Un modelo de medicina nuclear que se replica

La Fuesmen fue pionera en la utilización de energía nuclear para el diagnóstico y el tratamiento de enfermedades. Después de 22 años de trabajo ininterrumpido, su modelo de gestión ya fue replicado en San Rafael y Buenos Aires y ahora se abrirán centros similares en Bariloche y Entre Ríos.

Un modelo de medicina nuclear que se replica

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Sociedad

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Verónica Gordillo

Publicado el 22 DE JULIO DE 2013

La Fundación Escuela de Medicina Nuclear (Fuesmen) demostró a lo largo de sus 22 años de trabajo que el Estado puede ser eficiente. Esta es la razón por la que el modelo de gestión de este centro pionero en la utilización de energía nuclear para diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades, se replicó en San Rafael y Buenos Aires y en poco tiempo más se instalará en Entre Ríos y Bariloche.

La historia de la Fuesmen tira por tierra por lo menos dos mitos bien argentinos: que los organismos públicos no pueden trabajar en forma conjunta y que un proyecto, por muy eficiente que sea, no se sostiene a lo largo del tiempo ni resiste los vaivenes de los cambios de gobierno.
Desde que la fundación abrió sus puertas en 1991 con el aporte inicial del Gobierno de la provincia, la UNCuyo y el apoyo de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), garantizó que los pacientes con o sin cobertura social pudieran acceder a estudios de alta complejidad.

Hoy el centro brinda 32 servicios, otorga 400 turnos diarios y tiene 250 empleados, la mayoría de los cuales son profesionales, entre los que hay médicos, ingenieros, físicos, químicos, bioquímicos y odontólogos.

La Fuesmen se auto financia a través de la venta de sus servicios y tiene convenios con el Gobierno, la Obra Social de Empleados Públicos (OSEP) y el PAMI, desde donde son derivados entre el 70 y el 80 por ciento de los pacientes. Además, recibe financiamiento del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y de la CNEA para concretar los proyectos de investigación y docencia.

Para el gerente general de la Fuesmen, Valentín Ugarte, existen dos razones por las cuales se replica este modelo. La primera es que demostró la eficiencia estatal al contar con herramientas de gerenciamiento ágiles; la segunda, es que lograron un equilibrio entre la asistencia, la docencia y la investigación, otorgando la misma prioridad a las tres áreas.

El primer lugar donde se replicó el modelo fue en San Rafael, ya que el traslado de los pacientes oncológicos a la Ciudad de Mendoza era un trastorno para toda la familia del enfermo. Luego la Fuesmen se unió a CNEA y abrió la Fundación Centro Diagnóstico Nuclear en Buenos Aires. Actualmente se está trabajando para replicar el modelo en el Instituto Balseiro, a través de un acuerdo entre Fuesmen y el Centro Atómico de Bariloche; y en Entre Ríos, una iniciativa conjunta entre CNEA, el gobierno y la universidad de esa provincia y el Instituto Obra Social Provincial de Entre Ríos (Iosper), que brinda cobertura a los empleados públicos.


De la imagen anatómica a la metabólica
Ugarte comentó que la alta complejidad permite prevenir enfermedades, diagnosticarlas, reconocer en qué estadio se encuentran y realizar controles durante y al finalizar el tratamiento, para determinar si es efectivo.

El médico explicó el salto cualitativo que significó pasar de la imagen anatómica, como la que capta una radiografía, a la metabólica, que se logra, por ejemplo, con una resonancia magnética nuclear. En el primer caso, solo se advierte la presencia de un tumor cuando hay una deformación en la anatomía, es decir que el mismo está en estado avanzado. En el segundo caso, es posible detectar una célula cancerosa, porque cambia de metabolismo, se alimenta y reproduce en forma distinta a una normal y no respeta ninguna de las leyes del organismo.

Estas imágenes metabólicas permiten determinar dónde están las células tumorales, ávidas de alimento, especialmente de azúcar. Se marca una glucosa con una molécula radioactiva que se inyecta al paciente, y con un rastreador, que es un tomógrafo, se puede determinar dónde están las células tumorales que captan rápidamente el azúcar.

Para Ugarte, el avance significativo de la medicina nuclear es que antes, la tecnología se utilizaba en la etapa final de la enfermedad, cuando el tumor era tan grande que se palpaba, mientras que hoy el desafío es lograr la prevención y la anticipación del diagnóstico. Otro cambio que implicó el uso de tecnología de alta complejidad para fines médicos fue la necesidad de trabajar con equipos multidisciplinarios. Antes, el médico era soberano, pero hoy, para realizar un estudio de estas características, también se requieren los conocimientos de un físico o un ingeniero.

Ugarte comentó que la Fuesmen se convirtió en un polo de atracción de estos profesionales, porque la mayoría no son mendocinos. En este punto, destacó que el gran aporte de la UNCuyo es y sigue siendo la relación estrecha con el Instituto Balseiro, que les permite trabajar en conjunto con sus científicos.

Investigación aplicada
Los profesionales de Fuesmen realizan investigación aplicada, es decir, en áreas que tienen una repercusión casi inmediata en el bienestar de la población. Actualmente investigan la aplicación de resonancia magnética nuclear y tomografía por emisión de positrones en enfermedades cardiovasculares, oncológicas y neuropsiquiátricas. Esta tecnología permitirá, por ejemplo, obtener un mapa cerebral con imágenes metabólicas y, en base a su estudio, determinar qué tipo de demencia tiene un paciente, si es senil, arterioesclerótica o si en realidad es un cuadro psicótico.

En un mes inaugurarán un acelerador lineal que tiene incorporado un tomógrafo computado, para realiza radioterapia guiada por imagen. Esto posibilitará destruir el tumor mientras lo ven, irradiar al paciente en el lugar indicado, no afectar tejido sano y optimizar las dosis.

La CNEA provee el material radioactivo necesario para los estudios y la Fuesmen posee un pequeño reactor nuclear de uso médico. Ugarte recalcó que sin energía nuclear no se podría utilizar esta tecnología, ya que el combustible de los reactores nucleares proviene del uranio. Esa es la base de los marcadores radioactivos que se utilizan para realizar los estudios de alta complejidad.

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