Plásticos de un solo uso: ¿alcanza solo con reciclar?

Especialistas dialogaron con Unidiversidad y coincidieron en que ya no suficiente, sino que también es necesario “desplastificarnos”, es decir, reducir sustancialmente el consumo de plásticos descartables.

Plásticos de un solo uso: ¿alcanza solo con reciclar?

Foto: Freepik.com

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Emilio Murgo

Publicado el 23 DE DICIEMBRE DE 2021

La utilización de plásticos, para bien o para mal, ha llegado para quedarse, y es por ello que resulta importante entender que estamos en un "momento cultural del descarte", aunque eso no siempre fue así. A partir de los años 50, hubo un boom de utilización del plástico en formato descartable y de manera excesiva. De hecho, se estima que, actualmente, 8 millones de toneladas de plásticos ingresan al océano por año, lo que afecta a más de 600 especies (incluida la especia humana).

Estamos produciendo y consumiendo mucho plástico. En Argentina, sabemos que consumimos y utilizamos 42 kilos de plástico por año (por persona). La mitad de esos 42 kilos son plásticos descartables (envases, embalajes, bolsas).

Unidiversidad dialogó con Ailén Ortiz, integrante del área de políticas públicas de Unplastify, una empresa social que tiene como finalidad “desplastificar”.

Unplastify es una empresa social con foco en Latinoamérica que tiene como misión cambiar la relación humana que tenemos con el plástico. Vemos el problema del plástico desde una perspectiva cultural, y la forma en que trabajamos es acelerando procesos sistémicos de desplastificación con individuos, organizaciones, empresas y gobiernos para así minimizar el uso de plásticos descartables”.

Frente a este desafío, hay cada vez más casos de regulaciones públicas, estrategias institucionales y cambios de comportamiento del consumidor que apuntan a reducir y minimizar el uso de plásticos descartables de manera sistémica. “El impacto que generan los plásticos descartables sobre el ambiente, sumado a las cifras de producción de estos y su mala gestión, han puesto sobre la mesa la gran necesidad de reducir el uso y abuso que hacemos de ellos. Muchas veces, cuando se habla de prohibir plásticos, se piensa que se va a prohibir el plástico en concreto, pero en realidad, el problema es el descartable y no el material en sí. El problema es el uso y abuso que hacemos de él, sobre todo cuando tenemos un montón de materiales que no se reciclan”, afirmó Ortiz.

La solución no es tan fácil

Recientemente comenzaron a utilizarse e investigarse materiales alternativos a los plásticos basados en combustibles fósiles. Se los conoce como bioplásticos, plásticos biodegradables y/o compostables. Aunque se presentan como una alternativa superadora, un informe publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) manifestó preocupación sobre el etiquetado de productos como "biodegradables” y su impacto, ya que tiende a aumentar el comportamiento de desechar estos materiales al ser percibidos como una solución técnica ambiental.

“La clave para Unplastify es entender que lo mejor que podemos hacer como sociedad para intentar solucionar este problema es ‘desplastificar’, es decir, reducir y minimizar lo más posible el uso de plásticos descartables. Esto no habla de reemplazar un descartable de plástico por otro material, sino que refiere a la acción de pensar y evitar utilizar estos materiales y sus residuos”, destacaron desde la empresa.

En cuanto a la aparición de materiales alternativos, como lo es el bioplástico, desde la empresa agregaron lo siguiente: “Desde Unplastify, siempre ponemos un signo de cuidado cuando aparece el bioplástico como un material alternativo, ya que el mismo es un material muy complicado y tiene poca información. El bioplástico –así como el reciclaje– aparecen como una solución mágica, pero no son del todo suficientes”.

“La realidad es que el bioplástico en sí utiliza para su elaboración materias primas basadas en productos naturales en vez de utilizar petróleo. Esto no quiere decir que el plástico se degrade en menos tiempo, sino solamente que es elaborado de otra forma”, continuó Ortiz.

“Muchas veces, el bioplástico tarda la misma cantidad de tiempo en degradarse que un plástico normal fabricado a base de petróleo. Lo que sí cambia es si en su elaboración figura que fue desarrollado sobre la base de compostables. Para ello, se le coloca un certificado de compostabilidad. lo que permite que ese producto tenga 180 días para que pueda degradarse”, expresó.

 

Otros materiales

A la hora de pensar alternativas para reemplazar al plástico, entre los materiales más comunes están el papel, el algodón y el vidrio. Sin embargo, no es sencillo determinar qué material resulta más conveniente en términos de su impacto socioambiental.

La problemática de los plásticos de un solo uso

Al momento de caracterizar la problemática de los plásticos, es esencial hablar de la gestión y de cómo su falta se convierte en un problema. Al final de su ciclo de vida, los productos o envases pueden ser reciclados, incinerados, enterrados en vertederos, vertidos en lugares no regulados o desechados en el ambiente.

Según cálculos recientes, a nivel mundial, el 79 % de los residuos plásticos que se han producido hasta ahora yace en rellenos sanitarios o el ambiente, mientras que aproximadamente el 12 % ha sido incinerado y sólo el 9 % ha sido reciclado. Estos números nos dan a entender que, por más que haya que continuar reciclando, el reciclaje no es la única solución al problema del plástico.

Juan Pablo Ojeda, integrante del Centro de Estudios de Ingeniería de Residuos Sólidos (Ceirs) de la Facultad de Ingeniería de la UNCUYO e investigador del Conicet, trabajó en un proyecto en forma remota (producto de la pandemia) para hacer un relevamiento en toda el área metropolitana de Mendoza con el fin de conocer cuánto plástico se estaba generando a inicios del 2021 y cuánto se estaba recuperando a través de las distintos programas que hay en cada municipio.

“Hay dos pasos que debemos tener en cuenta antes de hablar de reciclaje, puesto que este también consume agua y energía, y genera subproductos que no son reciclables. Además, se necesita una logística de recolección, transporte y captación; por ende, bajo estos parámetros, podemos afirmar que no es para nada la situación ideal. El reciclaje está asociado generalmente con algo positivo y no siempre es así, ya que debe considerar estos otros impactos”.

Algunas de las causas de esta problemática son la falta de regulación sobre la prevención en el uso de plásticos, la falta de promoción de una correcta separación de los residuos en origen y la falta de fomento de la economía circular. También se destaca la carencia de instrumentos económicos, como impuestos, para aumentar el costo de los productos de plástico no esenciales y así disminuir gradualmente su consumo.

Es necesario poner en valor la economía circular, es decir, pensar en productos que, una vez que alguno de sus componentes falla, pueda ser reemplazado por otro con el fin de prolongar su vida útil. También se puede pensar en desarmar y utilizar aquellos componentes que puedan ser de valor para fabricar un nuevo producto”, agregó Ojeda.

Desplastificar, un "no verbo" que explica y reúne lo que debemos hacer

Unplastify, el nombre de la empresa social, quiere decir ‘desplastificar’. Es una palabra que inventamos para tener una especie de marco de lo que queremos hacer. Es una palabra que todavía no existe en la RAE, pero ojalá que dentro de poquito esté”, señaló Ortiz.

“Nuestro significado es que desplastificar es la acción progresiva de minimizar sistémicamente el uso de plásticos descartables/de un solo uso mediante el rediseño de hábitos, operaciones y normas. Además, tiene como un su gen la palabra 'prevenir', ya que termina siendo lo más básico que podemos hacer como sociedad”, destacaron desde la organización.

Fuente: Ecohouse - Unplastify

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