Un informe revela dónde se vive mejor y peor en la Argentina

Las mediciones realizadas por el Conicet comprenden factores socioeconómicos y ambientales. La Patagonia tiene el promedio más alto y el Nordeste, el más bajo.

Un informe revela dónde se vive mejor y peor en la Argentina

Foto publicada en buenosaires.gob.ar

Sociedad

Unidiversidad

Unidiversidad / Fuente: Clarín

Publicado el 07 DE OCTUBRE DE 2019

Un grupo de científicos del Conicet, tras más de 20 años de investigación, elaboró un mapa interactivo que abarca todo el territorio argentino y que muestra cuál es la calidad de vida en cada sector del país. Esta está determinada por una serie de parámetros y factores como lo económico, lo social, lo cultural y lo ambiental, que tienen inciden en esta fórmula del bienestar. Hacé click acá para acceder al mapa interactivo del Conicet.

Al hacer zoom sobre una parte del plano se puede conocer la situación urbana de los argentinos en las más de 52.408 unidades geográficas censales, en cada una hay unos mil habitantes, en las que se divide el país. En rojo aparecen los radios censales con peor calidad de vida, en ocre y verde claro los de situaciones intermedias, y en verde oscuro los de mejor calidad de vida.

La Patagonia aparece como la región con el promedio más alto de calidad de vida (7,03 puntos) mientras que el Nordeste del país, por el contrario, se muestra como la zona con el índice más bajo (6,01). Entre estas se encuentra la región Pampeana (6.93), Cuyo (6,91), la región Metropolitana de Buenos Aires (6,77) y el Noroeste (6,33).

En relación a Mendoza, puede decirse que no tiene muchos sectores de color verde oscuro, es decir que no cuenta con los radios censales con mejor calidad de vida. Estos se observan en algunos sectores del Gran Mendoza, del Este, del Valle de Uco y del Sur.

En cuatro de las seis regiones analizadas (Patagonia, Pampa, Cuyo y Metropolitana de Buenos Aires), la puntuación cayó entre los análisis de 2001 y 2010, mientras que en el Nordeste y el Noroeste la calidad de vida mejoró. Es decir que la brecha entre los dos extremos se achicó: en 2001 existía una diferencia de 2,16 puntos entre la Patagonia y el Nordeste, mientras que en 2010 la distancia fue de 1,02, menos que la mitad.

A la hora de analizar los extremos de los centros censales específicos, los investigadores detectaron al barrio de Recoleta, Comuna 2 de la Ciudad de Buenos Aires, como el punto más alto de calidad de vida en el país, con 8,56 puntos, mientras que el más bajo se registró en el departamento de Ramón Lista, en Formosa, con 2,84 puntos.

Cómo se calculó el índice

Desde el Coinicet explicaron que para definir qué tan bien vive la gente que reside en un área determinada se tomaron dos grandes grupos de indicadores: los socioeconómicos y los ambientales. Actualmente, la ecuación que utilizan los investigadores para calcular el índice de calidad de vida (ICV) en diferentes puntos del país atribuye un 60 % del peso a los diversos componentes socioeconómicos y un 40 % a los ambientales. 

En relación a los socioeconómicos se tuvieron en cuenta datos vinculados con la educación, la salud o la vivienda. En cuanto a los ambientales, por un lado se atendió a problemas como la inundabilidad, la sismicidad, los asentamientos precarios o la contaminación; y por otro, lo que se llama "recursos recreativos" que pueden ser ‘de base natural’, como las playas, relieves, balnearios o espacios verdes, o ‘socialmente construidos’, es decir, teatros, centros deportivos u otras actividades de esparcimiento, como algo que favorece una mejor calidad de vida.

“La calidad de vida es un concepto relacionado con el bienestar de las personas. En ese sentido, depende de ciertas bases materiales, pero está lejos de reducirse a ellas. Si la calidad de vida se redujera meramente al consumo o a algunos indicadores socioeconómicos básicos, sería mucho más sencillo estimarla, pero sabemos que se trata de un fenómeno más complejo en el que también entran en juego variables de otro tipo, que tienen que ver con la escala de valores de la sociedad y las expectativas de progreso histórico”, afirmó Guillermo Velázquez, investigador superior del Conicet en el Instituto de Geografía Historia y Ciencias Sociales.

Los primeros trabajos realizados por el equipo a cargo de Velázquez tomaban como unidad geográfica mínima, para hacer el cálculo del ICV, analizando 525 unidades territoriales. Pero luego, los investigadores afinaron la escala a nivel de los 52.408 radios censales en los que se divide la Argentina. En cada uno de estos viven aproximadamente unas mil personas y sus superficies varían mucho según la densidad demográfica. Esto, claro está, agrega matices a sectores del mapa que antes se presentaban homogéneos.

“Para pasar de una escala departamental a una de radios censales (que es mucho más chica), respecto de algunos componentes, como por ejemplo, el nivel educativo alcanzado por los habitantes o el grado de hacinamiento, pudimos procesar microdatos para cada caso específico. En cambio, para otros componentes, como la mortalidad infantil, no podemos ir más allá de los departamentos. En esos casos, lo que hacemos es asignarle el valor del departamento o de la fracción censal a cada uno de los radios censales que lo integran”, explicó el investigador.

 

 

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