"No hay nada más lento que hacer a una sociedad lectora"

Marianne Ponsford, directora del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe, argumenta que la lectura es la antítesis de la gratificación instantánea, tan típica de la época. El rol de las familias.

"No hay nada más lento que hacer a una sociedad lectora"

Imagen ilustrativa tomada de pixabay.com

Cultura

Unidiversidad

Unidiversidad / Paula Carrizosa para La Jornada de Oriente

Publicado el 31 DE AGOSTO DE 2017

Para Marianne Ponsford, directora del Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc), no hay nada más lento que convertir a una sociedad en una sociedad lectora, pues requiere de un trabajo arduo.

En el marco del encuentro "Puebla, Capital de lectura", que se celebró entre el 23 y el 25 de agosto en esa ciudad mexicana, y que fue organizado por la Secretaría de Cultura federal, la especialista dictó la ponencia “Retos para pensar la lectura hoy en América Latina”, en el cual la maestra en Estudios Hispánicos en el University College de Londres, Inglaterra, reflexionó sobre el fomento a la lectura.

Cuestionó por qué cuando hay inversión en bibliotecas, inversión en dotación y capacitación, inversión en planes nacionales de lectura, en encuestas que buscan medir el comportamiento lector, y si hay un juicioso trabajo de mapeo de los recursos que tiene un país, parece que no suben demasiado los índices de lectura. “¿Será que estamos haciendo algo mal?”, exclamó Ponsford.

La también editora dijo que el principal reto que libreros y bibliotecarios tienen actualmente es el ser más y mejores lectores, si se quiere hacer promoción de la lectura. “Tenemos que saber qué lectura recomendar. No se comienza a ser lector por amar los libros; esa es la meta, ese es el premio final”, acotó la directora de Cerlalc.

Agregó que quienes aman la lectura sobre otras tantas actividades, tal vez han cometido el pecado de convertirse en evangelizadores fanáticos. “Somos culpables del desmesurado elogio al objeto libro; nos preguntamos si existe acaso un artilugio humano más extraordinario, pero eso lo comprendemos porque hemos leído mucho”, consideró.

En ese sentido, Ponsford explicó que no hay un solo adolescente sensato en el mundo que crea que un libro le va a cambiar la vida antes de haber leído mucho.

“Quienes nos dedicamos a la promoción de la lectura hemos pensado solamente secundariamente. La idea de educar las pasiones es precisamente lo que hacen los adolescentes; hoy leen internet liberados del peso de tener que leer un libro, ahora leen sin parar sobre diferentes temas, de cosas que ignoramos las generaciones adultas.

“Los jóvenes están satisfaciendo su curiosidad de manera permanente, y probablemente ya han comenzado su andadura como lectores liberados de la insoportable tutela evangelizadora del adulto, que sigue prometiéndole que un libro comprime el alma gloriosa de la humanidad”, dijo, convencida.

Quien fuera directora de la revista Arcadia indicó que la lectura es la antítesis de la gratificación instantánea, e indicó que la madre es una muy buena aliada en el fomento de la lectura en los niños, por lo que cree que los planes de lectura en general de América Latina no se han sabido explotar lo suficiente.

“Nadie es más receptiva sobre el bienestar y los beneficios a la salud de un hijo que la madre. Es posible que no hayamos sabido decirles a las madres que leer a sus hijos fortalece el entramado de conexiones neuronales”.

En dicho sentido, Marianne Ponsford agregó que también se está en deuda en incorporar más y mejor a la familia en la dinámica escolar y que los padres no deben dudar de que a los niños se les debe leer por las noches.

cultura, lectura, educación, marianne ponsford, cerlalc,