Basurales a cielo abierto: cuestión ambiental y social

Eduardo Sosa, titular de la red ambientalista Oikos, pone en agenda la problemática de los basurales a cielo abierto de la provincia. En concreto, se refiere a la situación de los vertederos de El Pozo y Puente de Hierro por tratarse de los más grandes y contaminantes de Mendoza, pero que a su vez funcionan como fuente de trabajo de muchas personas que habitan en sus inmediaciones.

Basurales a cielo abierto: cuestión ambiental y social

Sociedad

Unidiversidad

Penélope Moro

Publicado el 25 DE ABRIL DE 2012

 La red ambientalista Oikos alertó días atrás a los legisladores provinciales sobre la magnitud alcanzada por dos basurales ubicados en plena zona metropolitana y la profundización de los efectos ambientales negativos  que provocan. Se trata de los vertederos de Puente de Hierro, en Guaymallén, y El Pozo, en Godoy Cruz, considerados en la actualidad por la organización como “los más importantes del oeste argentino”.

La problemática,  que afecta principalmente la salubridad de los vecinos que habitan en las zonas aledañas a estos vertederos,  no es una cuestión fácil de resolver si se tienen en cuenta los centenares de familias que dependen  de la recolección de residuos como modo de subsistencia.  

Eduardo Sosa, quien preside Oikos, brindó detalles técnicos y legales sobre la temática, tras sostener que “la correcta compresión de esta realidad facilita la búsqueda de respuestas”.  Según lo expresado por el especialista, tanto gobierno y municipio como  los propios vecinos en conjunto, deben trabajar para crear una iniciativa que además resulte  superadora de las legislaciones existentes en Mendoza, muchas de ellas hoy obsoletas.

¿Qué características hacen que los basurales de Puente de Hierro y El Pozo sean los más importantes del oeste del país?

A esa conclusión llegamos luego de visitar e investigar muchos vertederos argentinos de esa zona,  Como los de San Juan, Catamarca, La Rioja, Salta y Jujuy entre otros.   Por la cantidad de gente que aporta basura en los basurales de Puente de Hierro y El Pozo  - que son aproximadamente 2 toneladas diarias -  y por la extensión de hectáreas que ocupan,  podemos afirmar con seguridad que son los más grandes del oeste.

 Además por el nivel de contaminación que portan. Hay que saber que ninguno de los dos tiene impermeabilización en el piso. Por eso cuando los residuos compactados entran en contacto con el agua subterránea la terminan contaminando altamente. Sucede que al ser tan permeable estos efluentes   logran infiltrarse con facilidad,  ya sea por la lluvia o por los lixiviados, que son  productos de composición química muy variada contenedores de sustancias toxicas peligrosas para la salud.

Por otra parte, en basurales como estos hay incineración de residuos. Los trabajadores informales que se desempeñan en estos vertederos suelen incinerar los residuos para separar aquello que no se puede recuperar. Esto genera emisiones de gases contaminantes que también son dañinos para la salud. Lo más grave es que estos gases no solamente quedan en el vertedero sino que además se extienden hacia todos los barrios de alrededor.

En Puente de Hierro y El Pozo tampoco hay un estricto control sobre el ingreso y egreso de personas y vehículos. Al ser irrestricto permanentemente se va depositando basura y de cualquier tipo.

Todas estas características son propias de los vertederos no controlados, por eso se dice que Puente de Hierro y El Pozo están a mitad de camino entre los vertederos controlados y los basurales a cielo abierto.

¿Podés explicar las diferencias entre los vertederos no controlados, los controlados y los basurales a cielo abierto?

Sí, todas esas son distintas categorías de basurales o vertederos. En el extremo superior, en el punto más alto en cuanto a desarrollo y organización, se encuentran los vertederos de rellenos  sanitarios, estos se construyen a través de una técnica de ingeniería diseñada específicamente  para hacer la disposición final de los residuos. Permiten depositar de manera definitiva los residuos en mejores condiciones de seguridad y en el menor espacio de terreno posible.

En ellos sólo pueden ingresar aquellos autorizados para llevar la basura y el personal de apoyo. Son los modelos a seguir, ya que manejan la menor cantidad posible de contaminación si se los compara con el resto. De hecho casi no generan la proliferación de ratas, insectos , etc.

En cambio, los vertederos controlados sin relleno sanitarionohan sido específicamente diseñados para guardar los residuos con seguridad,  pero han sido mejorados con el tiempo a través de algún reacondicionamiento.  Puede ser que algo les falte, ya sean las membranas impermeabilizantes o el sistema de recolección de gases o efluentes que genera la propia basura.

También existe la categoría de los vertederos no controlados que incluyen basurales a cielo abierto como los de Puente de Hierro y El Pozo, entre otros. Estos no tienen las condiciones de seguridad que permiten depositar la basura y evitar la contaminación ambiental. En realidad se asimilan más al basural a cielo abierto que al vertedero controlado, sucede que es una categoría que se inventó durante la gestión de Julio Cobos para utilizarla como justificativo de que gran porcentaje de los residuos iba a un destino controlado o seguro, pero en realidad no es así.

Bueno y el extremo inferior es el caso de los basurales a cielo abierto, que te repito, prácticamente son los mismos que lo vertederos no controlados. Donde hay contaminación total por falta de obras de seguridad, proliferan en ellos lo que se llama fauna nociva – que son las ratas, las moscas, etc -, no presentan ningún tipo de control, y los incendios son comunes aquí. Por eso para Oikos los basurales de Puente de Hierro y El Pozo son a cielo abierto.

¿Mendoza cuenta con la existencia de vertederos de rellenos sanitarios como casos ejemplares?

Sí, el basural de San Carlos está construido sobre una obra de ingeniería que trata los residuos de forma segura y casi no tiene efectos negativos sobre el medio ambiente. Además está estratégicamente  ubicado a una distancia considerable de la población o vertientes de agua. Pertenece a un consorcio interjuridiccional tal como lo prevén las normas a partir del Plan Provincial de Residuos Sólidos.  En los municipios del Valle de Uco fue donde primero se formó un consorcio y esto permitió conseguir el financiamiento para construir este vertedero ejemplar.

También podría mencionar el de La Tombina en San Rafael. Pasa que aunque esté en funcionamiento aún no está concluida la obra. Tuvo que habilitarse de forma apresurada porque el otro basural de ese departamento, El Jilguero, se había saturado y ya estaba causando severos daños. Cuando  La Tombina esté completamente concluida va a ser otro caso ejemplar.

Tengo la información también de que se construirá otra planta de relleno sanitario en San Martín. Pero primero debe conformarse un nuevo consorcio en el este.

Por otro lado hay que destacar el de El Borbollón en Las Heras que es un vertedero controlado. Este gran basural al norte de Mendoza está bien manejado y custodiado aunque no sea de relleno sanitario. Es que no siempre se puede llegar a un relleno sanitario con todas las características que debería tener, pero sí se puede avanzar con  la evacuación de los gases y con determinada organización en el depósito de la basura. Todos estos recaudos hacen mucho.

¿Existen en la provincia programas de saneamiento que permitan  llegar a esos casos ejemplares con el resto de los basurales?

No. Lo que existe es la Ley provincial Nº  5070 de Áreas Naturales Protegidas y  la Ley Nº 7168 de Residuos Patogénicos. También  están  las reglamentaciones  que determinan la manera en que se debe solucionar, pero no alcanza. Hace falta una ley que rija sobre los pasivos ambientales. Cuando Guillermo Carmona era diputado provincial presentó un proyecto para crear esta ley, pero  nunca prosperó. Esa fue la única iniciativa que existió al respecto.

Después está el Plan Provincial de Residuos Sólidos que data de la gestión de Arturo Lafalla, pero que es imprescindible actualizar porque  la situación tanto de los patogénicos como de los residuos sólidos urbanos ha cambiado mucho en los últimos años. Lamentablemente hoy estamos frente a un ámbito legal  e institucional que no está en condiciones de abordar esta problemática.

Uno de los primeros actos de gestión del actual gobernador, Francisco Pérez, fue realizado en El Pozo ¿Esto no renueva expectativas sobre que al fin se tomen cartas en el asunto?

El gobernador tuvo un gesto muy interesante en el sentido de manifestar su preocupación a través de ese acto, y más teniendo en cuenta que el colectivo social que abarca ese basural es bastante grande, pero desconozco si se han realizado acciones concretas con el fin de mejor la situación.

Sí hay un proyecto de construcción de una planta de tratamiento por parte de un privado que ya venía de la gestión Celso Jaque, pero no se ha dicho oficialmente nada sobre su posible avance .El municipio de Godoy Cruz había intentado que se aprobara un estudio de valoración de impacto ambiental y tengo entendido que el gobierno anterior atrasó la realización del emprendimiento.

Pero sí, hay expectativas de que durante esta gestión pueda resolverse el tema de los basurales. No debería haber  impedimentos para un trabajo en conjunto entre el municipio y el gobierno. De todas maneras las soluciones no sólo provienen de un solo lugar, deben interactuar juntos  gobierno, municipio, vecinos y la ciudadanía en general, que es la que no tiene conciencia al momento de generar basura.

Los basurales terminan siendo de alguna manera una fuente de trabajo para las personas desocupadas ¿Se sabe en exactitud cuántas familias dependen de El Pozo y de Puente de Hierro?

Son aproximadamente 300 familias las que trabajan directa o indirectamente sobre El Pozo y 200 las de Puente de Hierro.  Lo que hacen básicamente es recolectar materiales entre los residuos que puedan reciclarse para luego revenderlos. Hay una organización para ello entre  carreteros y recolectores.

¿Se tiene en cuenta la situación social de estas familias al momento de presentar proyectos para erradicar los basurales o construir nuevos?

Seguro, la idea es preservar el ambiente pero también mejorar las condiciones laborales de los pobladores. Cuando Oikos fue a la justicia en el 2009 solicitó por un lado el cese del daño ambiental,  que concretamente era que se dejaran de tirar residuos patogénicos en el basural de Puente de Hierro. Pero como segundo pedido estaba la solicitud de que se le brindara una adecuada cobertura de salud, educación y formación profesional a los trabajadores informales de estos vertederos. 

La iniciativa contemplaba que aquellos que deseaban desarrollar la actividad de recolección de residuos y separación lo hicieran en condiciones de salubridad, y que  aquellos que desearan salir de la actividad tuvieran una formación profesional que les permitiera optar por otros empleos. Proponíamos una serie de subsidios nacionales, provinciales  y municipales,  y que en conjunto busquemos nuevos financiamientos para construir una planta de separación y tratamiento de residuos con lo cual los trabajadores pudieran organizarse y hasta evitar los intermediarios. Pero la propuesta no tuvo éxito hasta el momento.