Los principales protagonistas del conflicto sirio se acusaron mutuamente de haber violado el cese de hostilidades que empezó el viernes 26 de febrero a la medianoche. En varias ciudades de Siria, la población aprovechó estas primeras horas de tranquilidad en casi cinco años de guerra.

Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH), ONG opositora con sede en Londres pero con una amplia red de informantes en Siria, después de pasada la medianoche del domingo 28 estallaron enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y facciones armadas opositoras en el área de Al March, en la región de Ghouta Oriental, principal bastión de los rebeldes en las afueras de Damasco.

Los combates estuvieron acompañados por el lanzamiento de proyectiles de mortero, cohetes y ametralladoras, que ocasionaron 40 muertes y múltiples heridos. Por otro lado, hubo nueve bombardeos, por lo que cuatro rebeldes fallecieron.

El Observatorio destacó también que el número de fallecidos ayer por un bombardeo de aviones de guerra en el distrito de la Universidad de Al Hadi, en el oeste de Alepo, aumentó a siete: tres mujeres y cuatro menores. En paralelo, en la vecina provincia de Idleb, el pueblo de Tarmala sufrió varios ataques aéreos que causaron heridos.

El Gobierno sirio y la Comisión Suprema para las Negociaciones (CSN), principal alianza opositora, se cruzaron acusaciones durante el fin de semana de violaciones al alto el fuego que entró en vigor el 27 de febrero. El EI y el Frente al Nusra, filial siria de Al Qaeda, quedaron excluidos de ese acuerdo de alto el fuego.