El miércoles 22, la Justicia definirá en una audiencia el destino de los curas acusados por abusar sexualmente de menores hipoacúsicos en el Instituto Próvolo de Mendoza. La cita será en el Cuarto Juzgado de Garantías donde, en una sesión pública, el fiscal Fabricio Sidoti y los defensores de los imputados se presentarán ante el magistrado y sostendrán sus posturas. Ahí mismo se determinará en qué condiciones ambos detenidos esperarán el juicio por los delitos de los que se los acusa.

Existe la posibilidad cierta de que se disponga la prisión domiciliaria para Nicola Corradi –el cura de 82 años arrestado en Mendoza por pedofilia– y el encierro carcelario para el otro sacerdote pederasta, Horacio Corbacho, de 56 años.

La celeridad del procedimiento judicial en un tema tan sensible para la ciudadanía es clave en este proceso. Se debe, fundamentalmente, a la modificación del sistema de prisión preventiva, que se convirtió en ley en junio de este año, con el fin de endurecer esa instancia y terminar así con la llamada "puerta giratoria" de los delincuentes. Fue uno de los tantos cambios que se realizaron en el Código Procesal Penal. La propuesta vino directamente desde el Ejecutivo provincial y en el recinto legislativo contó incluso con el apoyo de la oposición.

Murió un cura del "instituto del horror"

En tanto, por estas horas, trascendió la muerte de uno de los curas del Instituto Próvolo. Se trata de Juan Pínola, un religioso de más de 80 años que había sido internado poco tiempo antes del escándalo y que, en principio, no estaba involucrado en la causa por abusos en la investigación judicial que comanda el fiscal Sidoti, pues no había sido mencionado en ninguna de las denuncias por abuso sexual en el hogar religioso.