Amplían estudios sobre una especie de escarabajos clave para la ganadería sustentable. Comunicación telefónica con Andrés Gómez-Cifuentes, investigador del CONICET.

Investigadores del CONICET publicaron la primera revisión exhaustiva que mapea el estado del conocimiento sobre los escarabajos estercoleros (Coleoptera: Scarabaeinae) en Argentina, una subfamilia crucial que contribuye a la fertilidad del suelo y la salud ecosistémica. El estudio, realizado por un equipo del Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UNaM), compiló un total de 81 trabajos científicos publicados desde 1944 y determinó un crecimiento exponencial en la investigación a partir de la década del 2000, periodo que concentra el 78 por ciento de todos los estudios del país. Los escarabajos estercoleros son insectos de alta relevancia ecológica y productiva. Su importancia radica en el enterramiento de materia orgánica (estiércol o carroña) que realizan para alimentarse o para anidar. Este proceso les permite desempeñar varias funciones ecológicas fundamentales, incluyendo la degradación de materia orgánica, la dispersión secundaria de semillas, y la bioturbación. Específicamente, están asociados al ciclado de nutrientes, modifican las propiedades fisicoquímicas del suelo y reducen la incidencia de parásitos, características vitales para la ganadería sustentable.

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Publicado el 07 DE NOVIEMBRE DE 2025

La revisión, encabezada por los investigadores del CONICET Andrés Gómez-Cifuentes y Gustavo Zurita, examinó el avance temporal y espacial de los estudios, categorizando las investigaciones en siete áreas principales. Los temas más explorados en Argentina se centran en el comportamiento y la evolución, con el 28 por ciento de los estudios abordando principalmente las estrategias de reubicación de alimentos y el comportamiento reproductivo y de apareamiento. Le siguen la taxonomía, sistemática y filogenia con el 27 por ciento de las investigaciones, enfocada en el diagnóstico, la descripción y la clasificación de especies, mientras que los estudios en biodiversidad y conservación representaron un 21 por ciento, enfocándose principalmente en evaluar la pérdida, fragmentación y sustitución de entornos naturales por diferentes usos del suelo.