Economía circular, la opción necesaria para la recuperación post pandemia
Este modelo, distinto al sistema lineal actual, puede ayudar a cambiarlo todo. Analía De Gumucio, ingeniera y docente de la UNCUYO, explicó cómo se puede aplicar en el país y en la vida cotidiana.
Fotos: web
Fabricar, usar y tirar. Ese es el modelo de negocio que predomina en el mundo, un sistema despilfarrador que, a medida que pasó el tiempo, reveló su balance negativo: condujo a la desigualdad social, a la inestabilidad financiera, a la degradación ambiental y al incremento de los residuos en tierras y océanos. Frente a esto, la economía circular ofrece crecimiento económico y generación de empleo sin comprometer al medio ambiente, y se posiciona como alternativa para la recuperación tras la pandemia de coronavirus. ¿Cómo aplicar este modelo en el país y en la vida cotidiana?
Para quienes plantean que el planeta no puede seguir siendo explotado a este ritmo, el camino es escapar del sistema lineal actual en el que todo lo fabricado tiene un final, los productos tienen una corta vida útil o, incluso, un solo uso. Este cambio de paradigma planteado por la economía circular se está ubicando como la opción necesaria para la recuperación de la economía global post pandemia.
Analía Verónica De Gumucio, ingeniera en Medio Ambiente y Recursos Naturales, comentó a Unidiversidad: “Desde la revolución industrial hasta nuestros días, la producción y el consumo han seguido un modelo totalmente lineal: extraer, producir, consumir y desechar a niveles cada vez más crecientes dentro de un planeta finito. La economía circular es un nuevo modelo, una alternativa responsable donde el ciclo de extracción, producción, consumo y desecho se cierra en sí mismo a través de acciones en los diferentes niveles de la cadena de valor”.
Desde esta perspectiva, consumimos y desechamos a un ritmo tal que hemos llegado a poner en riesgo el equilibrio de los ecosistemas. Esto, debido a la contaminación ambiental generada por la extracción indiscriminada de recursos naturales y producción de residuos. Por eso, a través de una forma circular de economía, se busca extender la vida útil de los productos, construir una sociedad más consciente y lograr una industria que apueste a reutilizar, reciclar y redistribuir.
"La pandemia nos ha puesto en una situación en la que evaluamos cuáles son nuestras necesidades más importantes de satisfacer y cuáles son secundarias, y también las que son verdaderamente inútiles. Se nos han hecho evidentes nuestras debilidades y ante nosotros se ha desnudado la mirada de nuestras sociedades. Es imperante aprender de esta triste lección que ha recibido la humanidad para migrar hacia actitudes más sanas hacia nosotros como seres humanos, hacia nuestra sociedad y hacia el planeta", afirmó sobre el contexto actual la también docente de la UNCUYO.
Ni moda ni filantropía
La economía circular no es reciclaje ni una moda, ni tampoco filantropía. A estos conceptos suele relacionarse este modelo pero de manera equivocada, aseguró la docente de la UNCUYO, que indicó que de lo que se trata en realidad es de “una alternativa de producción y consumo ambientalmente sostenible, socialmente incluyente, económicamente rentable y permanente en el tiempo”.
Muchas veces se confunde a la economía circular con el reciclaje, pero este no es más que la punta del iceberg ―explicó― ya que también incluye reparación, reutilización, remanufactura, rediseño y regulaciones. “Este nuevo paradigma cada día se instala de manera más firme, toda vez que las empresas encuentran en ella nuevas oportunidades de negocios. Demanda una trazabilidad totalmente transparente, desde la extracción hasta el desecho final de los residuos”, sostuvo De Gumucio.
Transición hacia una economía circular
Según un informe publicado por el Foro Económico Mundial en enero de 2021, la transición hacia una economía circular posibilitaría la extracción de mayor valor de los recursos ya utilizados y reduciría la degradación ambiental, además de ofrecer alrededor de 4,5 billones de dólares para el mercado. A su vez, abarca varios objetivos de la Agenda 2030 de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) como una alternativa de desarrollo considerada económicamente viable, socialmente incluyente y ambientalmente sostenible.
¿Pero cómo se aplica? De Gumucio comentó que existen varios modelos de negocio entorno a la economía circular. Uno es el relacionado a la extensión del ciclo de vida de los productos, en el que estos son de larga duración y se recambian solo las partes dañadas. Otro es el que busca la recuperación de los recursos mediante la reparación, el reciclaje y la reutilización de materias primas.
A su vez, a través del rediseño de los productos, se puede lograr una economía circular al lograr que lo fabricado sea completamente desarmable y pueda ser reparado fácilmente. Otros modelos de negocios, explicó la especialista, son los de las plataformas compartidas –en el que las empresas comparten datos e investigaciones– y el que considera al producto como servicio –los productos son de larga vida, requieren mantenimiento y soporte empresarial–.
Gráfico: ONU
Para lograr una transición hacia la economía circular, la sociedad entera debe estar implicada. “Son muchas las acciones que se deben llevar adelante para migrar hacia la circularidad y va en función de las acciones de todos los sectores: el sector privado, el Estado, las universidades, los medios de comunicación, entre otros”, afirmó la ingeniera.
Para esto, se debe determinar qué compañías existen y cuántas, la materia prima, los insumos y los residuos de cada empresa. En palabras de De Gumucio, hay que cambiar el modelo de consumo, aplicar regulaciones, incentivos, subsidios y políticas económico-ambientales, impulsar la investigación y el desarrollo, además de generar conciencia sobre la protección ambiental y el consumo responsable.
Beneficios de la economía circular
El objetivo de esta forma de economía es crear contextos que se adapten para producir una riqueza sustentable, con cero emisiones contaminantes y menos desperdicios, por lo que sus beneficios se dan en diferentes niveles, señaló la ingeniera.
En cuanto a las empresas, los beneficios están en el ahorro tanto de consumo de recursos por uso eficiente de materia prima como de procesos energéticos, mayor factibilidad de inversiones y subsidios, y acceso a reconocimientos y premios. A nivel socioeconómico, la circularidad aporta la generación de nuevas fuentes de empleo, crecimiento industrial y económico, creación de nuevas pymes y desarrollo social, aseguró la especialista.
Por otra parte, a nivel ambiental, los beneficios se relacionan con la reducción en la extracción de los recursos naturales, la eliminación de fuentes de contaminación por gestión adecuada de residuos, el equilibrio de los ecosistemas y la oportunidad de estos para regenerarse, entre otros.
Circularidad en la vida cotidiana
La economía circular no debe verse como algo exclusivo del sector empresarial, sino que, según De Gumucio, se puede aplicar en cada hogar desde el momento en el que rechazamos productos que tienen una vida útil muy corta, como las bolsas plásticas; que reutilizamos productos para otras funciones, como los envases de gaseosas, o reparamos lo que está averiado antes de comprarlo nuevo.
También somos parte de la circularidad toda vez que regulamos nuestro consumo optando por productos naturales, orgánicos o agroecológicos, reformamos la vivienda para usar energía solar o sistemas de calefacción y refrigeración naturales, y reciclamos adecuadamente los residuos.
Aplicación en Argentina y otros países
La ingeniera en Medio Ambiente y Recursos Naturales señaló que la economía circular es un modelo relativamente nuevo para el mundo y que su avance ha sido paulatino. Existen empresas circulares en países europeos y latinoamericanos. “Argentina, como otros países, está en camino de comprender la economía circular en el sentido de que en este momento se encuentran referentes que la confunden con el mero reciclaje”, comentó.
Como todo paradigma, requiere comprensión y tiempo para instalarse poco a poco en el país y en el mundo, explicó De Gumucio. Para ella, lo importante es aplicar este modelo de economía antes de alcanzar el "punto de no retorno, en el que finalmente el planeta será incapaz de regenerarse y estaremos junto a todas las especies al borde de la extinción".
Para esto, es necesario actuar de forma simultánea entre todos los actores de la sociedad: el Estado, el sector privado, los consumidores, las universidades y los medios de comunicación. "Todo esfuerzo será vano si no cooperamos en la construcción de un lugar más sano, inclusivo y digno para todos los seres humanos", dijo la docente de la UNCUYO.
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