Bajo presión, renunció Mugabe en Zimbabwe

El líder de 93 años finalmente cedió luego de que, hace una semana, las Fuerzas Armadas se rebelaran en su contra. La clave: convocó a una reunión de gabinete y no fue ni uno de sus ministros.

Bajo presión, renunció Mugabe en Zimbabwe

Robert Mugabe renunció a la presidencia de Zimbabwe, en una decisión que cierra un ciclo de 37 años de gobierno autocrático y abre una nueva etapa política del país africano (Foto: Jekesai Njikizana para AFP publicada por Télam)

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Unidiversidad / Fuente: Télam

Publicado el 21 DE NOVIEMBRE DE 2017

Robert Mugabe renunció este martes 21 a la Presidencia en Zimbabwe, en una decisión que cierra un ciclo de 37 años de gobierno autocrático y abre una nueva etapa política del país africano días después de que las Fuerzas Armadas se rebelaran contra el mandatario.

"Yo, Robert Mugabe entrego formalmente mi dimisión como presidente de la República de Zimbabwe con efecto inmediato", leyó el presidente del Parlamento, Jacob Mudenda, bajo los aplausos, la carta de renuncia del jefe de Estado sin nombrar a un reemplazante oficial.

El sorpresivo anuncio interrumpió una sesión en la que los diputados discutían el inicio de un proceso de juicio político al jefe de Estado, de 93 años, quien se había negado a dimitir pese a la sublevación militar de la semana pasada y a días de protestas.

Según la Constitución, en caso de renuncia, el presidente debe ser reemplazado por el actual vicepresidente, Phelekezela Mphoko, miembro del entorno de la exprimera dama Grace Mugabe, contra cuyas aspiraciones presidenciales se levantó el Ejército.

Mudenda dijo que había gestiones en curso para garantizar un nuevo líder pueda asumir mañana.

El levantamiento militar contra Mugabe comenzó cuando el mandatario destituyó al exvicepresidente Emmerson Mnangagwa, un héroe de la guerra civil que derivó en la independencia de Zimbabwe. La medida se interpretó como un intento de Mugabe de promover como presidenta a su mujer, lo que provocó la reacción de las Fuerzas Armadas, que desde hace años resistían las ambiciones de poder de la exprimera dama y del grupo político que encabeza.

Mnangagwa huyó a Sudáfrica tras ser destituido, hace dos semanas.

El domingo pasado, el partido gobernante de Zimbabwe, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF) destituyó a Mugabe y nombró a Mnangagwa como su número uno y candidato a las presidenciales de 2018.

Cientos de personas que se habían congregado frente al Parlamento en Harare, la capital, para exigir la renuncia de Mugabe estallaron en festejos, cánticos y bailes al conocerse la sorpresiva noticia de su dimisión. Horas antes de conocerse la renuncia de Mugabe, los parlamentarios de su propio partido, el Zanu-PF, estaban reunidos para cerrar los detalles del juicio político, el ultimátum que le habían puesto el fin de semana para que presente la renuncia.

Mugabe resistió a las presiones, pese a la multitudinaria protesta en su contra del sábado y a las negociaciones mantenidas con el Ejército y con los emisarios enviados por Sudáfrica. Incluso en un esperado anuncio televisivo del domingo, se negó a dimitir frente a la expectativa mundial. La intervención militar del pasado martes no le había hecho mella hasta el momento. Seguía imperturbable y hablando de retomar "la normalidad" del país.

Tampoco pareció inquietarse ante el hecho de haberlo cesado del puesto de líder de su partido con el posterior reemplazo de Mnangagwa, la figura que desde el exilio precipitó su caída. Ni siquiera parecía perturbarlo el clamor popular que viene pidiendo su renuncia hace una semana. Pero hoy, sintió el vacío cuando convocó a sus ministros a una reunión de gabinete y nadie fue.

Sin apoyo popular, con su propio partido en contra y confinado por los militares desde hace casi una semana en su casa, Mugabe cedió y dejó el poder que ostentaba desde la independencia del país del Reino Unido, en 1980.

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