A 38 años del hundimiento del Belgrano: "Eramos un corcho dentro de un lavarropas"

Así definió el momento del naufragio Gustavo Altoe, sobreviviente del ataque inglés al buque argentino. En diálogo con Unidiversidad, el veterano de Malvinas contó detalles inéditos sobre aquella fatídica tarde del 2 de mayo de 1982.

A 38 años del hundimiento del Belgrano: "Eramos un corcho dentro de un lavarropas"

El Crucero ARA General Belgrano luego del ataque del Conqueror inglés, el 2 de mayo de 1982. Foto: Gentileza de Gustavo Altoe.

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Santiago Serrano

Publicado el 02 DE MAYO DE 2020

A 38 años del hundimiento del Crucero ARA General Belgrano, uno de sus sobrevivientes, el bonearense, Gustavo Altoe, dialogó con Unidiversidad sobre la fatídica tarde del 2 de mayo de 1982, cuando el submarino inglés Conqueror provocó la muerte de 323 argentinos y marcó a fuego la Guerra de Malvinas.

Acerca de aquel tremendo capítulo, el hombre oriundo de Luján, en la provincia de Buenos Aires, recuerda todo como si fuera hoy y se le quiebra la voz al hacerlo con “los ruidos de los metales del buque retorciéndose”.

La historia comenzó la noche anterior del ataque- recuerda Altoe-, cuando los oficiales argentinos “entendieron que al salir de la zona de exclusión, ya no nos iban a atacar”. Sin embargo, esa decisión provocó que el ataque fuera aún más letal, ya que tomó imprevistas a las fuerzas nacionales.

"La noche del 1º de mayo habíamos entrado al área de exclusión con todos los compartimientos cerrados. El crucero tenía 256 compartimientos, que cuando va a atacar o va ser atacado, teóricamente tienen que estar cerrados. Cuando salimos de la zona de exclusión, el comandante entendió que ya no íbamos a ser atacados y se abrieron todos esos compartimientos. Y ahí fuimos atacados, prácticamente devorados por el submarino inglés Conqueror”, explicó el veterano de Malvinas.

En ese sentido, Altoe puntualizó cuál fue el daño que provocó el ataque inglés: “El submarino nos pegó con dos torpedos. Uno en popa y el otro en proa. El de atrás fue el que más hizo, ya que dejó sin chance a 275 personas. Y el que dio en proa es el que más daño material nos hizo".

En cuanto al momento preciso del ataque, Gustavo aseguró que lo primero que sintió fue “una explosión terrible, que levantó al Belgrano. El impacto lo escoró, le cortó la luz y provocó la salida de gases asfixiantes”.

"Algunos calculan que fue el torpedo el que provocó eso. Y cuatro segundos después, otra fuerte explosión lo levantó de la parte de adelante. Inmediatamente se cortó la electricidad. Era todo voz a voz con unos megáfonos, como podíamos”, agregó.

Minutos antes de las 17 horas del 2 de mayo de 1982, los soldados argentinos se enteraron que el Crucero se iba a hundir y debían escapar de él para salvar sus vidas. Foto: gentileza de Gustavo Altoe.

Una vez perpetrado el ataque, comenzó el momento del naufragio, quizás tan o más duro que el propio ataque. El propio relato de Gustavo lo confirma: “El último torpedo nos pegó a las 15.55 y casi al instante nos dimos cuenta que el daño provocado nos iba a obligar a abandonar el buque. Minutos antes de las 16.30, lanzamos las balsas al agua y ahí comenzó una odisea que duró dos días”.

“Por el clima de las Islas, habían olas que superaban los 7 metros y el viento corría a más de 90 kilómetros por hora. Eramos 20 corchos en un lavarropas. A muchos los rescataron antes, pero nosotros estuvimos dos noches en medio del mar. Recién el martes a la mañana pudieron rescatarnos. En nuestra balsa íbamos 17, llegamos todos con hipotermia y cuatro estaban quemados”, recordó el veterano de Malvinas

Una vez que pasó todo, ya en Puerto Argentino, muchos de los 770 sobrevivientes del Belgrano comenzaron a entender la dimensión de lo que les tocó vivir. Algunos lo superaron rápido, a otros todavía les cuesta olvidarlo, pero lo que sí es seguro es “que las más de 1000 almas que estuvieron ahí, llevarán esa marca hasta el último día de sus vidas”.

Finalmente, Gustavo evitó hablar de las necesidades que atraviesan muchos de los veteranos de la Guerra de las Malvinas, porque “es un tema delicado y cada uno lo entiende de diferente manera”.

Las dos personas que se pueden apreciar en la foto "son el suboficial Barrios y el comandante Bonzo" esperando que baje toda la tripulación argentina. Foto: Gentileza Gustavo Altoe. 

Un buque histórico

El Crucero ARA General Belgrano era un navío de 160 metros, de hierro reforzado, que tenía más de 250 compartimientos y dos salas de máquinas.

Dicho buque, antes de ser hundido en las Islas Malvinas, fue protagonista de 2 conflictos históricos.

El primero de ellos se dio en la Segunda Guerra Mundial, más precisamente en la batalla de Pearl Harbor, cuando fue parte de las fuerzas armadas estadounidenses. Y el segundo ocurrió en Mar del Plata, cuando el almirante Isaac Rojas participó en el Golpe Militar de 1955 contra el por entonces presidente, Juan Domingo Perón, luego de apuntarle con el crucero a los tanques  de combustibles de YPF, ubicados en el centro de la cuidad.

 

El reconocimiento en Luján

El veterano de guerra Gustavo Altoe fue homenajeado en el partido de Luján, Buenos Aires, su ciudad natal, tras cumplirse 38 años del hundimiento del Crucero ARA Belgrano. "Es un momento muy gratificante para mí, es una caricia al alma", agradeció.

El veterano de guerra bonaerense Gustavo Altoe recibe una plaqueta, en reconocimiento a su participación en la Guerra de Malvinas. Foto: Gentileza Gustavo Altoe.

 

 

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