Mendoza registra más casos de sífilis y otras ITS: el testimonio de una médica y una paciente

La provincia no es ajena a la realidad de Argentina y de todo el mundo. La experiencia de Florencia confirma que prevenir la transmisión de una ITS no depende del tipo de pareja que tengamos, sino de la protección adecuada en las relaciones sexuales. Erotizar el cuidado como una herramienta de prevención.

Mendoza registra más casos de sífilis y otras ITS: el testimonio de una médica y una paciente

Foto: www.elsiglodetorreon.com

Sociedad

Salud

Unidiversidad

Julia López

Publicado el 12 DE AGOSTO DE 2022

Argentina y el mundo transitan actualmente un incremento sostenido de distintas infecciones de transmisión sexual (ITS), particularmente de la sífilis, según sostuvo Claudia Salgueira, presidenta de la Sociedad Argentina de Infectología. Mendoza no es ajena a la situación y los equipos médicos observan causas múltiples.

Desde Unidiversidad, dialogamos con Natalia Cassani, médica de planta del servicio de dermatología del Hospital El Carmen. Su especialización es en acné y rosácea y sus pacientes son, mayoritariamente, adolescentes. Explicó que es muy común que personas con alguna ITS lleguen a consultarla porque la mayoría de las ITS tienen –en alguna etapa– manifestaciones en piel.

Sin embargo, no es necesario encontrar síntomas visibles para que una ITS sea detectable, ya que basta con un análisis de sangre. Esa es la experiencia de Florencia, una mujer que descubrió la infección al hacerse un chequeo general. Su pareja le había transmitido sífilis y el tratamiento con penicilina dio resultado. Hoy mantiene relaciones sexuales con protección adecuada y elige el camino de erotizar el cuidado.

La doctora Cassani afirmó que en la cotidianidad de su consultorio ha observado un aumento de las ITS. Particularmente en relación con la sífilis, asegura que se encuentran casos por transmisión sexual en edades cada vez más tempranas, a partir de los 13 o 14 años, y también en personas mayores de 60 años. La causa es clara: se mantuvieron relaciones sexuales sin la protección adecuada.

Sin embargo, explica la médica, hay que analizar las particularidades de cada caso e indagar por qué se llegó a no usar –o usar mal– el preservativo, que, hasta ahora, es el único método de prevención de todas las ITS. Puede haber sido por un déficit en la educación sexual, en algunos casos; en otros, por una reticencia histórica a utilizarlo. Hay factores culturales, incluso hay quienes “han perdido un poco el miedo” y se confían en los avances científicos. “Lo que suelo ver es que, como ya, con el tratamiento contra el VIH –que era lo más temido (...)–, se ha llegado a cargas virales indetectables –y, al tener carga viral indetectable, obviamente no hay transmisión–, (...) uno tampoco le tiene tanto miedo a todo lo demás, porque todo lo demás es tratable”, razona Cassani.

Es cierto. No todas las ITS tienen cura, pero sí tienen tratamiento, general y fundamentalmente, con antibióticos; las hepatitis B y C, con antivirales; y el VIH, con antirretrovirales. Pero lo principal, sostuvo Natalia Cassani, es evitar la transmisión. ¿Cómo? Con el uso adecuado del preservativo durante todo el encuentro sexual, ya sea genital, oral o anal.

El boletín N.º 38 “Respuesta al VIH y la ITS en la Argentina” del Ministerio de Salud de la Nación, publicado en diciembre de 2021, confirma la observación de la dermatóloga. Advierte que la mayor incidencia de la sífilis se encuentra entre personas de 15 a 24 años, con un total del 28,6 % de pruebas positivas, seguido del grupo etario de entre 25 y 34 años, con el 23,5 %.

De las provincias con más incidencia de VIH, Mendoza está en noveno lugar, con 16,9 casos cada 100 mil habitantes: una tasa por arriba de la nacional, que se ubica en 11. En relación con la sífilis, la tasa local –62,9– también supera a la nacional –56,1–. Además, si se categoriza la estadística según el sexo biológico de las personas, tanto a nivel país como a nivel provincia, la tasa de sífilis es mayor en las mujeres y con el VIH sucede lo contrario.

 

Del shock emocional a la erotización del cuidado

Muchas veces se busca únicamente un método para prevenir embarazos, pero los anticonceptivos hormonales no previenen las ITS, recalcó la doctora Cassani. Esto sucede comúnmente, sobre todo cuando las personas tienen una pareja estable. Sin embargo, hay que tener en cuenta que ese tipo de relación, aseguró, “no siempre es tan estable” y aumentan las posibilidades de transmisión.

Esto fue lo que le sucedió a Florencia –a quien le cambiamos el nombre para proteger su identidad–. A sus 28 años, estaba finalizando una relación de ocho años que, según acuerdos internos, se había establecido como monogámica. Separaron sus caminos y ella, con miedos e inseguridades, decidió viajar por el mundo. Antes de partir, se ocupó de hacerse un chequeo médico general, bien completo, “para saber que estaba todo en orden y que podía emprender un viaje largo y lejano", tranquila con su salud, explicó.

Acudió a un tío que trabajaba en el laboratorio de un hospital, y él, cuando tuvo los resultados, se los llevó a su casa. Todo sucedió en un contexto de confianza, relató, algo muy común en su familia: fue su papá quien le comunicó que tenía sífilis. “Fue una enorme sorpresa para mí, no lo podía creer”, aseguró Florencia. “Fue difícil porque mis papás se preocuparon por mí”, agregó, pero señaló que, a pesar de los prejuicios que existen sobre esa ITS, le demostraron todo su respeto y su apoyo.

Sus estructuras se desmoronaron, pero esto le resolvió algunas dudas sobre la planificación de su futuro. “Pensando en que yo tenía esta pareja de ocho años de relación y previo a esta relación había tenido poca actividad sexual”, recordó, se le hizo difícil enterarse del diagnóstico. Ella tuvo que avisarle a su expareja de la ITS, le preguntó si había hecho algo para que eso sucediera y él le confirmó que sí.

“Hay cosas que una a veces no quiere escuchar”, afirmó, pero también entendió  que parte de todo esto es avisarles a las parejas sexuales, que ellas lo hagan con sus vínculos también, rearmar la cadena en sentido inverso, para advertir y frenar la transmisión. “Se genera una cadena si tenemos relaciones ‘monógamas’ (...), y también se genera si tenemos relaciones completamente abiertas y no nos cuidamos”, explicó Florencia.

Con angustia, y a pesar del “shock emocional”, acudió inmediatamente a una médica. “Tenía la necesidad de decirle a la doctora que esto me había pasado en una relación de ocho años, que por eso estaba tan mal”. Ella creía que esto pasaba en relaciones más abiertas, pero su situación le demostró que no y, además de la sorpresa, entraron en juego las emociones.

Ubicada en sus obligaciones, la especialista no le pidió explicaciones y le prescribió el tratamiento: tres inyecciones de penicilina, colocadas con un intervalo de 15 o 30 días, recordó. Para cuando le tocaba la segunda dosis, estaba en Buenos Aires y, en la búsqueda de inyectables, aseguró, sintió cierta discriminación por su situación.

La enfermera que consiguió lanzó su juicio: “Nena, sos rejoven para tener esto, hay que cuidarse (...) hay que elegir las parejas”. Florencia no dudó en responderle que le había pasado en una relación larga y reflexionó: “Hay que entender que esto sucede, que no tiene que ver con el tipo de relaciones que elegimos tener, sino con realmente cuidarse”.

Los estudios posteriores confirmaron que el tratamiento había surtido efecto y ella se fue de viaje pensando en su nueva realidad: “Que cada vez que me hiciera un análisis de sangre, iba a tener que explicar lo mismo en el idioma en que fuera que me encontrara”, detalló. Sabe que siempre va a tener que alertar del contacto con aquella ITS.

“Dentro de esta situación, aprendí que le puede pasar a cualquiera, que simplemente hay que tomar cuidados, que nunca sabemos con quién estamos. No porque no sepamos realmente, sino porque esa persona ha estado con otras, y las personas que han estado con esa persona han estado con otras. Eso es lo que no conocemos y que nunca vamos a conocer, entonces siempre hay que cuidarse”, aconsejó Florencia. “También entendí que es una infección que, si se agarra tiempo, no tiene ningún efecto negativo sobre una. Pero, si pasan los años y no nos enteramos (...), puede traer mayores consecuencias”, advirtió.

Su forma de relacionarse sexualmente “cambió de manera drástica”, aseguró Florencia. Desde el inicio tiene que haber un preservativo bien usado e incluso ella los lleva siempre consigo. “No acepto que un hombre no quiera utilizarlo, bajo ningún punto”. Al principio, si había algún tipo de resistencia para colocarlo, ella contaba su experiencia como “una carta ganada”. Con el tiempo, decidió guardarse su intimidad y suspender el momento ante cualquier excusa para usar protección.

“Eso también hizo que yo aprendiera a erotizar de alguna manera el momento de la colocación de un preservativo” para “no cortar las situaciones” e incluirlo como “parte del 'mood' de tener relaciones”. Sin embargo, es consciente de que “la responsabilidad de no salir con una ITS de una situación sexual tendría que pasar por ambas personas”,

Hoy, Florencia abraza ese camino de “predicadora de la educación sexual”. En eso derivó, con sus herramientas y a pesar de la situación que la afectó emocionalmente. Habita el placer de las relaciones sexuales a través del cuidado. “Me cuido de otra manera y espero que las personas que se relacionen conmigo se cuiden de la misma manera”, sostuvo.

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