La Relatoría Especial para la Libertad de Expresión de la CIDH destacó en un comunicado su "preocupación" por la "ausencia de avances significativos" para esclarecer estos crímenes, informó la agencia noticiosa alemana DPA. "En ninguna de las investigaciones las autoridades hondureñas han reportado algún progreso significativo", subraya la nota.

La Relatoría calificó de "imprescindible" que el gobierno del presidente Porfirio Lobo demuestre con "acciones concretas e investigaciones efectivas su compromiso en la prevención de estos crímenes, la protección de los periodistas en riesgo y la lucha contra la impunidad de los asesinatos reportados".

En el caso de Orellana, el organismo de la CIDH, dependiente de la Organización de Estados Americanos (OEA), exhorta a las autoridades a dar "prioridad a la hipótesis según la cual la labor profesional del periodista y sus constantes denuncias por violaciones de derechos humanos pudieron ser la causa del homicidio".

Orellana fue asesinado de un tiro en la cabeza el 14 de julio en el departamento (provincia) de Lempira, cuando se dirigía en motocicleta hacia su emisora, Radio Joconguera.

Según recordó la CIDH, el periodista de 26 años, "había abierto espacios en la radio a programas de la Igelsia católica y del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) y había mantenido una posición crítica hacia el golpe de Estado contra (el presidente Manuel) Zelaya".

Asimismo, la CIDH indicó que el asesinato de Orellana "se inserta en un contexto de hostigamiento contra las radios que han mantenido una línea independiente y han denunciado temas de corrupción y posibles violaciones de derechos humanos" y manifestó su "preocupación" por los "constantes hostigamientos y amenazas" que han sufrido los periodistas de varias radios comunitarias.