La producción
de aceite de colza permite generar un biocombustible de muy buena calidad que
no compite con los alimentos. Explica el fenómeno el ingeniero Ricardo
Maggioni, director del proyecto “Extracción
y refinación de aceite de colza, para la producción de biodiésel. Optimización
de la planta de biodiésel”, subsidiado por la Secretaría de Ciencia,
Técnica y Posgrado de la Universidad Nacional de Cuyo.
En
esta nota averiguamos cómo puede mejorarse la producción de biodiésel a partir
del aceite extraído de la semilla de colza. Para ello entrevistamos al ingeniero Ricardo Maggioni, ya que él y su equipo de investigación focalizan su trabajo en
el refinamiento de este tipo de aceite para su uso como energía amigable
con el medio ambiente.
¿Qué
es la colza?
Se
trata de una planta oleaginosa rica en aceites, que posee un rendimiento de
producción muy elevado y generalmente es cultivada en invierno, es decir, en
contraestación. Posee una raíz fuerte con un
tallo ramificado de hasta 1,5 metros de altura y hojas lobuladas. Las flores,
de un amarillo brillante, crecen en espigas sueltas al final del tallo
principal y de las ramas. Al madurar, sus semillas pasan del color verde al
negro, en el interior de vainas puntiagudas. A diferencia de los cereales o el
maíz, la colza no se puede producir en monocultivo y se aconseja sembrarla en
el mismo terreno solo cada tres o cuatro años.
¿Qué beneficios presenta el procedimiento de extracción de aceite que ustedes
utilizan?
El modo de sacar el aceite de esta planta es de tipo mecánico,
es decir, evitamos el uso de solventes tóxicos, factor que favorece una
producción de combustible más ecológico.
Para
ello estamos montando y
afinando el funcionamiento de la prensa para la extracción de aceite de colza,
seguido de los procesos de refinación y optimización de la producción de biodiésel.
Utilizamos los procesos tradicionales con algunas modificaciones, como es la
sustitución de la etapa de separación por decantación natural del aceite, que
constituye actualmente la etapa lenta de producción. Con ello mejoramos sustancialmente
la capacidad de producción de la planta.
¿Cómo avanzaron en la producción de biocombustible a
partir de esta oleaginosa?
En
ese sentido, hemos construido e instalado una planta piloto de extracción de
aceite de colza. Este importante equipo está ubicado al lado de la planta de
producción de biodiésel que tiene la Facultad de Ciencias Aplicadas a la
Industria de la UNCUYO.
¿Cómo
es esta planta de extracción?

La
planta está montada sobre una estructura metálica de dos niveles. En el nivel
superior hay un tanque plástico de 200 litros de capacidad que actúa de
depósito de reserva de aceite vegetal virgen; un recipiente de acero inoxidable
de 50 litros de volumen bruto para elaborar el catalizador; un recipiente de
250 litros que cumple tareas de calentamiento y reacción, construido en acero
inoxidable, y dos tanques plásticos de 200 litros, para llevar a cabo el lavado
con agua acidificada y con agua neutra del biodiésel producido.
A su
vez, hay una bomba centrífuga de diseño especial que opera como elemento
precursor de la reacción química con rebombeo del aceite al tanque superior, que
forma parte del sistema reaccionante.
Así,
luego de prosperar la reacción química se alimenta con la mezcla reaccionante a un
separador centrífugo continuo disponible, que logra separar los subproductos
(jabones y glicerina, fundamentalmente) del biodiésel sin lavar, y este se recoge en un recipiente adecuado provisto de bomba para ser elevado a los tanques
de lavado.
¿Cuáles
son las diferencias y similitudes entre los combustibles derivados del petróleo
y el de la colza?
Hay que tener en cuenta que la generación de biodiésel presenta grandes
diferencias en el tratamiento tecnológico respecto de su principal competidor,
el petróleo. Sin embargo, ambos combustibles son compatibles sin que se
produzcan alteraciones de funcionamiento en los motores de ciclo diésel.
Actualmente, nuestro país tiene una normativa energética que exige la incorporación
de la mezcla de 8 por ciento de biodiésel con un 92 por ciento de gasoil.
Otra
gran diferencia entre el gasoil de hidrocarburo y del gasoil no
convencional o biodiésel es que el primero es más barato de producir en
relación con el segundo. La diferencia de precio a favor del combustible no
renovable frente a los biodiésel es posible porque no se considera el
componente medio ambiental. Por lo tanto, si reflexionamos sobre el aspecto ecológico, en esta comparación la energía hidrocarburífera sería más costosa que la extracción
de aceite a partir de la colza.
¿Qué
antecedentes existen
en cuanto al uso de los
combustibles alternativos?
La
idea de usar aceites vegetales como combustibles en motores diésel tiene más de
100 años de historia. El propio Rudolf Diesel realizó pruebas de motor con
aceites vegetales. Así, uno de los prototipos de su nuevo motor presentado en
la Exhibición Mundial de París en 1900 funcionó con aceite de maní.
Esta
prueba, supuestamente, procedió del gobierno francés, quien buscaba un medio de
producción autóctono de combustible en sus colonias africanas. Sin embargo,
dado que los combustibles derivados del petróleo pronto estuvieron disponibles
en grandes cantidades y a un menor precio, el interés en los aceites vegetales
declinó.
Aun así, existieron algunos intentos de utilización de fuentes de energía
renovables durante la Segunda Guerra Mundial, aunque el redescubrimiento de los
aceites vegetales como posibles alternativas a los hidrocarburos emergió en la
década de los 70, con la crisis mundial
del petróleo y el crecimiento de la conciencia ecológica. A su vez, la
necesidad de combatir los excedentes de producción agrícola sirvió como un
incentivo adicional.
¿Y cómo se presenta en esta historia apasionante la
colza?
La
colza, conocido por canola, pertenece a la familia Brassicacea, por lo que está
relacionada con otros cultivos de aceite, como lo son varias especies de
mostazas (por ejemplo, la mostaza negra, Brassicanigra, o la mostaza blanca, Sinapis alba) y la camelina pilosa (Camelina sativa).
El
cultivo tiene una larga tradición como planta agrícola. Los primeros datos los
encontramos en la India, 2000 años antes de Cristo.
Los europeos usan el aceite de colza desde el
siglo XIII, consumido como combustible para lámparas, materia prima para
la producción de jabones y pinturas, y como aceite barato para cocinar.
Después
de la Segunda Guerra Mundial, algunos países europeos mostraron un interés
creciente por la Brassicanapus, ya que
se podía cultivar en regiones frías; por lo tanto, permitía pensar en la reducción
de su dependencia exterior en importaciones de aceite extranjero.
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Proyecto
de investigación subsidiado por la Secretaría de Ciencia, Técnica y Posgrado de
la UNCUYO: “Extracción
y refinación de aceite de colza, para la producción de biodiésel. Optimización
de la planta de biodiésel”.
Integrantes
del equipo: Director:
Maggioni, Ricardo Atilio. Co-Director: Di Santo, Rogelio Oscar. Castro, Daniel Alfredo;
Vázquez, Jorge Higinio; Gentile, Alejandro; Lucero, Laura; Videla, Verónica;
Carivali, Pablo; Elia, Darío.