El regreso de la presencialidad y las tareas de cuidados: ¿quién las garantiza?

Por Mariana Lucero y Mariela Romero, de la plataforma "Cuidados Al Centro".

El regreso de la presencialidad y las tareas de cuidados: ¿quién las garantiza?

Foto: Prensa Gobierno de Mendoza

Sociedad

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Mariana Lucero y Mariela Romero

Publicado el 08 DE MARZO DE 2021

En el marco del 8 de marzo “Día de las mujeres trabajadoras” y ante la reciente sanción de la Res. 60/21 del Ministerio de Trabajo, que justifica la inasistencia al trabajo a personas con niños/as o adolescentes al cuidado cuando no concurran presencialmente a clases o tengan turnos acortados, es que nos preocupa el desconocimiento por parte del Gobernador de la Provincia de Mendoza, de no crear normativa al respecto para aplicarlo en la provincia, ninguneando la importancia de las tareas de cuidados en este reinicio tan particular de las clases presenciales.

El regreso a clases presenciales significa un gran alivio para que las infancias y adolescencias puedan ser acompañadas en el proceso de enseñanza-aprendizaje en contextos educativos acordes para ello. El trabajo de les docentes es irremplazable pero nos debemos preguntar quienes acompañan y garantizan el derecho a la educación. ¿Sobre quienes recaen estas tareas? Ante esta situación de tensión, ¿contamos con una Política de Estado  donde las familias sean corresponsables del cuidado con el Estado y el sector privado?.

Ante los arreglos institucionales de las escuelas para cumplir protocolos y no poder disponer de suficiente espacio para prevenir contagios se trastornan la organización de las familias como nunca;  generandoles situaciones muy difíciles de resolver, donde deben conciliar las jornadas laborales con el sistema de semi-presencialidad.

A esto se le suma la agobiante situación que atraviesan les trabajadores y particularmente las trabajadoras públicas de actividades esenciales, dado que se encuentran sobrerrepresentadas en el ámbito docente y de salud provincial, y que durante el año pasado estuvieron  exponiéndose al virus y también brindando sus herramientas y sobrellevando jornadas extenuantes para llevar a cabo tareas remotas, especialmente las docentes. Sumado a la alta precarización en las relaciones laborales y que no son reconocidos remunerativamente de acuerdo a la tarea que realizan, dado que la provincia es uno de las que encabeza el ranking de Canasta Básica Total más caras del país impactando en la disminución del poder adquisitivo de las trabajadoras esenciales.

Si las políticas al respecto desde el Estado provincial como empleador carecen de una mirada desde los cuidados y desde la perspectiva de género poco o nada sirven de ejemplo ante los restantes ámbitos laborales.

¿Quién asume estos trabajos para que luego la población económicamente activa produzca? ¿los cuidados no cuestan? ¿no son fundamentales? ¿al hablar de cuidados solo las familias son responsables? ¿no se puede conciliar el desarrollo de las actividades esenciales y el cuidado de les niñes y adolescentes?

Ante estos interrogantes se debe decir que la pandemia mostró que tenemos que tener la capacidad de ser flexibles, que muchas tareas pueden desarrollarse con la ayuda de las tecnologías, que nadie se salva solo, que no se llega lejos en soledad, que lo que hace une genera efectos en otres, que la empatía y la solidaridad deben ser los valores que primen entre otros aprendizajes. Pero también la pandemia visibilizó y profundizo la desigualdad social y las brechas de género.

Generó tensiones profundas en los hogares porque a las tareas domésticas y de cuidados, se sumó la carga de garantizar las tareas escolares junto a la prevención de los contagios de covid, en este sentido, es importante dimensionar los aportes de la comunidad educativa y familias para sostener la educación y la salud de las familias.

¿Y los cuidados son actividades ESENCIALES? La respuesta es un SI en mayúsculas, la emergencia socio-sanitaria ha demostrado que los CUIDADOS son tareas ESENCIALES para garantizar el bienestar de los hogares y comunidades, y en esta labor, somos las MUJERES Y DIVERSIDADES las principales RESPONSABLES en gestionar y garantizar los cuidados en la niñez. Por esto mismo, el retorno a clases presenciales tiene que considerar no sólo los riesgos socio-sanitarios y la salud de les docentes, sino también las tareas esenciales que garantizan el desarrollo de nuestra vida cotidiana.

Ante la realidad descripta la Res. 60/21 del Poder Ejecutivo Nacional, viene a reconocer la enorme responsabilidad de cuidar y combinar las tareas laborales, donde las mujeres quedamos tensionadas teniendo que resolver las demandas de cuidados, la organización familiar y los trabajos remunerados. En este contexto las familias deben disponer de más tiempo para garantizar la asistencia a clases de sus hijes. ¿Cómo es posible que NO IMPORTE EL TIEMPO y LAS TAREAS DE CUIDADOS de miles de familias? ¿Cómo es posible que se desconozca la sobrecarga de cuidados que tenemos las mujeres? A sabiendas que somos las más afectadas por los trabajos precarios, informales, el desempleo, la violencia doméstica y económica. ¿Cómo es posible que no se permita a las mujeres hacer uso de un derecho al que siempre por mandato patriarcal nos han delegado, nuestro DERECHO a CUIDAR? ¿Y cómo es posible que a los VARONES no se les permita hacerse cargo y responsabilizarse también de las tareas de CUIDADOS?

Ante esta situación solicitamos a las autoridades provinciales reveer la decisión de no aplicar la Res. 60/21 Ministerio de Trabajo de la Nación, solicitamos la creación de normativa ante el presente escenario inédito donde los cuidados sean un derecho, solicitamos que se reconozca el derecho a cuidar y ser cuidades, solicitamos políticas de cuidado integral para justamente hacer realidad el derecho a la educación de los niños, niñas y adolescentes.

Plataforma Cuidados Al Centro

Lic. Mariana Lucero-Lic. Mariela Romero

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