodríguez.

Debido a que los internos perciben una remuneración según si trabajan en algún bien para el Estado o si lo hacen para una empresa privada, el sistema también sirve para registrar no sólo quién trabaja sino también el flujo que puede haber de un taller a otro. Como su trabajo es a destajo, ellos cobran recién cuando se venden los productos que elaboraron.

"Nosotros toleramos 5 faltas salteadas y sólo 3 consecutivas, si las exceden se los retira del taller y comenzamos a ver qué pasa, porqué no están yendo a trabajar y lo informamos", concluyó el titular de la Unidad de Producción Penitenciaria.

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