Piden ampliar el programa de Cuidados Paliativos

Profesionales del Hospital Central explicaron los problemas que encuentran en su trabajo. Se necesita más presupuesto y voluntad política para extenderlo a todo el suelo mendocino.

Piden ampliar el programa de Cuidados Paliativos

Provincial

Unidiversidad

Juan Stagnoli

Publicado el 20 DE DICIEMBRE DE 2016

En el segundo piso del Hospital Central funciona el equipo de cuidados paliativos del área de Oncología. En total trabajan dos oncólogos, un sacerdote, una psicóloga y un profesor de artes plásticas que de lunes a jueves atienden a 56 pacientes por semana en la etapa final de la enfermedad y, aunque el programa en ese nosocomio se inició a comienzos de 2016, reclaman mayor compromiso del Estado para abordar esta situación y piden que se cumpla el Programa Provincial de Cuidados Paliativos. También reclaman que se extienda a toda la provincia.

El desafío de este grupo es grande: reciben personas con cáncer oriundas de distintos lugares de la provincia y han dado diferentes charlas a otros especialistas y estudiantes para sacar los miedos y responder a las necesidades de los pacientes. Es un trabajo complejo porque deben luchar con los miedos de los pacientes, pero también con los de los otros colegas.

La doctora Nuria Comas, directora del equipo, explicó a Unidiversidad que recibió apoyo del Hospital y, aunque hacen todo a pulmón, uno de los desafíos es ampliar la prestación del servicio. Un ejemplo es la descentralización de la atención, porque muchas personas tienen que recorrer grandes distancias con dolor y en muchos casos tienen escasos recursos económicos, por los que los costos de traslado dependen íntegramente de los nosocomios.  Un caso en esta línea es el del equipo de cuidados paliativos que se abrió en el hospital Perrupato de San Martín.

Además es necesario hacer más conocido el programa. Sin embargo, para lograr esto se debe aumentar la cantidad de personal, lo que implica destinar mayor presupuesto y significa un compromiso del sector político. En 2011 la Legislatura aprobó una ley sobre cuidados paliativos y en cinco años, según los especialistas, no se han visto grandes cambios.

“Los médicos son explícitos, explican el proceso. La información se va dando de forma paulatina en la medida en que lo requieren el paciente y el familiar. La suerte es que los pacientes pueden venir cuantas veces lo necesiten”, detalla el sacerdote Enrique López. De todas maneras, los miembros del equipo sostienen que es necesario hacer un cambio cultural para que más personas se apropien del tema y se quiten, sobre todo, los miedos.
 

Despejando dudas

Comas explicó que muchas personas llegan con miedo porque relacionan la sedación paliativa con la eutanasia. La especialista explicó que, además de que la eutanasia es ilegal y la sedación paliativa está avalada por la ley, la diferencia entre ambos procedimientos es conceptual.

“Eutanasia es provocar la muerte. En la sedación paliativa, el paciente debe cumplir con determinados requisitos: dolores interminables, vómitos, y se le da la dosis farmacológica para que descanse, duerma y encuentre la muerte. La muerte le llega porque se va apagando, no porque se le aplique algo”, sentenció la doctora, que aclaró que durante todo el proceso es el paciente el que toma la decisión, siempre dentro de los límites éticos de los médicos.

Sobre esto, la médica agregó que hay mucha desinformación. La causa es social, porque a la gente no se la cuida como antes. “Se la deja sola”, remarcó. La segunda barrera que deben superar los médicos que deciden aplicar cuidados paliativos son los reproches de otros profesionales que están en contra, por ejemplo, del uso de la morfina, en especial por ignorancia. Ante esto, Comas explicó que ese medicamento no es adictivo, salvo que el paciente tenga una personalidad adictiva per se.

A los pacientes se los educa sobre el fármaco y ellos deciden. “Nunca deciden que no. Calma el dolor, es económica, la da el hospital y es mucho menos nociva que otros antinflamatorios (...) Nuestros peores enemigos son los colegas y eso se debe a que venimos mal informados de la facultad. La morfina no sirve sólo para el dolor, sino también para la disnea y la tos”, reclamó.

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