Tres proyectos impulsados por la Incubadora de Empresas

Unos ya conformaron la empresa, otros están a punto de lanzar su producto al mercado y los últimos iniciaron la primera etapa. El denominador común: un proyecto innovador con base tecnológica.

Tres proyectos impulsados por la Incubadora de Empresas

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Verónica Gordillo

Publicado el 29 DE OCTUBRE DE 2015

Los cuatro coincidieron: la Incubadora de Empresas de la UNCUYO los sacó de su caparazón de ingenieros y los obligó a pararse en la calle, a hacer contactos, a tener una visión global del negocio. Los cuatro llegaron a la Incubadora con una idea de base tecnológica y hoy están en distintas etapas: Alexis Atem (32) es uno de los integrantes de la empresa Energe SA, que produce termotanques solares que ya se exportan a Chile; Gabriel Rodríguez (32) ideó, junto a dos compañeros, un sensor de combustible para camiones que está a punto de salir a la venta; y Martín Cruz (25) y Gabriel Briones (26) están iniciando el proceso para ofrecer en el mercado una máquina para cortar planchas de metal.

Los cuatro, junto con sus compañeros, presentaron sus proyectos en la Incubadora y fueron seleccionados. Aseguraron que en ese ambiente controlado realizaron tareas que nunca hubieran podido desarrollar solos, como hacer encuestas, estudiar el mercado o conectarse con posibles compradores.

Ellos aprendieron a tejer redes y entendieron la importancia de ayudar a otros.

 

De Mendoza al mundo

En 2007 los ingenieros industriales egresados de la UNCUYO Alexis Atem, Sebastián Pérez y Leonardo Scollo se presentaron a la convocatoria de la Incubadora con un prototipo de termotanque solar de uso doméstico y resultaron seleccionados. Trabajaron dos años con el acompañamiento de los mentores, hasta que dejaron sus empleos estables para impulsar el proyecto.

En 2009 conformaron la empresa Energe SA, que hoy tiene 15 colaboradores, produce íntegramente en Mendoza 50 equipos por mes y vende en el país y en Chile. Sus productos permiten ahorrar 80 % de energía, ya que el agua llega caliente al sistema, por lo que el termotanque –que usualmente es a gas– se enciende en contadas oportunidades.

Atem dijo que participar en la Incubadora fue clave para reforzar los aspectos en los que eran débiles, como estudios de mercado, contables y legales. Además les facilitaron contactos y los impulsaron para presentarse en concursos que ganaron y que les dieron fondos para iniciar la producción.

Alexis Atem (foto: Axel Lloret)

 

Para el ingeniero, Argentina es un país con grandes oportunidades. Dijo que existen líneas de financiamiento a nivel nacional, local y municipal para emprendedores, que no hace falta un gran invento, sino aportar pequeñas soluciones y descubrir mercados que no tienen desarrollo. Agregó que la calidad del recurso humano es excelente y que hay una generación de empresarios jóvenes cuyo principal indicador de éxito ya no es el económico, sino que analizan el impacto ambiental, cuántos empleados pueden incluir y qué aporte pueden hacer a su comunidad.

 

A un paso de entrar al mercado

Antes de egresar como ingenieros en electrónica de la Universidad de Mendoza, Gabriel Rodríguez, Emiliano Cejas y Mauricio De Casas conformaron la firma TTM Desarrollos Electrónicos y, dentro de ella, el proyecto Sistema Inteligente de Medición de Nivel de Combustible (SIM C), un producto que no existe en el mercado nacional. Alentados por su amigo Alexis Atem, presentaron la iniciativa en la Incubadora y fueron seleccionados.

Los ingenieros comenzaron a trabajar con los tutores en todas las aristas del proyecto. Ahora están a punto de comenzar con las ventas y tienen buenas perspectivas, ya que existe un mercado ávido del producto, teniendo en cuenta que el combustible representa el 40 % de los costos de las empresas de transporte.

Rodríguez explicó que la Incubadora los sacó de su caparazón de números y circuitos, les abrió la cabeza y los ayudó a tener una mirada global sobre un posible negocio.

Para el ingeniero, lo más difícil fue manejar las ansiedades. Creían que podían comenzar a vender el producto en poco tiempo y, después, se dieron cuenta de la importancia del proceso. Ahora están listos para realizar su sueño: hacer lo que les gusta y poder vivir de eso.

 

Con espíritu emprendedor

Martín Cruz y Gabriel Briones se conocieron en la UNCUYO, donde estudian ingeniería mecatrónica, disciplina que reúne conocimientos de electrónica, de mecánica y de informática. Juntos idearon el proyecto Electro Green Plasma, una máquina industrial para cortar planchas de metal, controlada por computadora.

Si bien esta tecnología existe en Argentina, las innovaciones son importantes. La máquina puede realizar cortes de formas complejas de manera rápida y precisa, y, como utilizaron software y hardware libres, bajaron 40 % el costo del producto.

Los estudiantes se enteraron de la convocatoria de la Incubadora y no dudaron en presentarse. Ahora están en la etapa inicial del proceso y reconocieron que hicieron tareas que nunca hubieran realizado por sí solos: hacer encuestas, elaborar un plan de negocios, sondear el mercado. Además, les facilitaron el contacto con representantes del sector metalmecánico, que les dieron un panorama real de las necesidades.

Al proyecto se sumó un socio que aportó capital para realizar el prototipo de la máquina, Oscar Briones, el papá de Gabriel, quien tiene un servicio técnico de lavarropas. Además, les permitió comenzar a instalar el taller en un terreno de su propiedad, en Palmira.

Para Martín y Gabriel, el gran desafío es montar una empresa rentable y autónoma, que les permita vivir de su pasión y tener libertad creativa para idear nuevos proyectos. Ese es el primer escalón, porque su sueño es llegar a la industria espacial, crear robots para exploración o satélites que puedan controlar otros satélites.

 

Algo está cambiando

Los ingenieros comentaron que en los ámbitos académicos algunos profesores comienzan a incentivar el emprendedurismo.

Alexis Atem explicó que un porcentaje muy bajo de sus compañeros iniciaron un emprendimiento, porque antes el objetivo era ingresar a una empresa, mientras más grande, mejor. Ahora, comentó, la situación cambió porque hay cátedras que motivan a emprender.

Los estudiantes Martín Cruz y Gabriel Briones cursaron la materia optativa de Emprendedurismo e Innovación, aunque destacaron que los docentes dan las clases ad honorem. Ambos resaltaron la ayuda de algunos profesores, como Enrique Iriarte, que los asiste en su proyecto y que incluso viajó a Palmira para ver el taller que están montando y para ayudarlos a resolver problemas a los que no encontraban solución.

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