A veces se gana, a veces se aprende

Por Jorge Fernández Rojas, director de Unidiversidad

A veces se gana, a veces se aprende

Ilustración: Pablo Pavezka

Sociedad

#20 - Legajo Millennial

Edición U

Jorge Fernández Rojas, director de Unidiversidad

Publicado el 25 DE JUNIO DE 2017

“Se tendría que hablar de jóvenes y el trabajo más que de millennials,

que es una categoría creada por y para los países centrales,

como Estados Unidos y algunos de Europa”

Jorge Assor, sociólogo y profesor de la Facultad de Educación de la UNCUYO

 

Jorge Assor, sociólogo y profesor de la Facultad de Educación de la UNCUYO, el académico consultado para introducirnos en el mundo de los jóvenes y el trabajo, aclara su elección de separar a la llamada generación Y en dos segmentos: quienes nacieron en la década del 80 –marcados por la hiperinflación y el reinicio de la democracia– y los que llegaron al planeta durante el siguiente decenio –sellados por el neoliberalismo–. De esos tramos etarios tuvimos noticias hace unos días.

El sábado 17 de junio se escuchó quejarse por radio a Jorge Todesca, el titular del Indec. “El 40 % de los desocupados está entre los 19 y los 29 años", dijo, y reclamó a los que pueden generar empleo que hicieran un esfuerzo para atender esa demanda. “Tenemos una juventud que no es ‘ni-ni’, que quiere trabajar, que tiene un grado básico de educación que le permite trabajar. Se tiene que hacer un esfuerzo nacional involucrando a las empresas para poner a esta población en el mercado de trabajo”, aseguró el funcionario técnico.

En el primer trimestre de este año, la desocupación ascendió al 9,2 % en el país y, de esa porción de la población, cuatro de cada diez son jóvenes que pugnan por entrar al mercado del trabajo. Todesca advirtió que la desocupación juvenil duplica la tasa general.

 

En este número de Edición U nos dedicamos a conocer cómo se suman al trabajo los millennials, la generación de personas entre 20 y 35 años que padecen de intolerancia al fracaso y se desarrollan en ámbitos laborales disímiles y ceñidos por la precarización, de acuerdo con los expertos aquí consultados.

En este contexto, los jóvenes tienen un horizonte muy limitado en Argentina. Para colmo, pertenecen a ese amplio sector –cada vez más amplio– que el capitalismo hace rato promovió como destino del consumo, de acuerdo con el análisis de Assor. Por eso fuimos a buscar a esta juventud en desarrollo, pero que en Mendoza va a contramarcha porque, como aclara el docente universitario, aquí no hay millennials tal como están caracterizados y rotulados en los países centrales.

El lector se encontrará con un recorrido de notas y análisis sobre nuestros millennials, quienes encaran sus vidas profesionales con sus propios ingenios y con las dificultades clásicas de esta carrera de obstáculos. Ellos, además, tienen la particularidad de que representan la irrupción de los jóvenes marcados por la tecnología digital y comunicacional en espacios de trabajo tradicional y los nuevos ámbitos de trabajo multipropósito de emprendedores.

La muy buena ilustración de Pablo Pavezka que acompaña este texto representa al millennial criollo, como una pequeña expresión del futuro que se asoma con el archiconocido pulgar arriba, asido por la gran mano de un sistema que busca acomodarlo al mercado laboral.

El estado de vulnerabilidad inmanente, descripto por Assor, hace que estas personas sientan la necesidad de superar estas frustraciones generacionales y que sea casi una exigencia entender que hace falta perder para aprender, porque el mismo aprendizaje representa la pérdida de la inocencia y, a partir de esto, sólo resta crecer.

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