Micromachismos, términos novedosos para comportamientos antiguos

Se trata de prácticas cotidianas, vigentes, que pasan inadvertidas, pero que perpetúan la dominación masculina y reproducen la desigualdad.

Micromachismos, términos novedosos para comportamientos antiguos

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Sociedad

Violencia de género

Unidiversidad

Julia López

Publicado el 27 DE DICIEMBRE DE 2019

Seguramente, más de una vez hemos escuchado que “los hombres no lloran”, que hacerse cargo de una situación es “ponerse los pantalones”, que para descalificar a una persona se la manda “a lavar los platos” y que un varón que no quiere o no puede hacer algo es “maricón”. Los micromachismos son actitudes, hábitos, prácticas que forman parte de la rutina y reproducen la desigualdad entre varones y mujeres. Su fuerza radica en la dificultad de identificarlos. Estos comportamientos reproducen estereotipos asignados a los géneros y, en general, se realizan de manera inconsciente.

El término fue adoptado en 1990 por el psicólogo argentino Luis Bonino. Según escribe, los micromachismos “son obstáculos y también resistencias para la igualdad con las mujeres en lo cotidiano. Me refiero a los 'pequeños' y cotidianos controles, imposiciones y abusos de poder de los varones en las relaciones de pareja”.

Los micromachismos pueden estar orientados a mantener a las mujeres y niñas en el ámbito doméstico ‒limpieza, cocina, cuidados‒ o a hacer prevalecer las verdades o actitudes masculinas por sobre las femeninas. También buscan limitar la libertad de las mujeres o sus pronunciaciones de independencia.

Términos novedosos para comportamientos antiguos

Mansplaining: es el acrónimo de las palabras en inglés "man” (hombre) y “explain” (explicar). Se refiere a la actitud de los varones de explicar cosas a las mujeres de manera condescendiente y paternalista, como si ellas tuvieran disminuida o afectada su capacidad de entendimiento.

Manterrupting: proviene de los vocablos “man” e “interrupt” (interrumpir), y nombra a la práctica machista que consiste en interrumpir a las mujeres cuando están hablando, con la creencia de que el aporte que vayan a hacer ellas no es tan interesante o tan profundo como el que puede hacer el varón que impone la palabra.

Manspreading: fusiona “man” con “spread” (expandir) y describe la situación en que los varones se sientan con las piernas muy abiertas, lo que provoca la invasión del espacio de mujeres, particularmente en el transporte público. Este comportamiento ha sido motivo de la difusión de campañas dirigidas a procurar que los hombres ocuparan solo su lugar y prefirieran opciones más respetuosas al ocupar un asiento.

Bropriating: del inglés “brother” (hermano o colega) y “appropriating” (apropiarse), es la práctica a través de la cual los hombres se apropian de inventos, ideas o propuestas de mujeres y se llevan el rédito. Tal es el caso de la historia real que reproduce la película Ojos grandes, de Tim Burton, en la cual un varón se adjudicaba la autoría de los cuadros con personas de ojos grandes que pintaba su esposa. Otro caso reconocido es el de la Teoría de la Relatividad, que podría estar fundada en principios matemáticos de la serbia Mileva Maric, pero es mundialmente conocida como de Albert Einstein, su esposo.

Gaslighting: tiene su origen en el clásico Gaslight, una película estadounidense de la década del 40. La historia gira en torno a un hombre que manipula a su mujer para hacerle creer que está loca: entre otras cosas, atenúa la luz de gas (gaslight) y le asegura que el fuego brilla con la misma intensidad. El gaslighting es una práctica a la que recurren varones que pretenden que una mujer piense que está loca o errada respecto de algún tema (aunque ella tenga razón). Este escenario creado por varones está orientado a provocar en una mujer la falta de seguridad y de confianza en sí misma al cuestionarse su memoria, sus sentidos, su razonamiento y hasta su cordura.

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