Alertaron que por año mueren 60 niños y niñas por ahogamiento en la Argentina

La Sociedad Argentina de Pediatría hizo una serie de recomendaciones. La OMS lo considera un problema grave y desatendido.

Alertaron que por año mueren 60 niños y niñas por ahogamiento en la Argentina

Utilizar elementos de protección autorizados y enseñar a nadar a niños y niñas son dos de las recomendaciones. Foto: Pixabay

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Publicado el 20 DE DICIEMBRE DE 2021

La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) emitió una serie de recomendaciones para evitar ahogamientos este verano. Estos accidentes se cobraron la vida de 476 personas en 2019, 64 de las cuales fueron niños y niños menores de 5 años, según cifras del Ministerio de Salud. En línea con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la SAP aconsejó instalar barreras para restringir el acceso a las masas de agua, cercado de piletas, atención especializada para aquellos que viven cerca de espejos del agua, enseñar a los niños y niñas en edad escolar a nadar y capacitar a las personas del entorno en técnicas de resucitación cardiopulmonar (RCP), entre otras medidas.

 

Un problema de salud

El ahogamiento es una de las principales causas de muerte relacionadas con lesiones no intencionales en la infancia y la adolescencia. La OMS lo considera “un problema de salud grave y desatendido” con características de pandemia, ya que mueren en el mundo por esta causa aproximadamente 236 000 personas por año.

“Es fundamental que los adultos tomen medidas preventivas como la instalación de barreras de protección para evitar el acceso de los niños y niñas a los espacios de agua, la vigilancia permanente de al menos un adulto atento y comprometido, y la enseñanza, de acuerdo a su edad y sus posibilidades de comprensión, sobre los riesgos y las precauciones que deben tomar, dijo la médica pediatra del Comité de Prevención de Lesiones de la SAP María Cecilia Rizzuti.

A su turno, la integrante del Comité de Emergencias de la SAP, Natalia Alejandra del Valle Romero, recordó la importancia de utilizar elementos de protección, como chalecos salvavidas validados por las autoridades competentes, “desconfiando de aquellos recreativos que se venden en jugueterías, pero que no tienen por finalidad el cuidado del niño ante situaciones de emergencia acuática”.

 

El riesgo según la edad

La vulnerabilidad de los niños es diferente según la edad: los menores de 1 año dependen de sus cuidadores y pueden ahogarse muy rápido en baldes, tachos, zanjas, acequias o pozos, mientras que los menores de cinco años se ahogan en piletas o espacios con agua en o cerca de sus domicilios, y los mayores o adolescentes tienen más probabilidades de ahogarse en masas de agua naturales como ríos, arroyos, mares y lagos.

“La supervisión de los niños pequeños en el agua debe ser cercana, constante, competente y atenta por un adulto responsable”, afirmó Adela Armando, también miembro del Comité de Prevención de Lesiones de la SAP.

En los adolescentes, la mayoría de los ahogamientos suceden por la combinación de exceso de confianza en las habilidades para nadar, una subestimación de situaciones peligrosas en o cerca del agua y el consumo de alcohol o drogas.

 

Ante una emergencia

El ahogamiento se puede describir como un proceso continuo, con una fase inicial de paro respiratorio, pero con circulación intacta. Luego progresará a paro cardíaco si persiste la falta de aire.

“Lo primero que debemos hacer es retirar a la víctima del agua y pedir ayuda. No se reanima dentro del agua. Siempre hay que tener a mano los teléfonos de emergencias de la zona. Si el niño, niña o adolescente está consciente y sin problemas para respirar, se espera la asistencia profesional”,  recomendó Natalia Romero.

“Si está inconsciente (no responde a los estímulos), el ahogamiento fue en presencia nuestra y duró menos de 3 minutos, se debe abrir la boca y comenzar con respiraciones de rescate boca a boca. Si se recupera, retirar las ropas mojadas, secar a la víctima (para evitar la hipotermia) y esperar la asistencia profesional”, continuó.

Si la persona no reacciona, no respira y está inconsciente, “se debe comenzar con reanimación cardiopulmonar básica (RCP)”, que debe proseguirse “hasta que llegue la asistencia profesional”.

En el ahogado, no se recomienda el uso del desfibrilador automático externo (DEA), ni golpear el pecho para expulsar el agua (acción conocida como la "maniobra de Heimlich"). “Una vez resuelta la emergencia y recuperada la conciencia de la víctima, sin excepción, todos los que perdieron el conocimiento deben ser asistidos en el hospital”, concluyeron desde la SAP.

Fuente: Télam

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