Caso Quiroga y el tratamiento mediático

A raíz del lamentable hecho donde perdió la vida el joven de 21 años, Matías Quiroga, los medios de comunicación desplegaron la maquinaria del sentimentalismo barato en detrimento de un análisis con una mirada integradora de la realidad. ¿Por qué los medios manipulan así la información y el dolor de las personas? Entrevista a Ernesto Espeche, periodista, doctor en comunicación y director de Radio Nacional, entre otras actividades.

Caso Quiroga y el tratamiento mediático

Ernesto Espeche doctor en comunicación soocial. Foto: Archivo NU Digital/Axel Lloret

Sociedad

Unidiversidad

Analía Martín

Publicado el 14 DE MARZO DE 2012

El pasado viernes, un grupo de al menos cinco personas, se encontraban asaltando un camión blindado a una cuadra del hipermercado Carrefour en Godoy Cruz. Según los medios que se hicieron eco del hecho, parte del grupo que asaltó el camión de caudales, logró escapar pese a los disparos de los custodios del blindado (Prosegur). Como resultante uno de los custodio terminó herido al igual que uno de los asaltantes, mientras que otro quedó detenido. Al momento de la huída, las tres restantes personas que participaron del robo, se encontraron en las calles Guido Spano y Moreno con Matías Quiroga, de 21 años, que circulaba en su Citröen C3. A punta de pistola lo hicieron detener, lo obligaron a bajarse del coche, lo golpearon con una piedra y lo ultimaron.

Con este lamentable hecho, varios medios de comunicación, no perdieron su oportunidad de desplegar toda su estrategia comunicacional en detrimento de una sociedad que vive en democracia. Lejos de hacer una lectura por fuera del campo emocional, con una visión integradora de la realidad y a la vez crítica, los medios usan de manera burda el dolor de familiares y amigos de Matías Quiroga al para propiciar un clima de caos y sentimentalismos, dos ingredientes fundamentales para preparar el macerado donde embadurnar a los demás actores políticos en función de la perdida de garantías individuales, la vida en democracia, erosionando el juicio crítico de la sociedad. La buena noticia es que no lo lograrán, pasa que ya es sabido que los medios de comunicación no son objetivos, ingenuos, ni ignorantes y tienen intereses políticos claramente definidos.

En este sentido, Ernesto Espeche, periodista, doctor en comunicación, director de Radio Nacional y militante de derechos humanos; brinda su opinión respecto al tratamiento mediático del caso y los por qué de semejante manoseo comunicacional.

"Hay dos cuestiones de deben ser analizadas por separado. Primero, la búsqueda del testimonio de los familiares de la víctima no puede pensarse desde otro lugar que el de el derecho que tienen los familiares de la víctima de decir lo que siente en ese preciso momento, porque obviamente están atravesando un momento muy difícil y lo que diga ahí esta absolutamente justificado. Lo que no se puede justificar, y este es el segundo aspecto, es la utilización en términos de políticas de mano dura o de rechazo a los organismos de derechos humanos, que se viene haciendo desde algunos medios de comunicación. No se puede entender cómo muchos medios de comunicación, desde el dolor de los familiares, pretender llevar adelante mecanismos que intentan inducir al resto de la sociedad, la necesidad de intervenir como si estuviésemos en un Estado de deserción a partir del cual, la supresión de las garantías individuales, está justificada en nombre de la seguridad. O que vivimos en un caos en materia de seguridad que justificaría medidas excepcionales que rozan la inconstitucionalidad cuando no la transgreden directamente. Esto no hace más que degradar, o erosionar, a la propia vida constitucional o a las propias garantías que establece la constitución”.

¿Objetividad? ¿Cuál objetividad? “Los medios tienen posiciones tomadas en distintos ámbitos, tienen intereses, tienen también objetivos que van más allá de los netamente mediáticos. Tiene posiciones políticas porque son actores políticos; y con lo cual tienen una línea editorial expresada en distintos temas que se traducen en programas políticos en concreto. Los medios no son simplemente nexos que establecen un vínculo entre el sujeto de una noticia y el resto de la población, tienen intereses, posiciones, y juegan en la puja por establecer valores en función de sus propios intereses; que no necesariamente obedecen únicamente a la actividad mediática o a la actividad comercial-mediática. En ese sentido, para la mayoría de los medios de comunicación concentrados, una política de seguridad anclada en la mano dura, la supresión de garantías, la criminalización de la pobreza, es una política viable y que debe ser instaurada. Con esto logran establecer un conjunto de valores que están en absoluta sintonía con sus propios intereses”, decía Espeche.





Más allá de lo meramente comunicacional. Quien se informa através de los grandes medios de comunicación “no son llevados de las narices por el medio”. Lo que un medio publica no se convierte de inmediato en una verdad. “Lo que pasa es que hay un clima que se establece al partir del cual se apela a la instalación, o al refuerzo, de determinados valores que ya están instalados en la sociedad. Es un mecanismo de ‘transfusión’, al partir del cual, valores previos de un sentido común que es necesariamente contradictorio, que no es unívoco y que tiene matices. Lo que hacen los medios (o el rol de los medios) en este caso es reforzar determinados valores en detrimento de otros, en un esquema muy general. No estamos diciendo que eso linealmente traslade la formación de opinión de cada individuo, lo que estamos diciendo es que generan climas favorables o desfavorables para determinados valores sean sostenidos como valores incuestionables o valores naturales”, explicaba el Doctor en Comunicación. Y agregaba, “cuando uno analiza un caso de inseguridad desde, y únicamente, la visión que tienen las víctimas y familiares de esas víctimas, no puede, de ninguna manera, trasladarse esto a un plano social y entender de esta manera que todo pobre es un delincuente, o que hay que terminar con las garantías individuales, o que hay que matarlos, o encerrar y condenarlos a perpetua a los jóvenes. Eso es otra cosa que tiene que ver con diseño en materia de políticas públicas en materia de seguridad que, de ninguna manera, puede ser pensado como una estrategia comunicación desde los medios de comunicación. Sí establecen climas favorables para que esas políticas publicas tengan o no éxito. El problema esta cuando, el poder político, se sube al clima de la mediatización de determinados hechos y se legisla en función del clima gestado y generado desde un medio de comunicación”.

La reacción. Familiares, amigos y personas en general han convocado a una marcha para esta tarde a las  18 hs en San Martin y Garibaldi para pedir “justicia por Matias”. Los padres han paseado por todos los medios de comunicación exigiendo desde justicia hasta la cabeza de militantes de derechos humanos. Hace casi, casi, 8 años atrás pasò algo similar. “Blumberg fue un fenómeno de un tiempo determinado, en un momento determinado, en un lugar determinado; me parece que no es trasladable ni traspolable y que fenómenos similares rápidamente perdieron el efecto mediático que sí tuvo el seudo ingeniero en su momento. Trasladar un reclamo absolutamente visceral, y entendible, de un caso de inseguridad – en ese caso, secuestro – al debate público sobre las políticas públicas en materia de seguridad y la intervención activa en materia política, en función de establecer casi un Estado de deserción que limite las garantías. Este fenómeno quiso ser capitalizado por la derecha en nuestro país sin mayores éxitos para traducirse en política pública, más allá de alguna legislación en particular. Quedó demostrado que no nos llevó a ningún lado, que fue más que nada una expresión mediática que no se traduce necesariamente en un programa político al respecto en donde hay especialistas que no piensan todos igual pero que tienen fundamentos sólidos en materia de derecho penal y derecho constitucional que son los que establecen los límites en este sentido”, reflexionaba Ernesto Espeche.