¿Todos los plásticos son reciclables? Qué significan los símbolos de cada envase

¿Cuánto sabemos realmente sobre el plástico? ¿Cuánto duran en el medio ambiente cuando los tiramos y no los manejamos de forma responsable?

¿Todos los plásticos son reciclables? Qué significan los símbolos de cada envase

Foto: Télam

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Ernesto Gutiérrez

Publicado el 16 DE MARZO DE 2022

Con apenas 70 años de existencia, el plástico se ha vuelto tan omnipresente que resulta difícil creer que apenas llevamos produciéndolo a escala industrial unas pocas décadas y su historia es más reciente de lo que se podría pensar. Los primeros plásticos totalmente sintéticos empezaron a fabricarse a comienzos del siglo XX: la baquelita, ideada en 1907, fue el primero de ellos, pero no fue hasta después de la II Guerra Mundial cuando arrancó la fabricación y utilización masiva de materiales de ese tipo.

Hoy, al plástico lo usamos para mil aplicaciones y hacemos un consumo desorbitado. Pero ¿cuánto sabemos realmente sobre él? ¿Cuántos tipos hay? ¿Se pueden reciclar? ¿Cuánto duran en el medio ambiente si los tiramos y no los manejamos de forma responsable?

Las respuestas las dio Agustín Tello Roig, técnico químico e integrante del equipo de residuos del Instituto de Ciencias Ambientales de la UNCUYO, que habló con Unidiversidad y sostuvo que el plástico es todo material formado por compuestos orgánicos, sintéticos o semisintéticos, maleables y que pueden moldearse con presión y calor. “Esto les permite gran variedad de uso. ¿De dónde viene su nombre? Pues de su principal cualidad mecánica: su plasticidad, la capacidad de deformarse sin romperse”, afirmó.

“Es un gran invento. Además, es resistente y ligero, impermeable al agua, y puede ser duro o blando, rígido o flexible, opaco o transparente, y moldearse en láminas o en fibras, todo lo cual le ha convertido en un material básico para la sociedad de consumo –continuó–. Desde su hallazgo, ya no hace falta tallar objetos en madera, metal, cuero, fibras u otros materiales. Basta con verter una pasta en un molde para tener cientos de miles de copias del mismo objeto” expresó el técnico.

Qué tipos de plástico existen

Bajo el nombre genérico "plástico" se engloba un sinfín de sustancias que pasan por nuestras manos todos los días sin que sepamos distinguirlas ni conocer su ciclo de vida. PET, HDPE, PVC, LDPE, PP, PS, una ensalada de siglas que trataremos de aclarar en las próximas líneas.

“Los plásticos más comunes se clasifican con un número del 1 al 6. Estos dígitos aparecen impresos dentro de un triángulo en la mayoría de objetos fabricados con ellos y dan información sobre su composición. Cabe aclarar que existen cientos de materiales plásticos, además de estos seis”, detalló.

  • PET o PETE (tereftalato de polietileno)

El PET o PETE, por sus siglas en inglés, es tereftalato de polietileno. Tiene muchas propiedades, como su alta transparencia y la admisión de colorantes. Es resistente, ligero y reciclable con facilidad.

“Se usa en las botellas de agua o bebidas. Solo puede emplearse como material para almacenar alimentos la primera vez. Después, se utiliza para crear fibras textiles, como el tejido de forro polar, que es al 100 % PET, o envases para usos no alimentarios. Si el PET se tira al medio ambiente, su efecto dura largo tiempo. Según cálculos, puede tardar entre 500 y 1000 años en descomponerse y, aunque deje de verse, habrá liberado miles de fragmentos de microplástico”, dijo.

  • HDPE (polietileno de alta densidad)

El polietileno de alta densidad, PEAD o HDPE, es flexible, pero con cierta rigidez; resiste impactos químicos y temperaturas altas y bajas. Por ese motivo, se emplea en envases como botellas de leche, productos de limpieza y aceite para motores, entre otros.

“Después de reciclarse, suele ser usado para hacer nuevos envases, como cajas, juguetes, macetas e incluso algunos muebles de jardín”, explicó Roig.

  • LDPE (polietileno de baja densidad)

El polietileno de baja densidad o LDPE tiene una alta resistencia tanto a los impactos como a los químicos, al igual que el HDPE o PEAD.

“Es bastante flexible y su transparencia depende del espesor. Es el material con el que se hacen el papel film, el plástico de burbujas y las bolsas de la compra. El reciclado del polietileno de baja densidad es posible; con él se vuelven a hacer los mismos materiales. Es fundamental tratar estos objetos adecuadamente. Si se arrojan a la naturaleza, pueden tardar hasta 150 años en descomponerse. Aun así, se desharía en pequeñas piezas de microplástico”, resaltó.

  • PVC (policloruro de vinilo)

El policloruro de vinilo o PVC es el tipo de plástico más versátil, formado por la combinación de cloro y carbono, que se extraen de la sal (el 57 %) y del petróleo o el gas (el 43 %).

“Puede ser rígido y flexible, dependiendo del proceso de producción. Tiene altas resistencias y una baja densidad. Es tenaz y dúctil. Está presente en las tarjetas de crédito, tuberías y revestimiento de cables. Después de ser reciclado, puede usarse como tubo de drenaje e irrigación. Su reciclado es bastante complejo, pero es posible hacerlo”, detalló.

  • PP (polipropileno)

El polipropileno o PP es un polímero termoplástico obtenido gracias a la polimerización del propileno. Es muy resistente y fácil de moldear.

“Se utiliza en tapones de botellas, pajitas, fiambreras y heladeras portátiles, fibras de tejidos y de alfombras, lonas y hasta pañales. El reciclado de este plástico también es posible”, dijo.

  • PS (poliestireno)

“El poliestireno o PS es un polímero termoplástico obtenido gracias a la polimerización del estireno. No es fácil de reciclar. El proceso es muy complicado, aunque técnicamente es posible. Se emplea para fabricar vasos térmicos, hueveras, bandejas de comida, relleno para embalaje, envases de yogur o aislantes. Aquí, el más conocido es el telgopor”, detalló el especialista en reciclado.

  • Otros (plástico mezcla)

Según Tello, cuando encontramos el número 7 en un producto plástico, se trata de una mezcla de varios materiales. “Su reciclaje es difícil porque es difícil conocer qué plásticos y resinas contiene exactamente. Además, habría que separarlas y tratarlas por separado. Se pueden encontrar plásticos mezclados en productos como biberones, discos compactos, envases para uso médico o piezas de autos, cartuchos de tóner y demás”, afirmó.

Cómo afectan la salud

Cuando se utilizan plásticos, describió el técnico químico, dado que la gran mayoría de ellos no son biodegradables y no se descomponen químicamente, acaban dividiéndose en trozos microscópicos. Estos son conocidos como microplásticos o polímeros, que no solo contaminan océanos, ríos y terrenos, sino que acaban en el aire y, finalmente, en los alimentos y en nuestro organismo.

“Se llaman microplásticos o polímeros a partículas de menos de 5 mm de diámetro presentes en el medio ambiente. Se producen a partir de microesferas (como las que se incorporan a los dentífricos o a los exfoliantes) o de plásticos de mayor tamaño, que se van dividiendo en partículas cada vez más pequeñas e invadiendo no solo el medio ambiente, sino que los encontramos en miles de objetos realizados con plásticos. Cabe decir que no todos afectan la salud, ya que existen algunos cuya degradación es mayor a 600 años, aunque todos tiene fecha de vencimiento”, detalló el técnico.

“Sobre este tema, el consejo que doy a las personas que acumulan agua en botellas y bidones es que revisen periódicamente los envases, ya que pueden transferir ciertos sabores o polímeros, esto es, pequeñas concentraciones de plásticos que se transfieren a los alimentos. En eso también influyen las temperaturas y rayos ultravioleta que generan toxinas liberadas por los componentes del plástico. En el caso del PVC, el teflón o PTSE, el primero por exposición y el otro por abrasión, más sus compuestos de cromo y plomo, pueden llegar a ser cancerígenos”, explicó.

Su impacto en el medio ambiente

Los problemas vinculados a los plásticos son varios. En primer lugar, la fuente material con la que están hechos.

“Los plásticos, que son polímeros orgánicos de alto peso molecular, son sintetizados habitualmente a partir de derivados químicos de los hidrocarburos. Aunque habitualmente los asociamos al motor de explosión y los coches, barcos y aviones, olvidamos que una parte importante de la producción mundial de crudo e hidrocarburos va a producir el plástico. Debido a eso, la producción de plástico supone el uso de una materia prima no renovable y que es responsable de emisiones de gases de efecto invernadero, que contribuyen al cambio climático”, resaltó Tello.

El segundo gran problema de los plásticos es el de su persistencia en la naturaleza.

“Su resistencia se convierte en un problema cuando se libera al medio ambiente. Es que el plástico no se degrada fácilmente y, cuando lo hace, como estamos empezando a descubrirlo, no desaparece, sino que deshace en partículas de tamaño ínfimo, a veces inferior a micras, que acaban inundando aire, tierra y agua. Es el conocido problema de los microplásticos. Debido a ellos, los mares se están convirtiendo en una sopa de plástico, y los pequeños fragmentos pueden encontrarse no solo en el ambiente, sino también incorporados a los tejidos de los seres vivos”, manifestó.

 

El tercer problema: su mal uso

Otra cuestión de peso para visualizar la gestión de los plásticos, como un gran reto actual y futuro, es que su producción va en aumento. En 2019, un estudio de la Universidad de Chicago analizó cantidad de plásticos producida por el ser humano a lo largo de la historia.

“El estudio concluía que, ese año, se habían generado unos 8300 millones de toneladas de plástico. Esta cifra equivale a lo que pesaría un millón de torres Eiffel o la Estatua de la Libertad. Si hacemos la relación con la población mundial, que en 2019 se estimaba en 7500 millones de personas, corresponderían unos 1100 kilos de plástico por cada habitante del planeta. Según el trabajo, la producción de plástico ha pasado de los 2 millones de toneladas anuales en 1950 a las 381 millones de toneladas generadas en 2019. Esto equivale a unos 50 kilos de producción anual por cada persona en el mundo”, detalló.

“Con respecto al destino que han tenido los 8300 millones de toneladas de plásticos producidos en la historia, el 30 % aún sigue en uso –continuó el integrante del equipo de residuos del Instituto de Ciencias Ambientales de la UNCUYO–. El resto, unos 6000 millones de toneladas, se convirtió en residuos. Del total de estos residuos, solo el 9 % fue reciclado, el 12 % fue incinerado y el 79% fue a parar a vertederos o arrojado al medio ambiente. Con respecto al plástico que llega al mar, algunos estudios estiman en 8 millones de toneladas la basura plástica que llega al mar cada año, lo que equivale a verter cada segundo más de 200 kilos en los océanos”.

“Hay áreas en las que el plástico es indispensable, especialmente, en productos pensados para que duren, pero creo que tenemos que hacer una reflexión muy importante sobre el uso creciente que hacemos de los plásticos y pensar bien para qué tiene sentido emplearlos. Está claro que vivimos en una sociedad adicta al plástico. Pasaron 70 años desde que empezamos a usarlo masivamente: hoy nos hemos dado cuenta de que hemos llenado el planeta de basura de larga duración. Está por verse qué las medidas legislativas a nivel mundial pueden revertir la ola. Para ello, hace falta también el impulso de una ciudadanía cada vez más concienciada”, completó Agustín Tello Roig.

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