Subastar monedas en internet: ¿un rebusque económico como en 2001 o simple oportunismo?

Al ritmo de la inflación, en las redes sociales abundan las subastas para comprar monedas por kilo que terminarán en una fundición de metales. Para el sociólogo Pablo Izquierdo, hay muchas diferencias con la modalidad del trueque que surgió en aquella época, pero un punto en común: la aparición de nuevos actores de la economía social.

Subastar monedas en internet: ¿un rebusque económico como en 2001 o simple oportunismo?

Subastar monedas en internet: ¿un rebusque económico como en 2001 o simple oportunismo?

Sociedad

Unidiversidad

Ernesto Gutiérrez

Publicado el 19 DE MARZO DE 2024

La crisis económica empuja a la población a buscar alternativas para subsistir, como ocurrió en 2001 con el trueque -una actividad liderada principalmente por mujeres en los barrios populares- y la venta de metales en chacaritas y corralones. Hoy, en una situación similar, emerge un fenómeno peculiar: la compra y venta de monedas por kilo, un nuevo medio para conseguir algo de ingresos. Sin embargo, para el sociólogo Pablo Izquierdo, esto es un simple "oportunismo" que está muy lejos de ser un "rebusque" masivo y organizado como ocurrió en aquella época, aunque destacó que pese a las diferencias, ambos contextos tienen un punto en común: el nacimiento de nuevos actores de la economía social.

Lo inusual de este "compro metales por kilo" es que ya no solo es propio de chacaritas o corralones, sino que se trasladó a plataformas de comercio electrónico y a grupos de redes sociales, donde se organizan subastas para comprar y vender monedas a precios significativamente altos. Quienes participan en este fenómeno adquieren las monedas con la intención de venderlas posteriormente a establecimientos especializados en la recuperación de metales que valoran más su contenido de cobre o níquel que su función como medio de intercambio. Esta tendencia plantea interrogantes acerca de si estamos ante la presencia o no de una nueva forma de buscar salidas para paliar el impacto de la actual situación económica del país en las familias argentinas.

Frente a una nueva crisis inflacionaria en el país emerge un fenómeno peculiar: "Compro y subasto monedas por kilo". Foto: Ámbito

“En 2001 vimos emerger los trueques liderados principalmente por mujeres como una estrategia de supervivencia e ingresos. Si bien el contexto difiere, hoy la situación ha llevado a muchos a organizarse: tenemos la economía social, los actores más organizados como las cooperativas y los recuperadores urbanos. Se tiene conocimiento de que en las crisis aumenta el ingenio de este tipo de actores y también para los compradores, todo relacionado con el rebusque”, explicó el sociólogo Pablo Izquierdo a Unidiversidad.

Dentro de estos mecanismos que surgen en tiempos de crisis, están quienes aprovechan para generar un "negocio redondo", como ocurre con el mundo de las monedas.

“Lamentablemente, la situación del país me llevó a esto. Luego de la pandemia, me despidieron y tuve que salir a juntar latas de cerveza, botellas de vidrio, cartón, que vendía para mantener a mi familia, hasta que, un día, un amigo me contó del negocio de las monedas. Hoy tengo trabajo, no vivo de esto, pero me ayuda con la economía de mi casa”, detalló un comprador y subastador de monedas que prefirió el anonimato por cuestiones de seguridad. Sostuvo que las ofertas que hay en torno a las monedas son múltiples y pueden dividirse en dos grandes partes.

“Por un lado, tenés las monedas doradas de 50 y 25 centavos, acuñadas en cobre y con un peso de casi 6 gramos, que pueden llegar a venderse por diez o quince veces su valor, todo dependiendo de la cantidad de monedas de que se trate. Las de 25 también tienen una versión plateada, que tiene menos cobre, pero su valor sube por el níquel que contienen. Las nuevas de 5 y 10 pesos también entran en este negocio, aunque encontrarlas es cada vez menos usual”, puntualizó.

“Las bicolor (monedas de 1 y 2 pesos) son las que más se pagan en las redes sociales", dijo el subastador a Unidiversidad. Foto. Ámbito

Por otro lado, sostuvo que las monedas de 1 y 2 pesos bimetálicas, con el centro dorado y anillo plateado para el primer caso, y a la inversa para la de 2 pesos, ambas con un peso algo mayor a 7 gramos, son las más codiciadas para los reducidores de metales y, desde luego, las que más abundan por su cobre y níquel. “Las bicolor (monedas de 1 y 2 pesos) son las que más se pagan en las redes sociales, llegando a multiplicar por diez su precio. Solo para que tengas una idea, hace unos meses, en una subasta, unos 35 kilos arrancaron en $4700 el kilo, por la tarde subió a $164.500 ($4857 el kilo) y llegó a casi $200.000 ($5714 el kilo). Son monedas muy demandadas en el mercado”, explicó el usuario y comerciante de monedas.

De yapa, en estas comunidades se aprenden datos curiosos (que para los interesados son útiles). "Para los nuevos en este tema, en un kilo entran 158 monedas de 1 peso, mientras que entre 140 y 142 monedas de 2 pesos pesan un kilo", afirmó el subastador.

En tanto, para el también integrante del Foro de Economía Social de Mendoza, el artilugio de comprar y subastar monedas por internet no es un fenómeno emergente ni masivo como el trueque y el rebusque, pero sí puede ser producto de la devaluación del peso argentino.

“No estamos ante estrategias de supervivencia como las vimos en la crisis social de 2001, sino ante oportunidades que pueden encontrar los sectores medios y no populares. La terminología 'subasta y redes sociales' hacen del fenómeno una oportunidad de generar dinero en un contexto de devaluación del peso, que hace que la moneda valga más como metal que por su valor de intercambio. No hablamos de algo masivo, sino de simple oportunismo ante la suba de los metales en el comercio y la devaluación del peso argentino. Además, nunca podría tener el alcance que tuvo el trueque hace más de dos décadas”, detalló. 

"Para los nuevos en este tema, en un kilo entran 158 monedas de 1 peso, mientras que entre 140 y 142 monedas de 2 pesos pesan un kilo", afirmó el subastador.​ Foto: Ámbito.

Pero ¿cómo puede ser que las monedas se hayan transformado en simples piezas metálicas para fundir en lugar de ser dinero de curso legal para hacer pagos? La explicación, dijo el sociólogo e integrante del Foro de Economía Social de Mendoza, está en la inflación y su interanual, que roza el 280 %. 

“Este aumento constante de los precios determinó que las monedas quedaran cada vez más lejos de ser utilizadas en las operaciones cotidianas. Creo que la desaparición de las monedas de la circulación diaria ha dado lugar a un mercado clandestino, porque está penado por el Código Penal de la Nación destruir o alterar billetes o monedas en el país, y también oportunista, porque su valor metálico supera con creces su valor nominal. Este fenómeno no solo refleja la cruda realidad económica del país, sino también la creatividad y adaptabilidad de la población para sobrevivir en tiempos difíciles”, señaló.

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