Desafío en Mendoza: lograr que la población complete el esquema de vacunación

Así lo aseguró a Unidiversidad la ministra de Salud, Ana María Nadal. Hasta el momento, el 63,39 % de la población objetivo tiene la primera dosis. Búsqueda en territorio. Libertad individual y responsabilidad colectiva.

Desafío en Mendoza: lograr que la población complete el esquema de vacunación

La ministra Nada consideró que la vacuna contra la COVID-19 debe formar parte del calendario nacional obligatorio. Foto: Unidiversidad

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Verónica Gordillo

Publicado el 15 DE OCTUBRE DE 2021

El 48,83 % de la población mendocina tiene el esquema completo de vacunación contra la COVID-19, mientras que al resto le falta la segunda dosis. Por eso, la ministra de Salud y Desarrollo Social, Ana María Nadal dijo a Unidiversidad que el desafío inmediato es lograr que ese grupo complete el esquema, porque es lo único que le brindará una protección real contra las formas graves de la enfermedad y –al mismo tiempo– impedirá que el virus encuentre nuevos huéspedes para seguir replicándose y mutando.

La ministra explicó la estrategia oficial para lograr el objetivo: repetir el mensaje de que las personas pueden acercarse sin turno al mismo lugar donde se colocaron la primera dosis para completar los esquemas y avanzar con las comunas en la búsqueda en territorio de quienes no se acerquen.

De acuerdo a los datos que brindó Nadal, la población objetivo de Mendoza para ser vacunada es de 2 010 363 personas. La cifra es estimada, ya que se basa en el último censo, efectuado diez años atrás, por lo que la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas (DEIE) realiza proyecciones de crecimiento en cada franja etaria, que son las que manejan las autoridades sanitarias. Teniendo en cuenta esto, y que la población objetivo fue cambiando a medida que se sumaron grupos y edades, a la fecha, el 48,83 % (981 641) tiene el esquema completo, mientras que el resto tiene la primera dosis. El grupo más rezagado es el de 18 a 29 años, ya que el 51,93 % (192 819) tiene el esquema completo, un porcentaje que aumenta en forma sustancial entre los y las ciudadanas de mayor edad.

Nadal, que recibió a Unidiversidad en su despacho, analizó la situación sanitaria de Mendoza y planteó los desafíos frente a la pandemia que, aseguró, aún no concluyó.  

 

Objetivo 1: Completar el esquema de vacunación

¿Cuál es la situación actual de la provincia respecto de la vacunación?

En Mendoza hay una adhesión importante a la vacunación. Hay grupos resistentes, pero no representan la mayoría. En realidad, hoy el desafío más importante que tenemos es completar los esquemas. Ahí estará el esfuerzo fundamental, en incrementar el porcentaje de personas con dos dosis.

¿Qué grupo etario es el que tiene un porcentaje menor de esquema completo?

El de 18 a 29 es el grupo más flojo: el 51,93 % tiene el esquema completo, mientras otros grupos tienen mejor cumplimiento, especialmente los más grandes, tanto por edad como por preocupación. Entonces, el desafío hoy está ahí, que la gente vaya y complete el esquema.

¿Cuáles son las razones por las que cree no completan el esquema?

Creo que, por un lado, hay una sensación de pandemia terminada, que no es tal, porque para que la pandemia efectivamente de vuelta la página y se transforme en una endemia, es decir que sea localizada y controlada, hay que tener un porcentaje de vacunación importante con las dos dosis, la mayoría de gente vacunada. Creo que a esto se suma que no tenemos tantos casos, el tema no está en los titulares todos los días y la verdad es que a muchas personas las movilizó el miedo a lo desconocido, a lo que les podía pasar. El otro aspecto, que es un poco la cara buena y la cara mala de la misma moneda, es que hicimos una campaña de vacunación muy amigable, muy presente, es decir: “Si perdiste el turno, andá lo mismo”, “Acercate sin turno”, entonces eso también hace que la gente acomode la vacunación a su vida, no falta a trabajar, va el sábado, lo deja para después. También puede haber algunos que se sintieron mal con la primera dosis o que ahora se sienten muy bien, entonces esperan. Creo que son todos estos aspectos. Por eso, te repito que hoy el desafío es completar los esquemas. 

¿Por qué es importante completar el esquema?

Claramente, es la protección real contra la variante delta. Te voy a dar un ejemplo triste pero cierto. La persona que falleció en el hospital Perrupato, un transportista que venía de Brasil, falleció por la variante delta y tenía una sola dosis de Pfizer. Si bien hizo una consulta muy tardía, porque se venía sintiendo mal, esa es la diferencia con las dos dosis, la protección real. Además, son vacunas que están diseñadas así para lograr la mejor inmunidad. La segunda dosis sostiene la inmunidad mayor cantidad de tiempo y protege de las formas más graves de la enfermedad, eso es primordial. La vacunación es una de las medidas sanitarias de mayor impacto, porque cuando uno se vacuna, no solo se cuida uno, sino que cuida a los demás; entonces, si tenemos a la mayoría de las personas con los esquemas completos, reducimos notablemente la transmisión, el virus deja de replicarse a locas, como pasó en India, de donde salió la variante delta o, en Brasil, de donde salió la Manaos, y verdaderamente ahí empieza a terminar el ciclo de la pandemia, porque hay menos personas susceptibles de contraer la enfermedad, entonces el virus empieza a no encontrar susceptibles. De ahí viene la terminología de las redes, dejaría de ser viral para tener una reproducción controlada.

Esta situación de personas que deben completar el esquema, ¿se replica a nivel nacional?

Exacto, se replica a nivel nacional. Por eso, uno de los acuerdos en la última reunión del Consejo nacional fue salir muy fuerte para lograr que se coloquen la segunda dosis.

En Mendoza, la lejanía o dificultad de acceder a un centro sanitario, ¿es un factor importante para que no se complete el esquema?

No. Primero, ya se presentaron para la primera dosis y, segundo, los lugares más difíciles de acceder los estamos abordando territorialmente, incluso estamos acercándonos con la vacuna Cansino, que es una única dosis, lo que facilita esto. Estamos siendo lo más territoriales posibles. 

¿Evalúan buscar a las personas que aún no completaron el esquema?

Si, totalmente, estamos trabajando sobre un archivo con la gente (a la que le) falta completar el esquema con los intendentes. Desde el principio, hemos trabajado en conjunto con los intendentes para iniciar esta campaña de vacunación aprovechando la fortaleza territorial que tienen. Por eso, la idea es hacer una pesquisa más individualizada de las personas que no se colocaron las segundas dosis. Si bien comunicamos que hay que completar el esquema, evidentemente tenemos que ir un paso más adelante, con una convocatoria más directa a las personas para que completen los esquemas, ese es el desafío. 

La ministra de Salud, Ana María Nadal, dijo que la información es la mejor herramienta para que las personas se vacunen. Foto: Unidiversidad

¿Vacunación obligatoria?

Una vez que la población complete los esquemas, ¿continuarán con alguna estrategia para convencer a quienes no se quieren vacunar, a veces por desconocimiento o temores?

Creo que ahí hay dos cosas que las trabajamos con los equipos de salud: una cuestión ideológica que es difícil de romper, porque tiene que ver con cuestiones estructurales del pensamiento, y otra, de quienes tienen algún temor o están indecisos. Respecto de lo primero, Argentina y Mendoza no son comunidades donde tengan fortaleza los grupos antivacunas: hasta antes de la COVID-19, teníamos el 94 % de cobertura en el calendario obligatorio de vacunación, por lo que existe un pensamiento provacuna, para decirlo de alguna manera. Hay otro grupo para el que no es una cuestión ideológica, sino de información, y sobre ese tenemos que trabajar con los equipos médicos para que aconsejen la vacunación. Muchas veces, la falta de información preocupa, asusta y hace que no te vacunes, entonces hay que trabajar sobre que la vacunación es segura y, cuando las personas acudan a un centro de salud, que el tema forme parte de la consulta, es decir, preguntar si está vacunada o no, explicar, despejar las dudas para que ese grupo de indecisos se vacune.

Más allá de que la política pública de Salud se decide a nivel nacional, ¿cree que la vacuna de COVID-19 se debe incluir en el calendario obligatorio?

Absolutamente. Hoy por hoy, tenemos una limitante y es que las vacunas se aprobaron de emergencia con fase 3 y estamos cumpliendo la fase 4 en los hechos, por lo que no se la puede incorporar como vacuna obligatoria en el calendario. Sin embargo, creo que el año que viene, esta vacuna va a ser de aplicación obligatoria.

¿Y respecto de una tercera dosis o refuerzo?

La tercera dosis es la gran pregunta, pero por ahora, en la última reunión del Consejo nacional, el lineamiento ha sido completar esquemas para mantener los niveles de anticuerpos y la protección inmunológica.

 

Libertad individual y responsabilidad colectiva

A nivel mundial, se pusieron en marcha distintas estrategias para convencer a los indecisos, como premios o castigos. ¿Colaboran para lograr una mayor cobertura?

Creo que lo central es la información. Los países que implementaron estas estrategias son países donde naturalmente la sociedad es antivacunas, hay grupos muy fuertes en Estados Unidos, en Rusia, en países de Europa. Argentina tiene porcentajes de cobertura de vacunas altos, por lo tanto, hoy creo que la medida de solicitar el esquema completo si querés ingresar a un espectáculo o si querés viajar puede ser útil a la hora de motivar a la gente para que se vacuna. 

Existe también un debate sobre las libertades. ¿Cuál es el límite? ¿Quién lo debe poner? ¿El Estado? 

Creo que sí, y cuando la vacuna complete los requisitos para ser una vacuna de calendario obligatoria, tendría que serlo, y ahí es donde el bien común supera el individual. Es complicado el tema. De hecho, hay grupos antivacunas que terminan no vacunando a sus hijos y pueden ser hasta denunciados porque hay leyes, porque en estos temas, la libertad individual se relativiza. Me cuesta pensar, sobre todo lo de los chicos, porque la verdad es que las vacunas demostraron niveles de seguridad y, a lo largo de la historia, la posibilidad de erradicar enfermedades como la viruela, que hoy volvió a Europa. 

En una entrevista que brindó a Unidiversidad el jefe del Departamento Clínico del Hospital Central, Orlando Huser, dijo que quienes no estén vacunados serán los que ocupen las camas de UTI y tengan riesgo de muerte. ¿Comparte esta visión?

Es así, y esto no tiene que ver con la intuición, sino con la evidencia científica. La vacunación genera anticuerpos, protección y la posibilidad de no desarrollar la forma grave de la enfermedad. Ha sido una carrera contra el tiempo aprender del coronavirus, aún hay muchas cosas que no se saben, pero es cierto que si tenemos vacuna y tratamiento, es otro el escenario. Después quedará discutir, aprender cuánto dura la inmunidad, si hay memoria celular, cuántas dosis de refuerzo se necesitan. Esto es todo lo que la pandemia nos enseña día a día, pero la evidencia de que las personas vacunadas y con anticuerpos llevan a menos cantidad de casos y de menor gravedad es una evidencia irrefutable. 

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