Residencias virtuales, una alternativa posible solo para algunas carreras

Ana Sisti, decana de la Facultad de Educación, analizó la situación de las prácticas finales y la dificultad de la educación virtual en algunas carreras.

Residencias virtuales, una alternativa posible solo para algunas carreras

Foto: captura YouTube

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Unidiversidad / Ángeles Balderrama

Publicado el 09 DE SEPTIEMBRE DE 2020

La crisis sanitaria por COVID-19 y el consiguiente aislamiento social generaron cambios estructurales en todas instituciones, y la educación no fue una excepción. En este sentido, algunas carreras universitarias que exigen  la instancia de prácticas y residencias presenciales, tanto para finalizar un año como para recibirse, se encuentran en un limbo. A pesar de que se intenta trasladar lo presencial a lo virtual, los objetivos no pueden cumplirse en su totalidad y una gran cantidad de aristas quedan relegadas. Ana Sisti, decana de la Facultad de Educación, dialogó con Unidiversidad sobre la compleja situación de las prácticas virtuales.

“En el caso de la educación inicial, primaria y especial, tuvimos en cuenta la primera resolución de la Dirección General de Escuelas que daba la posibilidad de realizar el 40 % de contenido teórico virtual, el 30 % de práctica virtual y el 30 % esperando tener una práctica presencial. Obviamente, todo depende del contexto, porque esto fue planteado en junio y se pensó que, probablemente en septiembre, se podría tener una práctica presencial. Ahora todo va cambiando”, explicó la decana.

Repensar la educación en tiempos de pandemia

Desde la Facultad de Educación de la UNCUYO, elaboraron un texto para reflexionar sobre la enseñanza en el contexto de pandemia por coronavirus Covid-19. La doctora Fernanda Ozollo, profesora de la Facultad de Educación, y la licenciada Noelia Naranjo, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, invitan a repensar la digitalidad en el marco educativo.

De esta manera, con el correr de los meses, el gobierno escolar rectificó sus resoluciones y se comenzó a pensar en una práctica que involucre el ciento por ciento de virtualidad. Sin embargo, desde la unidad académica destacaron que es muy compleja la realización de una residencia virtual para algunas carreras.

“En inicial, es bastante complejo cerrar una práctica en la que los y las estudiantes no hayan tenido una instancia de presencialidad, porque son tan pequeños que se necesita poner el cuerpo. En el caso del trabajo con personas con discapacidad, también es necesario vivenciar esa instancia; sin embargo, una carrera como Lengua de Señas es posible transitarla desde lo virtual. En primaria es complejo, pero la realidad es diferente”, dijo Sisti.

Si bien los equipos de prácticas profesionales continúan pensando herramientas que permitan realizar el traspaso de lo presencial a lo virtual, también remarcan que el escenario vivido no es elegido, sino una situación a la que fueron empujados. “Sería diferente si hubiésemos tenido el tiempo para realizar todo un recorrido, un camino que lleve a la presencialidad virtual. Tenemos que tener en cuenta que no es lo mismo enseñar de manera virtual a adultos o jóvenes que a pequeños de cinco años, niños o personas con discapacidad. Son poblaciones totalmente diferentes”, ejemplificó la decana.

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Además, el contexto de virtualidad no implica solamente la enseñanza/aprendizaje de contenidos, sino también poner en juego la mediación de las familias y la situación de cada estudiante. “Antes, el practicante iba al aula y trabajaba en paralelo con un docente en un espacio acondicionado para esa tarea. Hoy, entramos a la casa de los demás y eso complejiza el panorama”.

“Tenemos una variable que tiene que ver con el practicante y hasta qué punto esa persona puede entrar en la casa de un estudiante. Por otro lado, también dependemos completamente del acompañamiento que haga la familia con el niño o la niña, especialmente con los más pequeños, con los que sí o sí el adulto es mediador, desde prender la computadora hasta sostener la conexión en una plataforma”, comentó Sisti.

WhatsApp es la principal vía de comunicación en nueve de cada diez escuelas

De acuerdo con los datos del Ministerio de Educación de la Nación, menos de la mitad cuenta con acceso fijo de buena calidad en la señal a Internet. Del lado de los docentes, 8 de cada 10 aseguran que tienen limitaciones de conectividad y el celular se convirtió para todos en el dispositivo más utilizado.

En líneas generales, la mirada y aportes del practicante son enriquecedoras en el proceso educativo, pero, debido al contexto de pandemia y la intervención de dispositivos tecnológicos, su rol es complejo. De esta manera, es difícil pensar en una residencia final virtual, pero sí se pueden desarrollar prácticas anuales en esta modalidad.

“Tenemos que seguir analizando herramientas para poder trabajar en esta situación. Los docentes de la facultad también se encontraron frente a esta compleja realidad en la que algunos pudieron desarrollar estrategias tecnológicas y otros están en el proceso. En el caso de las prácticas que se encuentran en primero, segundo o tercer año de cada plan de estudios, algunos contenidos que no se desarrollen en la virtualidad pueden articularse con las prácticas del año siguiente, pero lo difícil es la residencia, donde los contenidos y la presencia son esenciales para su formación”, concluyó la decana Ana Sisti.

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