A continuación, una enumeración de todo lo que no es la educación artística. No es una manualidad, no es una decoración, no es un dibujito, no es respetar el margen, no es hacer unas guirnaldas con papel crepé, no es individual, no es para quien sabe pintar, no es estar sentado en el aula, no es un entretenimiento, no es una terapia. A continuación, una enumeración de todo lo que sí es la educación artística. Es conocer saberes y lenguajes específicos de las artes, es cultura, es vivencia, es capacidad de reflexión e interpretación, es acercamiento, es contexto, es desarmar esquemas, es desarrollo simbólico, es colectiva, es escuchar, es la voz de chicos, chicas y adolescentes plasmada en una producción. Todo eso que sí es la educación artística fue lo que se puso en el centro de la escena durante las Primeras Jornadas de Artes Visuales y Cerámica en la Educación, organizadas por las Facultad de Artes y Diseño de la UNCUYO.

En el encuentro, que duró dos jornadas y se realizó en las instalaciones de la facultad, se abordaron distintos aspectos y desafíos de esta modalidad incluida por ley en la educación primaria, secundaria y en la formación de profesionales de ciclo inicial y primario. Imposible encontrar un lugar mejor para el encuentro: en esas aulas se ofrecen licenciaturas, maestrías, doctorados, tecnicaturas y profesorados en todas las artes, en música, en diseño, en cerámica, en artes plásticas, en teatro, en producción audiovisual, en escenografía, es decir, en todas esas formas de expresión que se pueden utilizar en los espacios de educación artística.

Entre quienes expusieron y quienes escucharon hubo un hilo conductor: eran artistas, profesoras y profesores que se desempeñan en los distintos niveles y que quieren seguir haciéndolo. Intercambiaron saberes, experiencias, frustraciones, desafíos y hasta sus intentos por explicar a la comunidad educativa que no son “decoradores de actos”. Pero, más que ninguna otra cosa, el encuentro fue una invitación a seguir, a buscar nuevas formas. Así lo sintieron las docentes Analía Barrionuevo y Marta Falanga, que comentaron que les transmitieron buenas ideas para aplicar en el aula, que les “abrieron la cabeza”.

Justamente, ese fue el objetivo de las jornadas, según explicó la vicedecana de la Facultad de Artes y Diseño, Silvina Maddio: ofrecer una posibilidad de formación, de actualización, un espacio para dialogar, para repensar las prácticas y los desafíos de la educación artística y de quienes están todos los días frente a un grupo de estudiantes. “La impronta es poder compartir todo aquello que enriquezca a la educación artística pensándola en clave de época, de poder acompañar procesos actuales escolares en sus distintos niveles y modalidades. También pensar todo lo que las artes contemporáneas nos pueden ofrecer para acompañar desarrollos psicológicos culturales, sociales y contextuales”, explicó la profesional durante el inicio del encuentro.

Instalaciones para jugar, que se realizaron en la escuela Carmen Vera Arenas. Foto: Prensa UNCUYO

De la ley a la práctica

A lo largo de las jornadas, las exposiciones de profesionales locales, nacionales e internacionales tuvieron un eje común: destacaron el nuevo paradigma de la modalidad de educación artística y la necesidad de defenderlo en las escuelas. Es decir, dejar atrás esa idea de la manualidad, del dibujito, y comenzar a comprender las posibilidades que brindan las artes para desarrollar la capacidad creativa, para valorar y proteger el patrimonio natural, cultural, material y simbólico de cada lugar.

La primera charla de la especialista Silvia Pérez brindó contexto a la temática, porque habló sobre las leyes y resoluciones referidas a la educación artística y sus características en el país. Casi como adivinando el pensamiento del auditorio, la profesional dijo que, aun cuando las normas parezcan tediosas, son esenciales para comprender el alcance de la modalidad, así como sus objetivos y el desempeño profesional docente.

En el encuentro se planteó la necesidad de utilizar nuevos materiales, de salir del afiche y el crepé. Foto: Prensa UNCUYO

Pérez explicó que la Ley Nacional de Educación (26206) revalorizó a la educación artística. Dijo que la definió como un espacio curricular imprescindible, que aborda saberes que no existen en otro campo y que es una de las ocho modalidades del sistema educativo obligatorio y común.

La profesional invitó al auditorio a leer la Resolución N.° 111 de 2010, en la que se definió el nuevo paradigma de la educación artística y que fue refrendada por el Consejo Nacional de Educación, en el que participan las máximas autoridades del área de cada provincia. Dijo que en ese texto están todos los argumentos para defender la modalidad, para conocer sus nuevos paradigmas, así como el desempeño profesional docente. "No hay que inventar nada, está todo ahí", comentó.

La siguiente expositora, la profesora Adriana Arenas, puso el foco en el análisis de viejos y nuevos paradigmas a la hora de enseñar. Dijo que en las aulas habitan distintos tipos de enfoques, desde los tradicionales, donde sigue reinando el dibujo individual o la hoja de puntillismo, hasta los que impulsan producciones colectivas.

La profesora invitó al auditorio a ser agentes de cambio, a desarmar esquemas, a transformar espacios. “Todas las propuestas contemporáneas se salen del trabajo individual, de un tema por día, de la carpeta, de la hoja. La educación artística no es una manualidad, los chicos son partícipes en el diseño, en la construcción de la metáfora; entonces, utilicen los diversos saberes, trabajen en forma interdisciplinaria. Eso es lo que deja huella en los estudiantes, no el puntillismo”, expresó.

Utilizar de otro modo los espacios escolares fue una de las propuestas del encuentro. Foto: Prensa UNCUYO

Ante la invitación de la profesional a ser agentes de cambio, algunas de las docentes le plantearon que chocan con los viejos paradigmas en la voz de sus directivos. Arenas redobló la apuesta: “Debemos hacer partícipes de estos espacios a los directivos y los supervisores para que nos dejen de ver como maestras de manualidades y decoradoras. Si me uno a la idea de la palomita y la guirnalda, no voy a salir del viejo paradigma. La única manera es seguir defendiendo el espacio a través del hacer”, fueron sus palabras. Arenas mostró imágenes de ese nuevo paradigma: caras de chicos, chicas y adolescentes creando sus producciones artísticas, pintando, cantando, actuando.

En el mismo sentido, la siguiente expositora, la profesora Cecilia Escalona, dijo que los viejos paradigmas alejan de la reflexión y de la producción colectiva, que consideró ejes sustantivos de la enseñanza. Por eso, invitó al auditorio a repensar la práctica docente, a preparar las clases, a ensayar, a escuchar, a ser compasivos. “Esta profesión nos exige construir esperanza”, dijo. Y terminó su intervención con las palabras del poeta Mario Benedetti, esas en las que invita a defender la alegría como una trinchera.

Crear espacios lúdicos también es una de las propuestas de la educación artística. Foto: Prensa UNCUYO

Más allá del papel crepé

El próximo panel fue todo imagen. Las artistas y docentes Carolina Martínez, Marta Paz y Verónica Aguirre, que además integran el colectivo Marea Oeste, mostraron fotos de producciones que guiaron en distintos niveles educativos. “Salimos del aula, de la carpeta, involucramos a toda la comunidad docente, buscamos un intercambio colaborativo, habitar de otra manera los espacios de la escuela, de un modo poético, creativo. También invitamos a repensar los materiales, ir más allá del afiche, del papel crepé, de todo lo que se compra en un lugar, hay cientos de posibilidades para explorar”, explicaron.

Las artistas y docentes mostraron imágenes de instalaciones para jugar, de escenarios, de videos, todas propuestas creadas por chicos y chicas y por los futuros docentes de educación inicial y primaria.

La siguiente expositora, la artista y profesora de teatro Sandra Viggiani, compartió sus estrategias de trabajo, sus experiencias y desafíos. Subrayó la necesidad de escuchar a chicos y chicos, de acompañarlos para que puedan plantear sus propias problemáticas y convertirlas —a través de un proceso creativo y del aprendizaje constante— en una producción artística.

La actriz Sandra Viggiani compartió con docentes algunos de los métodos de enseñanza que utiliza en el aula. Foto: Unidiversidad

La actriz destacó la importancia de comprender cómo, a través del arte, se construye conocimiento sobre sí mismo, sobre el mundo y sobre la contemporaneidad, y destacó la importancia de enseñar y acompañar en el proceso a sus estudiantes.

Luego, la vicedecana Silvia Maddio habló sobre la importancia de comprender las claves de la época para llevar adelante la práctica educativa. Dijo que hoy las infancias tienen poco tiempo para el juego, que pasan muchas horas en soledad, que sus adultos referentes tienen dificultades para poner límites y para ejercer su autoridad, todo en medio de conflictos entre pares y de patrones relacionales de violencia. Frente a esta realidad, invitó al auditorio a identificar las distintas problemáticas y a no naturalizarlas.

“Los invito a ser promotores de salud mental, promotores de espacios lúdicos en los que se invite a pensarnos como personas desde que nacemos hasta que morimos. Debemos saber que estamos ante una infancia que necesita mostrar su subjetividad, necesitamos escuchar a los chicos. Ahí está la relevancia de las artes, ofrecer un espacio emocional que ayuda al desarrollo simbólico, esa capacidad de poder representar algo que no está presente. Esa capacidad es un tesoro en la construcción subjetiva del individuo y las artes son esenciales para esto”, convocó.