Qué les falta a las ciudades de Mendoza para ser más inclusivas

Las personas con discapacidad encaran diariamente el reto de ser independientes en ciudades poco amigables. Gran desafío para las comunas y los ciudadanos, que deben crear "conciencia colectiva".

Qué les falta a las ciudades de Mendoza para ser más inclusivas

Foto: Prensa Municipalidad de Capital

Sociedad

Unidiversidad

Unidiversidad / Ernesto Gutiérrez

Publicado el 02 DE JULIO DE 2019

El acceso de las personas con discapacidad a las ciudades es un tema que está cada vez más presente en las agendas de los gobiernos locales y es un concepto que está estrechamente ligado al de la movilidad. Es decir, cuanto mayor sea el espacio urbano en el que una persona pueda moverse, su acceso a las oportunidades que ofrece la ciudad será mayor, a través del aprovechamiento de ofertas laborales, culturales, educativas, sociales, deportivas e incluso de diversión.

El diseño de las ciudades impacta en cómo se relacionan sus ciudadanos y cómo se desarrolla la actividad económica y social. Es decir, el diseño de la ciudad en la que vivimos influye en nuestra calidad de vida, resume un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

¿Qué ocurre entonces con una ciudad como Mendoza? ¿Es inclusiva y accesible? ¿Impulsa el desarrollo de la accesibilidad para personas con discapacidad?

Para acercar una respuesta, Unidiversidad dialogó con Carlos Alonso, arquitecto, magíster en Accesibilidad y no docente de la UNCUYO, que expresó: “Mendoza está comenzando a ser más accesible e inclusiva; falta mucho, recién comienza. Sin embargo, hay criterios a resolver. Por ejemplo, en los años 80, un edificio que no tenía escalones no tenía jerarquía. En ese entonces, había un modelo social de accesibilidad, también llamado 'médico-asistencialista-arquitectónico'. Uno veía en las entradas de los establecimientos públicos varias escaleras y, al costado, una rampa. Ahí, la accesibilidad estaba cubierta, pues la discapacidad se veía como una enfermedad a asistir”.

“Hace 5 años, se comenzó a suplantar ese modelo asistencial por uno con diseño universal, más accesible con el entorno, que rompía con las barreras arquitectónicas del modelo anterior, y permitía a las personas en general, y a las personas con discapacidad en particular, realizar su vida normalmente”, afirmó Alonso.

Detalló: “Es bueno que la ciudad piense en la accesibilidad y la inclusión. Lamentablemente, las reformas que se están implementando son para derribar las barreras arquitectónicas del modelo anterior, y además hay que sumarles la poca formación técnica en accesibilidad en las facultades nacionales de ingeniería. De las 20 facultades, solo cuatro cuentan con cátedras de accesibilidad. No hay formación y no se incorpora. Lo bueno es que los jóvenes arquitectos se están interiorizando más en la accesibilidad de las ciudades y en su implementación”.

“Se necesita incorporar formación académica en accesibilidad arquitectónica para incorporarla en la ciudad y en todos los ámbitos. Además, para derribar las barreras culturales y generar concientización en los mendocinos”, concluyó el arquitecto.

 

En carne propia

Como transeúntes, hay detalles a los que con frecuencia no prestamos atención, pero que para personas con una discapacidad son significativos. Caminamos por una vereda en mal estado sin que eso nos genere mayores complicaciones, cruzamos la calle en una esquina sin prestar atención al hecho de que las rampas están rotas, miramos el semáforo sin percatarnos de que no hay un dispositivo sonoro. Sin embargo, para muchas personas con discapacidad (motriz, visual o sonora), estos no son simples detalles.

Daniel Pereyra (35), un joven con discapacidad visual, destacó la importancia de desarrollar su independencia de cualquier manera posible. Él logró un mayor grado de autonomía al memorizar el recorrido que traza el colectivo que lo lleva desde su casa hasta la universidad. Aprendió a reconocer los movimientos y los giros de manera que siempre puede saber dónde está. Sin embargo, criticó las irregularidades de las veredas que obstaculizan la circulación. También resaltó las complicaciones que le generan ciertas estructuras que a menudo se encuentran mal ubicadas, como los postes de luz.

“En el ir y venir diario, uno encuentra muchas cosas que están fuera de lugar. Uno camina por la ciudad y demás departamentos, y con lo que se encuentra es con autos y motos que no pueden estar en las veredas, son un problema para nosotros y la gente no lo entiende. Lo peor es que los funcionarios no hacen nada al respecto”, expresó Daniel.

“Además, los edificios son otro tema para hablar. Nosotros y las personas que van en silla de ruedas o con muletas deberían tener más facilitado el acceso. Hoy realmente eso se complica mucho, porque no todos los inmuebles tienen sistemas acordes para nosotros”.

En tanto, para Damián Martínez (28), con capacidad motriz reducida, en comparación con años anteriores ha salido a flote por las obras. Sin embargo, sostuvo: “Estamos inmersos en una ciudad que no está preparada para la discapacidad”.

En este sentido, especificó: “Una de las razones es que los nuevos edificios que se están construyendo nos tienen en cuenta, pero lo que nosotros encontramos y vemos como problemática son los edificios que ya estaban y no se han arreglado en función a nosotros”. Esta declaración la hizo en referencia a que, por ejemplo, los edificios importantes, como el Correo y el Palacio Judicial entre otros, y diversas entidades públicas, son inaccesibles para las personas con discapacidad. E ilustró: “Vos tenés una silla de ruedas y es imposible ingresar por las escaleras”.

Por otro lado, Damián detalló que otro inconveniente diario es el acceso al transporte público. Subir a un colectivo o taxi es complicado, porque quizás el chofer ayuda a subir al discapacitado al auto o colectivo, pero “muchas veces pasa que no quieren llevarlo, y no por mala predisposición, sino porque no saben cómo hacerlo”. Concluyó diciendo que es posible el cambio de mentalidad “porque si nos remontamos un par de años atrás, no se hablaba tanto de discapacidad. La gente avanza lentamente”.

 

En busca de comunas más accesibles

Tal como en las grandes capitales mundiales, Capital y otras comunas del Gran Mendoza aprovecharon el Plan de Renovación Urbana para poder acercar a todos al mismo espacio, sin distinción. Para ello, se incorporaron baldosas con guía con la finalidad de facilitar el desplazamiento de las personas que tienen discapacidad visual.

Al respecto, Érica Pulido, de la Dirección de Planificación de Godoy Cruz, afirmó: “Estamos implementando un proyecto ganador en Buenos Aires. El proyecto se llama Circulación Integral del Centro Cívico y consiste en colocar en las veredas las baldosas podotáctiles para personas con discapacidad visual. El proyecto ha comenzado a ponerse en práctica desde la escuela Hellen Keller, ubicada en calle Azopardo del departamento, hacia todo el municipio, también con la colocación de semáforos sonoros”, detalla la directora.

Añadió: “Con el proyecto, nace otra iniciativa del municipio que consiste en colocar en cada bastón, para la persona con visión reducida, un chip que le permite localizar las paradas de colectivos, principales calles y demás. También bajar una aplicación para el teléfono que guiará al usuario en las calles del departamento. Es una aplicación gratis que está en su fase de práctica, pero pronto saldrá para las personas con discapacidad visual”.

En esa línea, en el marco del mismo Plan de Renovación Urbana, el municipio de la Capital mendocina lleva adelante una acción positiva. “La colocación de baldosas podotáctiles permitirá a personas no videntes interpretar rápidamente zonas de tránsito seguro y veredas”, detalló Jorge Simoni, director de Obras Públicas de Capital.

“Las piezas de franjas rectangulares en la superficie (de guía) indican la dirección en la cual se puede caminar sin peligro, mientras que las de módulos circulares (de prevención) advierten cuando se acerca un cambio en el recorrido. Este tipo especial de suelo utiliza la sensibilidad táctil de las personas no videntes en contacto con el pavimento, ayudándolas a realizar trayectos seguros y con menor esfuerzo”, manifestó Simoni.

El funcionario concluyó: “Con esta clase de obras, la Municipalidad de Mendoza sigue trabajando en una ciudad que pueda ser vivida y disfrutada por todos. De esta forma, las baldosas podotáctiles se suman a los trabajos de nivelación de vereda con calle que se están proyectando en el Nuevo Centro y a otras acciones para continuar construyendo accesibilidad universal en los espacios públicos de la Ciudad de Mendoza”.

 

Tomar conciencia colectiva

Por su parte, Juan Carlos González, defensor de las Personas con Discapacidad de la provincia, manifestó estar feliz con la iniciativa de Capital y de las demás comunas por la intención de dar inclusión, aunque advirtió que es un primer avance. “Falta mucho para llegar a imitar a las grandes ciudades del mundo, sobre todo en lo que concierne a la accesibilidad”, evaluó.

González también recalcó que no solo Capital está avanzando en materia de inclusión sino que hay otros municipios, como el de Godoy Cruz, que también lo han hecho, con sistema braile en cartelería o semáforos para ciegos.

“Pese a ello, existen muchos otros que se quedaron en el tiempo y que es difícil transitar. Muchos, incluso, muy cerca de la propia Ciudad, lo que en estos tiempo resulta vergonzoso”, comentó.

“Celebramos la accesibilidad, la inclusión, pero vamos por más. En esta provincia aún falta una arquitectura más inclusiva, falta conciencia social y colectiva. Faltan muchos años de inversión en accesibilidad, son avances interesantes, pero esperamos más", expresó.

Al hablar de conciencia colectiva, es meritorio destacar la importancia de que todos se unan a este sistema inclusivo y accesible. En la calle Arístides (Ciudad), luego de las obras que se realizaron, por ejemplo, ya es posible ver cómo varios (no todos) bares y restaurantes acomodan sus mesas y sillas encima de las baldosas guías sin siquiera percatarse de la importancia que estas tienen para las personas con discapacidad visual.

"Hemos hecho un trabajo de concientización, incluso hemos hablado con los dueños de bares y restaurantes. Se están realizando trabajos de control, hay inspectores recorriendo las zonas constantemente y recalcamos que los que no respeten la delimitación recibirán la sanción pertinente”, enfatizó Simoni.

Frente a ello, González manifestó: “En este tipo de situaciones y actitudes es donde me apoyo al hablar de falta de conciencia colectiva. Ojalá todo cambie”.

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