El "largador" despedido, una historia en tiempos de ñoquis y ajuste

Entre los 80 empleados temporarios despedidos del Instituto de Juegos y Casino hay un caso muy particular.

El "largador" despedido, una historia en tiempos de ñoquis y ajuste

Trabajadores del Casino y gremios marchando desde la sede central hasta la Casa de Gobierno el pasado lunes 1.º, repudiando el cese de contrato de 80 empleados temporarios. Foto publicada por eldiario.deljuego.com.ar.

Provincial

Unidiversidad

Unidiversidad / Milagros Martín Varela

Publicado el 03 DE FEBRERO DE 2016

Es casi indiscutible que las medidas de "ordenamiento", según el Gobierno, o de "ajuste", como lo ven los gremios estatales, generan una controversia creciente. En los primeros dos meses de la gestión de Alfredo Cornejo se han tomado decisiones que ya estaban anunciadas desde la campaña electoral. Una de las consignas fue: "Basta de ñoquis", y bajo esa premisa han quedado muchos fuera del Estado. Las preguntas que surgen son: ¿cómo se sabe que son realmente "ñoquis"? ¿Cuál es el criterio para cesantear? ¿Qué investigaciones hacen las autoridades previo a los despidos?

Durante esta semana, los 80 empleados que fueron desvinculados del Casino han ocupado un importante lugar en la agenda pública. Dentro de este caso que generó una protesta impulsada desde los gremios, y que aún se mantiene con paros, hay una situación en particular que pone en evidencia que no se está aplicando un criterio que valide que los despedidos son "ñoquis". 
 

El caso de carrera

Alberto Giménez tiene 45 años y tenía contrato temporario en el Instituto Provincial de Juegos y Casinos (IPJyC). Trabajaba en el Hipódromo de Mendoza como starter. Su función consistía en largar las carreras de caballos que se realizan domingo por medio entre febrero y diciembre. 

Cualquier persona que desconoce cómo funciona una carrera de caballos podría pensar que el rol de Giménez lo puede cumplir casi cualquier persona. Sin embargo, el starter es responsable, prácticamente, de la seguridad y la vida de los jockeys, quienes montan los caballos. Es que la persona que realiza este trabajo debe saber muy bien en qué momento largar la carrera, conocer muy bien a los animales y la posición y ubicación que tienen que tener antes de largar la carrera.

Una largada de carrera de caballos, uno de los momentos más importantes en el turf. Foto publicada por Los Andes. 

Asimismo, según el Reglamento General de Carreras del Hipódromo de La Plata y de San Isidro (2010), el starter es el único que puede juzgar la validez de una carrera y puede sancionar a entrenadores que presenten caballos que no estén bien adiestrados, equipados o herrados. Sabiendo todo esto, resulta redundante decir que el largador debe tener una importante capacitación, la cual se dicta solamente en la provincia de Buenos Aires. 

Giménez hizo esa capacitación y ha tenido experiencia previa a la del Hipódromo de Mendoza. No cualquiera puede ejercer su trabajo, principalmente por las consecuencias que pueden haber en caso de que se desempeñe mal: si al largador se le escapa algo, muy probablemente haya un accidente y corre riesgo la vida de los jockeys, ya que una caída de un caballo que corre es riesgosa y si el animalse cae encima de él, puede ser mortal. Un caballo de carreras pesa alrededor de 500 kg.

Este ejemplo, que quizás represente a varios casos, grafica que el criterio que ha tenido la nueva presidencia del IPJyC no demuestra que los despedidos sean "ñoquis", sino que se ha definido desde un criterio netamente economicista de recorte presupuestario, aduciendo que la recaudación no permite al organismo cumplir con sus obligaciones legales de hacer los aportes a los programas sociales. De este modo ha quedado descartado cualquier análisis de tarea y rendimiento en el desempeño de los excluidos.

En el caso de Giménez, fue contratado por el Hipódromo de Mendoza por su experiencia y capacidad para ejercer ese trabajo, que conlleva esa enorme responsabilidad ya descrita, y lo curioso es que es el único despedido de ese anexo del IPJyC. Está claro que el hecho de que los empleados cesanteados del instituto hayan tenido contrato temporario no los convierte en ñoquis.
 

La mirada oficial

El gerente general del Casino, Andrés Lombardi, afirmó en diálogo telefónico con Unidiversidad que el criterio que se usó para seleccionar a los despedidos fue separar a todos los que tuvieran contrato temporario, excepto aquellas que tienen licencia por maternidad. Con respecto al starter, aseguró que hay otras personas que pueden hacerse cargo de ese trabajo.

Andrés Lombardi junto a Josefina Canale, la titular de IPJyC, el día que anunició los despidos en el órgano rector del juego.

Lombardi también declaró que desde la gerencia "van a respetar el día de huelga, el que quiera parar tiene todo el derecho de hacer paro, pero así como a ellos les asiste ese derecho, a mí me asiste la obligación de descontarle el día al empleado". También pidió, en representación de su área, que los sindicatos respeten a los que quieren trabajar.

Durante el paro de 72 horas que llevaron adelante durante el fin de semana hasta el lunes 1º, el IPJyC estima que perdió aproximadamente 6 millones de pesos en recaudación. Esta situación, según el gerente, le dificulta cumplir con una obligación que tiene por la Ley de Presupuesto, que dice que en 2016 debe entregarle a la provincia, por recaudación, 250 millones de pesos.
 

Más ahorros 

Además, Lombardi destacó otras medidas que han tomado las autoridades del Casino para bajar los gastos: están reduciendo la pauta publicitaria, sacando datos de representación mediática y disminuyeron las gerencias de 13 a 4, entre otras. Resaltó que tiene la posibilidad de bajar costos en seguridad si la empresa constructora CEOSA termina un edificio para el Instituto que tiene una demora de cuatro años. Una vez que esa construcción sea entregada, y que está ubicada en la calle Hipólito Yrigoyen antes de llegar a San Martín, se podrá trasladar oficinas ahí y abaratar costos de seguridad.

En oposición a lo que dicen los gremios, el gerente sostiene que el paro ya no es del 100 % del personal y que las salas de juegos anexas a la sede central abrirán y estarán operativas. 

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