La cobertura de la vacuna de sarampión, rubéola y paperas viene en caída en el país
En medio de un brote de sarampión que preocupa a especialistas y de una alerta epidemiológica de la OPS, Argentina cerró 2023 con apenas el 81,7 % de cobertura, lejos del 95 % recomendado por ese organismo internacional. La misma tendencia sigue Mendoza. El relajamiento social y la falta de campañas, entre las principales causas.

La disminución de la vacunación amenaza con reintroducir enfermedades que habían sido controladas en América Latina. Foto: Freepik
En un contexto regional de creciente alerta por el aumento de casos de sarampión, la vacunación se reafirma como una herramienta esencial para proteger la salud pública. Sin embargo, la disminución sostenida de estas tasas, especialmente en la cobertura de la vacuna triple viral (sarampión, rubéola y paperas) habilita nuevos brotes. Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Salud de la Nación, ninguna provincia logra alcanzar el umbral del 95 % de cobertura recomendado por la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que ya declaró la alerta epidemiológica en América Latina. Mendoza, por ejemplo, cerró 2023 con el 72 % de cobertura en la segunda dosis, mientras que otras jurisdicciones, como Buenos Aires o CABA, muestran cifras aún más alarmantes. Entre los principales motivos de esta baja, se mencionan un relajamiento social pospandemia, la poca percepción del riesgo y la escasa difusión de campañas de vacunación.
Para entender las causas de esta tendencia mundial y sus riesgos epidemiológicos, Unidiversidad entrevistó a Juan Pablo Petricca, médico pediatra e infectólogo del Hospital Humberto Notti. En diálogo con este medio, el especialista explicó por qué estamos frente a un escenario crítico y cuáles son las estrategias que deberían impulsarse para revertir esta tendencia preocupante.
Especialistas advierten que la disminución en la cobertura vacunal pone en riesgo la inmunidad de rebaño y la salud de toda la población. Foto: ChatGPT
¿Por qué es tan importante mantener altas tasas de vacunación?
La OPS recomienda una cobertura superior al 95 % para mantener el control epidemiológico de sarampión, rubéola y paperas. Sin embargo, los números actuales están lejos de ese objetivo. En Argentina, la vacunación contra el sarampión comenzó en 1965, y en 1998 se introdujo la vacuna triple viral con un esquema de dos dosis: la primera, a los 12 meses de edad, y la segunda, a los 5 años. Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Salud de la Nación, Mendoza se encontraba en 2023 en el 92,9 % de cobertura para la primera dosis y el 72 % para la segunda; en provincias como Buenos Aires o CABA, los niveles estaban por debajo del 50 % para ese mismo año. La situación es aún más crítica en esos distritos en menores de 12 meses, que deberían recibir la primera dosis a esa edad.
En el informe de esa cartera de salud publicado por la Sociedad Argentina de Pediatría, durante este año se registró en toda América un aumento del 170 % en los casos confirmados de sarampión durante enero y febrero, en comparación con el mismo período del año anterior. En 2024, se notificaron 72 casos confirmados, mientras que, en 2025, la cifra ascendió a 195 casos.
Entre 2019 y 2023, la provincia de Mendoza registró una caída del 22,2 % en la cobertura de la vacuna triple viral en edad escolar, una cifra que preocupa a especialistas y autoridades sanitarias por su impacto en la inmunidad colectiva. Argentina continúa siendo un país libre de circulación endémica del sarampión y todos los casos confirmados hasta el momento son importados. De esta manera, el alerta está enfocado en la baja de las tasas de vacunación, lo que pone en evidencia un riesgo latente de reintroducción del virus.
En este sentido, Petricca señaló que las vacunas no solo protegen de manera individual a quienes las reciben, sino que también generan lo que se conoce como inmunidad de rebaño. Además, advirtió sobre las graves consecuencias de esta tendencia y subrayó la necesidad urgente de reforzar la difusión y la concientización social. “Los niveles de vacunación vienen bajando mucho en los últimos años. En general, en Latinoamérica se había logrado erradicar enfermedades como el sarampión, la poliomielitis o la rubéola. Sin embargo, a partir de 2019, hemos visto un descenso importante en las tasas de cobertura”, informó Petricca.
Respecto de las consecuencias de esta caída en la vacunación, el infectólogo explicó: “Cuando una persona se vacuna, no solo se protege a sí misma, sino que también genera inmunidad de rebaño. Si los niveles de vacunación bajan, el riesgo de brotes crece exponencialmente. Esto es lo que ocurrió hace unas semanas en Buenos Aires, donde dos pasajeras rusas con sarampión provocaron un contagio extensivo”.
En Argentina, solo el 81,7 % de niños y niñas recibió la primera dosis de la vacuna triple viral en 2023. Foto: Freepik
¿Qué factores explican la caída de las tasas de vacunación?
Respecto de las causas del descenso en la cobertura de vacunas, Petricca consideró que se trata de un fenómeno multifactorial. Entre los principales motivos, mencionó el relajamiento social pospandemia, la baja en la percepción del riesgo y la escasa difusión de campañas de vacunación.
“El movimiento antivacunas puede ser una de las explicaciones, pero creo que lo que más influye es una sensación de relajación social y la falta de difusión sobre la importancia de vacunarse. Hoy no vemos muertes masivas por enfermedades inmunoprevenibles como sarampión, rubéola o varicela, y eso genera una falsa sensación de seguridad. Sin embargo, las generaciones mayores saben lo que era convivir con esas enfermedades: chicos con secuelas de poliomielitis, muertes por viruela o paperas”, explicó. Además, reconoció que, aunque los movimientos antivacunas existen, su impacto es menor que la falta generalizada de información: "La gente no sabe, por ejemplo, que cada ciertos años se realizan campañas de refuerzo para sarampión y rubéola. Falta comunicación clara y constante".
La inmunidad de rebaño protege incluso a quienes no se vacunan; su pérdida pone en riesgo a toda la comunidad. Foto: Freepik
La falta de campañas de difusión y el rol del Estado
Otro de los puntos críticos que destacó Petricca fue la ausencia de campañas masivas y sostenidas que refuercen la importancia de completar los esquemas de vacunación. "Vemos campañas importantes para la vacuna contra la gripe, pero no para otras vacunas igual de fundamentales, como la triple viral", lamentó. Según el especialista, esta falta de comunicación contribuye a que las familias posterguen o directamente omitan las aplicaciones necesarias, especialmente en el caso de la segunda dosis, que en Mendoza y otras provincias registra tasas de cobertura muy bajas.
Por otro lado, el médico pediatra del Notti fue categórico sobre el rol que deberían cumplir el Estado nacional y el provincial: "Argentina tiene uno de los calendarios de vacunación más completos del mundo, y eso debe ser motivo de orgullo. Pero no alcanza con tener las vacunas disponibles: el Estado debe fortalecer la obligatoriedad, mejorar la difusión y garantizar el acceso a la información". Para Petricca, el gran desafío actual es concientizar a la población sobre el valor de la vacunación como política de salud pública: "Lo que nos está faltando como comunidad es volver a poner en primer plano la importancia de las vacunas. Para eso, la información veraz y continua es clave".
La falta de campañas masivas y sostenidas debilita los esfuerzos por mantener altas coberturas vacunales. Foto: Freepik
Sarampión: síntomas, riesgos y complicaciones
Consultado sobre las manifestaciones clínicas del sarampión, el infectólogo explicó que la enfermedad se presenta inicialmente con fiebre y un brote en la piel (exantema). Sin embargo, en una segunda etapa, el virus puede afectar órganos vitales, como el corazón, los riñones, el hígado y el sistema nervioso central. "Las neuropatías por sarampión, si bien son raras, pueden ser gravísimas. En personas no vacunadas, la infección puede ser catastrófica", remarcó.
Petricca señaló que el sarampión es "una enfermedad tremendamente contagiosa" y que, en ausencia de altas coberturas vacunales, un solo caso puede desencadenar un brote. "Una persona infectada puede contagiar a entre 16 y 18 personas en menos de dos horas", alertó. Esta alta capacidad de transmisión, sumada a las brechas actuales en vacunación, eleva considerablemente el riesgo de brotes autóctonos en el país.
Finalmente, Petricca insistió en que la vacuna triple viral es una herramienta fundamental de prevención: "Desde el punto de vista médico, es uno de los inventos más importantes del siglo XX. No solo evita casos graves, sino que también salva millones de vidas en las últimas décadas".
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