El regreso de los noventosos

Dos experimentados de la política local resurgen en dos debates: la corrupción, por un lado, y la Constitución de Mendoza, por el otro.

El regreso de los noventosos

Arturo Lafalla y Carlos Balter están de vuelta. Fotomontaje Unidiversidad.

Provincial

Unidiversidad

Jorge Fernández Rojas

Publicado el 21 DE JUNIO DE 2016

Uno fue gobernador de Mendoza y el otro intentó suceder al primero, sin éxito. Ambos fueron referentes de sus partidos durante la década del 90. Ambos compartieron un enemigo en su momento peligroso: el exbanquero Raúl Moneta, fundidor de los bancos provinciales.

El primero es el justicialista Arturo Lafalla; el segundo, el demócrata Carlos Balter. Ambos han reaparecido en la escena política después de la debacle de 2001 y de la década kirchnerista.

Lafalla resurgió de su propio silencio e irrumpió como un bólido encendido hacia dentro del peronismo. Balter emergió como reinventado presidente del PD y motorizando al partido provincial, tras un período de paulatino ostracismo en el escenario electoral con su tradicional impronta conservadora y antirreformista.
 

El lanzallamas de Lafalla

Quien fuera gobernador mendocino entre 1995 y 1999 apareció apuntando hacia Julio De Vido y la trama de la obra pública que comandó el exministro de Planificación, y hacia José López, el ejecutor de las políticas y de la estructura ilegal que se visualiza tras el episodio de los bolsones repletos de dólares. 

En ese contexto emerge la nota de opinión de Arturo Lafalla en Los Andes donde se despacha como referente peronista e increpa al kirchnerismo. “Frente a lo de López, escucho con estupor que por ejemplo Aníbal Fernández, la presidenta del PJ de Tucumán, el presidente del bloque del FpV de diputados de la Nación, Nilda Garré y otros tantos se rasgan las vestiduras y pretenden que hay un único responsable de esta vergüenza: López, y que ellos no sabían que esto ocurría. ¡¡Mienten!! Sí sabían y lo consintieron. De Vido es su cómplice, su jefe, su socio. López, con su notorio enriquecimiento mostrado por su ritmo de vida, conocido por todos ustedes, venía anunciando lo que hacía y lo mantuvieron 12 años como amo y señor de la obra pública. Hacían cola, de gobernadores para abajo, para que los atendiera y les dispensara favores del inmenso presupuesto que manejaba a discreción. ¡¡Y ahora nos quieren hacer creer que los sorprendió la noticia!! (…) ¿Se acuerdan de Sergio Acevedo, exgobernador peronista de Santa Cruz, quien en 2005 renunció por negarse a ser partícipe del sistema De Vido/López?”.

Así como hace notar en su texto a los apuntados, también resalta por su ausencia en el escrito la mención a la expresidenta Cristina Fernández, señalada desde el oficialismo como la responsable política máxima del escandaloso López.

Precisamente la expresidenta se destaca con el posteo desde su perfil de Facebook. Allí es donde Cristina Fernández apunta al corruptor más que al corrompido: “Yo quiero saber quiénes son, además del Ing. López (Secretario de Obras Públicas durante mi gestión), los responsables de lo que pasó. El dinero que el Ing. López tenía en su poder, alguien se lo dio. Y no fui yo. Ni ninguno de los miles de militantes que integran este espacio político. Que nadie se haga el distraído. Ni empresarios, ni jueces, ni periodistas, ni dirigentes. Cuando alguien recibe dinero en la función pública es porque otro se lo dio desde la parte privada”.
 

La contrarreforma de Balter

Lo sugerente fue el editorial que publicó el lunes 13 el diario La Nación con el llamativo título "La sabia Constitución mendocina". La publicación sale en defensa de la impronta del Partido Demócrata, que sigue sosteniendo la idea de oponerse a la reformulación total de la Carta Magna. Y si bien el presidente del PD niega cualquier influencia en ese editorial, estaba exultante porque su conducción, como aquella del año 2000, milita por la no reforma integral de la Constitución Provincial y a favor de las enmiendas por artículo.

En ese cuadro sostiene que todos los derechos que no están incluidos en la Carta Magna local, en especial los llamados de tercera generación, ya son contemplados por los acuerdos internacionales a los que suscribe Argentina, por lo cual podrían ser ratificados por leyes ordinarias en Mendoza. O sea, para el PD no hace falta reformar integralmente la regla fundamental mendocina. Balter dice que si hubiera voluntad política, como en el partido conservador que él preside, se podrían modificar los estatutos de cada uno de los partidos y se debería poner coto a las reelecciones consecutivas e indefinidas de los intendentes, y restringir o prohibir el nepotismo.

Como una respuesta a esa llamativa nota del también conservador diario porteño, el sábado 18, Los Andes (el centenario mendocino) fortaleció la impronta de Laura Montero con su gesta personal para reformar la Constitución de Mendoza. La vicegobernadora lleva adelante un programa de foros para definir una reforma integral de la Constitución de la Provincia. Lo hace con una entrevista a la vicegobernadora y remarca que se trata de una empresa política de la segunda en el mando provincial, mientras Alfredo Cornejo hace silencio y mira "de reojo” la actividad de Montero.

Lo curioso es que en la nota editorial de La Nación también pondera a Julio Cobos, el exgobernador, ex vicepresidente y actual senador nacional y, como si fuera poco, mentor político de Montero. Presten atención a este párrafo en que el editorialista de La Nación "enaltece" a Cobos: "El senador mendocino Julio Cobos, cuando anunció aspiraciones presidenciales hace un par de años, destacó las bondades institucionales de Mendoza y propuso terminar en todo el país con las reelecciones. Por eso es de esperar que se enfrenten estos intentos reformistas que degradarían las instituciones mendocinas, cuyo modelo debería, por el contrario, extenderse a todo el país". O sea, le pide a Cobos que sofrene a su seguidora Montero para que no avance con una reforma que incluya la reelección consecutiva del gobernador. 

Otro punto en cuestión es la distancia que Cornejo ha tomado con el asunto. Tanto Montero como Balter creen que el gobernador apoya sus disímiles posturas. Para Montero, haber inaugurado el ciclo de foros de reformistas junto al mandatario le dio un aval implícito a la idea. Balter pondera la actitud silenciosa de Cornejo: la interpreta como un gobernador concentrado en la gestión y lejano a las especulaciones reeleccionistas que siempre cruzan a la idea de la reforma constitucional.

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