Afganistán: ¿cómo cambia el mapa político y social con los talibanes al poder?

En "Chat Internacional" hablaron sobre esta crisis en el país asiático con el exembajador argentino Rodolfo Martín Saravia y la profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCUYO Mariel Lucero.

Temporada: 1 Capítulo: 1

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Unidiversidad/Fuente: Señal U

Publicado el 26 DE AGOSTO DE 2021

Después de la salida de las tropas estadounidenses de Afganistán y el abandono que hizo de ese país el presidente, Ashraf Ghani, el grupo fundamentalista talibán tomó el control y el poder del territorio. El hecho provocó el terror de la población afgana y supuso el regreso de las leyes islámicas que gobernaron en el pasado. Por eso, en el primer programa de Chat Internacional, el exembajador argentino Rodolfo Martín Saravia y Mariel Lucero, profesora de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCUYO, hablaron sobre esta crisis que marca el mapa de la política mundial.

Saravia analizó el regreso al poder de los talibanes y lo comparó con la última vez que estuvieron al mando. "Esta vez, vinieron con una política distinta. Aprendieron que van a tener que ser mejores, ya que la gente no les ha perdido el miedo y les sigue teniendo desconfianza. El proceso ha sido bastante pacífico, en comparación con otras ocasiones. Los talibanes, cuando llegaron a Kabul, apelaron al diálogo en pos de 'proteger' a la gente, las empresas, las calles. Aparentemente, quieren hacer buena letra", detalló.

 

¿Quiénes son los talibanes? 

La milicia talibán es un movimiento integrista que surgió en 1994 en Kandahar, en el sur de Afganistán, en torno al mulá Mohamed Omar, y al amparo de Pakistán. El movimiento talibán, palabra que significa "estudiantes (del Corán)", estaba integrado originalmente por jóvenes de la etnia pastún –mayoritaria en Afganistán–, formados en las madrasas (escuelas coránicas), y no tardaron en ganar adeptos al presentarse como garantes del orden y de la unidad de un país sumido desde hacía 15 años en un guerra ininterrumpida, tras la ocupación soviética entre 1979 y 1989, y luego, una guerra civil.

De ahí que su ascenso fuera relativamente rápido. El 27 de septiembre de 1996, los talibanes ingresaron a Kabul, ejecutaron a Mohamed Najibullah, presidente del Gobierno prosoviético, y en menos de dos años, en 1998, se hicieron con el control del 90 % del país. El resto, reducido a un pequeño feudo al noreste del país, quedaba en manos de la Alianza del Norte, grupo interétnico integrado por "señores de la guerra".

Instalados en el poder, formaron gobierno, solo reconocido por Arabia Saudita, Pakistán y Emiratos Árabes Unidos, e impusieron sus propias leyes, caracterizadas por un excesivo puritanismo religioso y el atropello de los derechos humanos y los derechos contra las mujeres. La milicia integrista prohibió a las mujeres trabajar fuera de casa, les impuso el uso del "burka" y cerraron las escuelas femeninas. Los hombres fueron obligados a dejarse crecer la barba, se clausuraron los cines y se prohibieron la música, el ajedrez y los juegos de azar.



Ante el regreso de los talibanes al poder, gran parte de la incertidumbre y el miedo se generaron en torno a las mujeres y a sus derechos. En esa línea, Mariel Lucero, integrante de la red de politógos/as argentina, afirmó: "Afganistán es uno de los países mas peligrosos para las mujeres, sea con Estados Unidos dentro o fuera, es igual. La burka es algo menor en relación con otra violación de derechos, como el de circular libremente, por ejemplo. Sin embargo, en 2014, el presidente del lugar ya había implementado un código de conducta que no permite que las mujeres circulen sin un tutor varón". 

"Me preocupan la educación y el acceso a la salud. En materia sanitaria, las mujeres tienen que tener permisos especiales para acceder a los médicos. A eso debemos sumarle que deben estar acompañadas por un hombre. Todavía no hay nada claro porque este gobierno nuevo sostiene que está dispuesto a dialogar, pero hay que ver cuáles son las medidas y qué niveles de negociación pretenden, ya que ellos son muy conservadores", agregó Lucero

¿Cuáles son ahora los temores fundados?

Los líderes talibanes dicen que respetarán los derechos de las mujeres y niñas a la educación, pero enseguida aclaran que un consejo de líderes islámicos se expedirá sobre cómo se entienden estos derechos a la educación y la vestimenta en el mundo islámico. Simultáneamente, surgen noticias que indican que en muchos pueblos y ciudades fuera de Kabul se está reprimiendo e incluso matando a algunas mujeres que reclaman por sus derechos. Además, se está investigando a mujeres casa por casa para saber si trabajan y en qué, y se las insta a que vuelvan al trabajo. Pero ¿en realidad quieren eso o es una forma de saber qué hacen? También se difunden imágenes de mujeres reclamando que no se les impide ningún derecho y otras de manifestaciones que se reprimen, incluso con disparos. Es decir, parece que hay una diversidad de reacciones, no todas tranquilizadoras.

En consonancia con la partida de las tropas de Estados Unidos de Afganistán, el exembajador argentino afirmó: "Estos nuevos talibanes no quieren romper la relación con Estados Unidos, ni con Europa ni con Catar". "Lo que no quieren es que estén las tropas de otros países en su territorio", cerró Saravia


 

"Las mujeres que ya están en algunos puestos políticos se deben animar a participar y a sentarse a esa mesa de negociación con los talibanes. Así, con sus propias voces, pueden decir qué necesitan y cómo lograrlo. Las mujeres deben expresar, a través de sus necesidades, qué cosas modificar y en qué pueden trabajar en conjunto", cerró Lucero

El problema no es el islam, sino la interpretación ultraortodoxa de su ley que el grupo talibán instaló en 1996. En ese momento, se impusieron prohibiciones a las mujeres, como estudiar, trabajar fuera del hogar, salir a la calle sin un acompañante varón, tratar con varones que no fueran de su familia o vestir algo que no fuera burka (un velo desde la cabeza hasta los pies). Los castigos por incumplir estas leyes pueden ser azotes, golpes, abusos verbales, amputaciones o lapidaciones que pueden concluir en la muerte de las mujeres. 

Durante dos décadas –y hasta 1996–, las mujeres pudieron estudiar en la universidad, ocupar cargos políticos y judiciales, integrar las fuerzas de seguridad y ejercer el periodismo. La periodista afgana Shabnam Bayani afirmó recientemente en una entrevista con la emisora Al Arabiya que "las mujeres desaparecieron de las calles de Kabul por temor a la acción de los talibanes", reportó la agencia de noticias ANSA