A 40 años del golpe, en memoria de Paco Urondo

Sobre una “noticia” aparecida en el diario Los Andes el 19 de junio de 1976 y en relación con la muerte del poeta.

A 40 años del golpe, en memoria de Paco Urondo

Paco Urondo (Foto publicada por Los Andes)

Sociedad

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Juan López, especial para Unidiversidad

Publicado el 22 DE MARZO DE 2016

El 19 de junio de 1976, el diario mendocino Los Andes publicó un cable de la agencia oficial Télam proveniente de Córdoba, con el título “Abatieron en Mendoza a un delincuente subversivo”. En letra destacada, bajo el título, señala el diario: “Usó como escudo a un niño. Planeaban atacar una comisaría”.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Se ha escrito e investigado mucho en estos años sobre el destino final de "Paco" Urondo. Estas líneas no pretenden aportar información nueva, sino simplemente recordar algunos hechos e informaciones relacionados con el desenlace de la vida del poeta.

Por eso, intentamos reescribir y rectificar aquella “noticia” que apareció en el diario Los Andes, a 40 años del golpe de Estado cívico-militar de 1976. Nos impulsó a hacerlo el pedido público de la abogada querellante Viviana Beigel quien, en su alegato en el juicio contra tres jueces federales de Mendoza, solicitó que el diario Los Andes rectificara lo publicado en 1976, algo que difícilmente suceda. Fueron fundamentales para la redacción de este informe el generoso aporte de Ángela Urondo y el estímulo de Pablo Salinas.

Según La Gaceta Mercantil en su edición digital del 10 de marzo de 2016, “la querella del Movimiento Ecuménico de Derechos Humanos (MEDH) solicitó al tribunal del megajuicio de lesa humanidad en Mendoza que ordene al diario Los Andes que 'haga una rectificación histórica de la forma en que relataron los hechos y rectifique todas las informaciones’, resumió la abogada Viviana Beigel en una audiencia”.

A continuación, entonces, una de las tantas posibles reescrituras de los hechos:

 

Asesinaron en Mendoza al poeta Francisco "Paco" Urondo

Iba en auto con su mujer, que sigue desaparecida, y con su pequeña hija.

En un operativo conjunto del Ejército y la Policía de Mendoza, el jueves 17 de junio de 1976 fue asesinado en Mendoza el poeta Francisco "Paco" Urondo, miembro de la agrupación Montoneros. El escritor fue ultimado de un fuerte golpe en la cabeza.

Un día después, fuentes del Tercer Cuerpo de Ejército emitieron un comunicado datado en Córdoba, que fue difundido por la agencia de noticias oficial Télam y que el diario Los Andes publicó el 19 de junio. Dice: “Como resultado de la acción de las fuerzas del orden murió un delincuente subversivo”. En realidad, se trató del resultado de una persecución al poeta y militante montonero Francisco "Paco" Urondo, quien viajaba en auto con su mujer, Alicia Raboy, y con su pequeña hija, Ángela Urondo. También iba en el coche Renée "La Turca" Ahualli, quien sobrevivió a la persecución. La beba fue secuestrada junto con su madre, y luego recuperada y entregada a su abuela. Raboy sigue desaparecida.

Sobre la versión del Ejército, en El libro de los juicios (Ediunc, Mendoza, 2014), Alfredo Guevara Escayola señala: “Luciano Benjamín Menéndez no resiste la tentación de elaborar un comunicado de prensa plagado de mentiras e inexactitudes”. El texto emitido por el Ejército señalaba también: “… logrando huir una mujer. Esta se encontraba herida, por los rastros de sangre hallados en el vehículo”.

A continuación, el comunicado del Ejército –recordemos: difundido por Télam y reproducido por Los Andes– señala que en el vehículo en que viajaban Urondo y Raboy “fue dejado abandonado un niño, de aproximadamente un año de edad”. Y sigue: “Este proceder de utilizar niños como escudo para llevar a cabo sus intentos asesinos, exponiéndolos a ser heridos o muertos y abandonándolos a su suerte ante el menor fracaso habla claramente de la poca moral y desviados sentimientos que animan a estos delincuentes subversivos”.

En una nota aparecida en el diario Los Andes del 23 de junio de 2011 y firmada por el periodista Daniel Peralta, se relatan detalles del desenlace de la persecución: “Ambas se bajaron. Raboy, con su hija en brazos, se mete al corralón que había en el sitio donde hoy atiende un supermercado chino. Allí es detenida. Nadie más la vio. A Ángela también se la llevaron y fue dejada en la Casa Cuna y allí fue encontrada por la madre de Alicia Raboy, después de hábeas corpus y muchas diligencias en oficinas policiales y del Ejército”.

“Pero –sigue la nota de Los Andes de 2011– esto no lo vio La Turca. Herida en ambas piernas, bajó por Tucumán hasta una casa que tenía cactus en el jardín. Alguien la ayudó a trepar por la medianera del fondo y caer en un baldío. Caminó hasta Dorrego y esperó un trole”.

Según el testimonio de Ahualli recogido también por el diario Los Andes en 2011, “luego de muchas vueltas, doblan por Remedios de Escalada hacia el norte, tienen un roce con un Rastrojero y llegan a la esquina de Tucumán. Urondo detiene el auto, dice a las mujeres que se bajen”. “Dijo que se sentía mal porque había tomado la pastilla”, rememoró Ahualli, refiriéndose a una cápsula de cianuro, la forma de evitar la tortura y la delación.

En su investigación –que mencionamos más arriba y que tituló “Verdades, mentiras, mitos y fantasmas sobre el homicidio de Paco Urondo”–, Alfredo Guevara sostiene que Urondo no había tomado la pastilla de cianuro, y que les dijo eso a las mujeres para que ellas pudieran huir. Señala Guevara: “Desmintiendo la versión oficial, en el juicio se probó con absoluta certeza que ese día, 17 de junio de 1976, siendo aproximadamente las 18, un grupo de tareas del D2 de la Policía de Mendoza y el Ejército, integrado por los imputados en asociación con otros fallecidos y otros no habidos aún, y valiéndose de Rosario Aníbal Torres, una víctima secuestrada y torturada salvajemente en el D2, había dispuesto un operativo ilegal para atrapar a sus víctimas en calle Guillermo Molina. Al advertir que eran perseguidos por los integrantes del grupo de tareas, los ocupantes del Renault 6 pretendieron escapar y se resistieron al secuestro incluso efectuando algunos disparos para repeler la agresión. Como resultado de este operativo ilegal, Urondo fue ejecutado en el lugar al ser golpeado en la cabeza por Celustiano Lucero, y fueron secuestradas y llevadas al D2 Alicia Cora Raboy y Ángela Urondo Raboy”.

Guevara se basó en el informe pericial del doctor Roberto Edmundo Bringer, quien fue el médico forense que realizó la necropsia del cuerpo de Urondo. Además, este informe fue avalado por dos tribunales.
 

Esquina de Dorrego

En junio de 2010 se colocó en la esquina del distrito de Dorrego donde Urondo fue asesinado –Remedios Escalada y Tucumán– un monolito con una placa que recuerda el hecho. La placa fue destruida, por lo que otro monolito y una placa idéntica –pero con distinta fecha– fueron colocados cuatro años después. Dice el texto recordatorio: “En este lugar fue asesinado Francisco Reynaldo Urondo, y secuestrada Alicia Cora Raboy, hasta ahora desaparecida, por el Terrorismo de Estado de la Dictadura Cívico-Militar (1976-1983). El pueblo de Guaymallén recuerda aquí este hecho, que es la lucha de todo el pueblo argentino por la Memoria, la Verdad y la Justicia”. Y finaliza la placa con palabras de Urondo: “Arderá el amor, arderá su memoria hasta que todo sea como lo soñamos, como en realidad pudo haber sido”.

 

 

 

 

 

Fuentes citadas

-Diario Los Andes, 19 de junio de 1976.

-Diario Los Andes, 23 de junio de 2011.

-Alfredo Guevara Escayola: “Verdades, mentiras, mitos y fantasmas sobre el homicidio de Paco Urondo”. En El libro de los juicios. Experiencias, debates y testimonios sobre el terrorismo de Estado en Mendoza. Dante Marcelo Vega y otros. Ediunc, Mendoza, 2014.

Otras fuentes

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