Solo el 34% de las personas opina en sus redes sociales

Según un estudio de la UCA, la participación de la ciudadanía en esos espacios es baja. Noticias falsas, vacíos legales y cómo se configura la esfera pública, las razones que lo explican.

Solo el 34% de las personas opina en sus redes sociales

Sociedad

Unidiversidad

Laura Zulián

Publicado el 22 DE MAYO DE 2019

¿Quién no tiene alguna red social y la mira, con seguridad, más de una vez al día? Pero, ¿cuántos hacen posteos o publican algo propio en sus redes? Un estudio de la Universidad Católica Argentina (UCA) revela que, a pesar de que la gran mayoría de los individuos utiliza las redes sociales asiduamente, menos del 34% de la población participa en las mismas para expresar sus opiniones.

En la investigación titulada “El uso de redes sociales y la participación virtual activa: Un análisis de las tendencias a la luz de la brecha digital”, la autora Pilar Filgueira concluye que, del 97,4% de las personas mayores de 18 años que tiene y usa sus redes, menos del 34% participó para expresar alguna opinión, es decir, no hicieron ningún posteo.

Además, de acuerdo al estudio, el nivel de participación tiende a disminuir con la edad, y es significativamente mayor en las personas con mayores recursos que en las personas que se encuentran en situación de pobreza.

“Las redes sociales son espacios en los que se facilita la libertad de expresión, en los que las restricciones a las publicaciones y comentarios que realizan los usuarios son altamente inusuales. Sin embargo, la mayor parte de las personas prefieren no utilizarlas para publicar sus opiniones. Es primordial cuestionar, de cara a la revolución digital en la que nos encontramos inmersos, qué usos se les está dando a las redes sociales, y por qué es que la gran mayoría de las personas, a pesar de poseer los medios para hacerlo, no utiliza las redes para manifestar lo que piensan u opinan”, se pregunta la autora.

Rodolfo Pardo, de  la consultora Q-Plot, estrategias y Data Mining, afirma que las redes masivas como Facebook están haciendo grandes esfuerzos para volver a sus orígenes de participación y comentarios, pero que no lo han logrado por muchos factores. “El primero y uno de los principales es la polarización social que hay en el país”, explica el analista.

La segunda de las causa es el gran vacío legal que hay en las redes. “Frente a esto la gente opta por usarlas con muchísimo más cuidado y se pone muy susceptible. El 60% o más de las participaciones que se dan en redes se hacen por comentarios, no por posteos originales. Esto te marca que se siguen tendencias y no opiniones personales”, agrega Pardo.

Y el tercero es la incredulidad frente a todo lo que se publica. “La veracidad, las fakes news han destrozado estos canales de comunicación y han hecho una jungla de la desinformación y cholulaje extremo. En ese contexto, el ciudadano común, no lo ve como un ámbito propicio para opinar”, concluye.

Luciano Galup, consultor en comunicación política, afirma que es normal el bajo porcentaje de participación activa en las redes porque muchas veces tienen un uso más de consumo informativo o de divertimento, pero no necesariamente de producción. “Las redes generan idea de comunidad, de horizontalidad, de que todos pueden participar pero la verdad es que no todos participan y muchas veces funcionan como algo similar al broadcasting en el sentido de que hay uno que habla y muchos que escuchan. No me parece delirante que sea tan bajo  el nivel de participación, si por participación entendemos la producción de contenidos”, explica.

Para Galup, esto no tiene necesariamente que ver con las noticias falsas o con problemas de confianza sino que las redes son dispositivos de participación en la esfera pública y no todos participan de la misma forma en la esfera pública.

“En primera medida porque no todos tienen el mismo derecho a hablar, hay voces autorizadas y otras que no, porque no todos tienen el mismo capital simbólico o la misma posibilidad de participar en términos de expresarse y en tercer lugar porque hay una gran mayoría de la población que interactúa con los medios sociales, con la esfera pública, de una forma más tranquila, de consumo informativo. Históricamente la esfera pública estuvo configurada así y las redes son algo bastante novedoso en nuestras vidas, por lo cual lo raro sería que fuera distinto y que fuera un ágora donde todos hablan y se escuchan”, agrega.

En cuanto a la participación en un año electoral, Galup explica que eso se puede medir de forma indirecta en cuestiones de opinión pública como, por ejemplo, que en estas épocas los conocimientos de quiénes son los políticos suben, se instalan más y la gente está más dispuesta a prestar atención a ese tipo de mensajes

La brecha generacional y económica

Según el estudio de la UCA, no sólo es diferente la participación en las redes de acuerdo a las edades, sino también a las condiciones económicas. En el informe dan cuenta  de que, apesar de que existe una brecha generacional significativa en el uso de redes sociales, nueve de cada diez mayores de 65 años tiene cuentas y los dos tercios son usuarios asiduos.

Sin embargo, las diferencias sí son notorias cuando el análisis se realiza de acuerdo a condiciones económicas. Cerca de la mitad de los adultos pobres mayores de 65 años posee una cuenta en las redes, y el número de usuarios frecuentes no supera el 40%. En cambio, 9 de cada 10 adultos no pobres mayores de 65 años posee una cuenta, y el 61% ha utilizado las redes en los últimos 3 meses.

“Facebook e Instagram actuan en orden decreciente. Mientras que vemos a personas de 50 años emitiendo opiniones, vemos a personas de 30 que son usuarios pero no activos, solo ven los feeds de noticias”, explica Pardo en relación a las diferencias etarias y los comportamientos en redes. En cambio en Instagram, los de 30 o más interactúan, mientras que en los rangos etarios que van desde los 15 en adelante son más cuidadosos en el feed o home de Instagram y más irrespetuosos o con menos cuidado en las stories.

“De ahí el éxito de las mismas y lo que nos confirma la teoría. Los jóvenes de hoy se sienten cómodos interactuando en plataformas que ofrezcan el borrado de información. Instagram 24 horas stories, Snapchat o plataformas que dejen poco rastro y que interactúen en el anonimato para acceder a los servicios, por ejemplo, YouTube”, analiza Pardo.