Sobre mitos y leyendas

Abordamos algunas claves para entender qué son las leyendas y cómo la ciencia puede interpretarlas de una manera distinta.

Sobre mitos y leyendas

El mito no es una narración, sino un componente que cumple un puesto importante en la tradición y continuidad de una cultura en relación con las actividades humanas realizadas en el pasado. Foto Leszek Bujnowski.

Especiales

Enrique Roig

Publicado el 10 DE SEPTIEMBRE DE 2012

Los mitos y leyendas tienen que ver con las inquietudes acerca de los fenómenos naturales y humanos. Esto ha sido desde tiempos remotos e imprecisos un incansable esfuerzo intelectual por dar respuestas a dilemas existenciales acerca de los misterios sobre nuestras vidas: quiénes somos, de dónde venimos y a dónde vamos a parar, por ejemplo.

Por lo tanto, si fuéramos unos navegantes perdidos mar adentro seguramente nos preguntaríamos por la tarea de alcanzar las cartas náuticas (hoy en día un GPS) para poder navegar tranquilamente en el mundo que habitamos, sabiendo que ocupamos un lugar, una función y que debemos cumplir con determinadas tareas.

Tales expectativas se manifestaban alrededor de los secretos acerca de nuestro origen: dónde aparecemos, por qué tenemos que morir, a dónde vamos a parar después de la muerte, qué son el amor, los hombres, las mujeres, por qué hay día y noche, truenos, lluvias, incendios, inundaciones y guerras.

Y es allí donde viejas historias, creencias o mitos que se encontraban en las antiguas formaciones de familias en tribus, grupos humanos o pueblos estaban referidas a leyendas que definían la existencia de dioses que tenían su propia vida social y cómo las consecuencias de sus peleas divinas condicionaban para bien o mal la existencia humana, los modos de vida, instituciones religiosas, éticas y las costumbre de nuestros mundos.

Aquella presencia de dioses había permitido explicar, en el caso de los antiguos griegos, las fuerzas de la naturaleza y las normas reguladoras de la conducta humana. Así “todos los hechos naturales que suscitaban curiosidad, tenor o esperanza eran interpretados por la ingenua fantasía como manifestaciones de un alma de las cosas o de un demonio que habitaba en las cosas.”[i]

Con el tiempo esos dioses fueron tomando la forma de personas, porque el hombre empezaba a forjar las divinidades a su imagen y semejanza con lo cual aparecían los politeísmos antropomórficos.

Sin embargo, alrededor del siglo V a. C. en adelante emerge la filosofía occidental en compañía de una serie de doctrinas como la  matemática, la geometría, astronomía y geografía que comenzaban a disputarle -en tanto reflexión racional- la interpretación de los fenómenos naturales y humanos a los mitos. De ese modo, se iniciaría un largo camino que desembocaría en el renacimiento moderno de la filosofía antigua, la ciencia y tecnología y el desarrollo científico actual.

Sin embargo, no se puede decir que haya una evolución natural de los mitos o leyendas al logos o razón de la ciencia. La relación de ambos mundos es distinta,  el mito puede ser considerado una forma atenuada de intelectualidad, forma autónoma de pensamiento o de vida e instrumento de control social. Por ese motivo algunos autores consideran al mito como un pensamiento prelógico, porque esa reflexión prescindiría del orden racional.

Desde otra perspectiva, la sociología de Milanowski considera al mito como un elemento fundamental de la cultura. El mito no es una narración, sino un componente que cumple un puesto importante en la tradición y continuidad de una cultura en relación con las actividades humanas realizadas en el pasado. Por esto, todo cambio histórico crea su propia mitología, que es relativamente indirecta al hecho histórico.

La antropología de Lévi-Strasuss ha demostrado que el mito no es un relato histórico, sino la representación de hechos que se reiteran de una manera uniforme en la vida de los hombres, como pueden ser: nacimiento, muerte, derrota, victoria y la relación entre los sexos. En ese sentido, el mito expresa cómo un grupo humano se las arregla para resolver un problema de su existencia o postura frente al mundo.

Entonces los mitos pueden ser, dentro de esta multiplicidad de definiciones y posturas filosóficas, sociológicas y antropológicas, relatos de fábulas sobre  héroes, caudillos y conceptos abstractos (Nación, Libertad, Patria, Trabajadores) que cumplen una determinada función en la sociedad,  porque ellos  nos permiten darle sentido a muchos aspectos de nuestras vidas.

Entrevista a Claude Lévi-Strauss

Frente a los mitos, la ciencia es una construcción teórica racional sometida a la verificación empírica. Ella está fundamentada lógicamente bajo cierta rigurosidad metodológica por medio de leyes o invariantes que permiten predecir posibles fenómenos que van a surgir en el futuro y hacer reinterpretaciones del pasado.

En definitiva, la ciencia podría dar una interpretación diferente a la de los mitos, permitiendo alcanzar mayores grados de autoconocimiento o conciencia. Por ejemplo, podríamos interpretar qué significado antropológico tiene la leyenda criolla de una bruja llamada Pericana que se come a los niños que no se acuestan a dormir la siesta cuyana.

Por supuesto, cabe la duda de preguntarnos si la ciencia no es también otra forma de creencia, de relato, que podría elevarse al rango de mito. Esto no lo sabemos, pero no lo descartamos.

 ABBAGNANO, Nicola. “Diccionario de filosofía”. México. Ed Fondo de Cultura Económica. Año 2004.

 [i] LAMANNA, Paolo. Historia de la filosofía. Tomo I. Pág 87.

 

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