La robótica avanza con fuerza en Mendoza y se consolida como un punto estratégico tanto para el desarrollo productivo como para la formación académica. Mientras las empresas e industrias locales comienzan a incorporar tecnologías automatizadas para aumentar su competitividad, la provincia vive un crecimiento sostenido en la educación robótica en todos los niveles: desde las experiencias tempranas en el Colegio Tomás Alva Edison, Probot School o talleres en Cerebro Curioso hasta, por ejemplo, la consolidación de la carrera de Ingeniería en Mecatrónica de la UNCUYO, donde la demanda estudiantil se ha multiplicado de manera exponencial.

Este impulso también abre un debate siempre presente, pero central para el entramado social: ¿cuál es el verdadero costo-beneficio de incorporar robots en los procesos de producción? Mientras algunas voces plantean preocupaciones sobre el impacto en el empleo y la inversión inicial necesaria, otras destacan los beneficios asociados a la seguridad, la especialización del personal y a la posibilidad de reconvertir tareas hacia actividades de mayor valor agregado. La discusión ya forma parte del análisis que empresas, instituciones educativas y especialistas realizan para responder si la robotización podría convertirse en una ventaja estratégica para la provincia en múltiples sectores como el vitivinícola, minero, de alimentos, logística, entre otros.

En las aulas del Colegio Tomás Alva Edison, niños niñas y adolescentes trabajan con robótica desde edades tempranas. Foto: Freepik.

La formación temprana como base del futuro tecnológico

¿Qué es la robótica? La robótica puede definirse como una disciplina transversal que integra distintos campos de la ciencia y la tecnología, orientada al diseño, construcción y programación de máquinas capaces de realizar una amplia variedad de tareas de manera autónoma.

Roberto Haart, docente de la cátedra Robótica II de la carrera de Ingeniería en Mecatrónica de la UNCUYO, el aumento del interés estudiantil en estos campos es evidente. “En la actualidad noto algo muy importante: en los últimos años creció la demanda por formarse en estas áreas. Desde el ámbito universitario, observo que la carrera de Mecatrónica de la Facultad de Ingeniería tenía, hasta hace dos años, un cupo de ingreso de tan solo 25 estudiantes. Hoy la situación cambió drásticamente, ya que el cupo se liberó. De 25 estudiantes pasaron a ser 100. Se cuadruplicó el ingreso”.

Este aumento —explica el docente— está en línea con un interés creciente que empieza mucho antes del ámbito universitario. “Hoy tenemos alumnos de primaria y secundaria muy vinculados al tema. Por eso mencionamos y motivamos al colegio Tomás Alva Edison, donde chicos de primaria y secundaria se enganchan con la robótica desde edades muy tempranas”.

Graciela Bertancud, presidenta y fundadora del Colegio y la Fundación Tomás Alva Edison, explica que el fortalecimiento de la robótica en la provincia no es casualidad. “Desde el colegio implementamos talleres y escuelas de robótica. Fuimos la primera escuela de robótica del país donde asistieron chicos que no eran de nuestra institución, sino de otras escuelas y distintos lugares de Mendoza. Por aquí pasaron más de 3000 alumnos”.

También podemos mencionar a Probot School, institución que nació como resultado de una alianza cooperativa entre la Fundación Tomás Alva Edison, el GRUM (Grupo de Robótica) de la Universidad de Mendoza y la UTN Facultad Regional Mendoza (UTN-FRM). En la actualidad, el proyecto articula además con la Universidad de Mendoza, la UTN-FRM y la UNCUYO. La propuesta está orientada a la formación temprana en robótica en niños, niñas y adolescentes desde los 8 años con interés en la robótica y la programación, y promueve una formación temprana para jóvenes entusiastas y proactivos.

Debido a este crecimiento, el Colegio Tomás Alva Edison además amplió su oferta educativa: “No solo contamos con un nivel inicial e intermedio, sino que recientemente incorporamos tres carreras: tecnicaturas de Inteligencia Artificial y Ciencia de Datos; Software y Robótica. De esta forma, estamos comprometidos en preparar jóvenes para que tengan una rápida inserción laboral en estos temas. Por lo tanto, creemos que estamos en el camino correcto en este proceso de formar a los chicos en estas habilidades y disciplinas”.

En el ámbito académico, la UNCUYO también ofrece formación vinculada a estas tecnologías a través del Instituto Balseiro. Si bien no cuenta con una carrera específica en robótica, su propuesta educativa en Ingeniería Mecánica, Telecomunicaciones, Física e Ingeniería Nuclear constituye una base sólida para el desarrollo en este campo.

La relación entre el Balseiro y la robótica se apoya en dos pilares fundamentales:

• Formación multidisciplinaria: las carreras brindan conocimientos clave en mecánica, electrónica, programación e inteligencia artificial, indispensables para el diseño y construcción de sistemas robóticos.
• Proyectos de alto nivel: egresados y egresadas del instituto han desarrollado iniciativas destacadas, como rovers lunares y robots submarinos, que obtuvieron reconocimiento internacional.

Desde la UNCUYO, el Instituto Balseiro también aporta una formación multidisciplinaria clave para el desarrollo de proyectos robóticos de alto nivel. Foto: Instagram @spacebeetech.

Capacitación y demanda empresarial: un sector en transformación

Haart contextualiza el escenario internacional para comprender la tendencia local: en 2017 se produjo el segundo gran hito mundial de la robótica con la aparición de los cobots —robots capaces de trabajar junto a las personas—, mientras que el primero ocurrió en los años 80, con la industrialización de los robots. Hoy, estas tecnologías se expanden hacia múltiples áreas: fabricación, logística, seguridad, alimentos, medicina e incluso el sector aeroespacial.

En nuestra provincia, estas transformaciones ya se sienten. “En lo concreto: Argentina y Mendoza tienen una oportunidad de oro, como tantas que surgieron en algún momento, y deberíamos darnos cuenta y aprovecharla”. El docente observa un ecosistema en efervescencia: “Hay un caudal impresionante de estudiantes ávidos y motivados por aprender tecnología. En aprender no solo robótica, sino también informática, programación y automatización”.

Para Haart, las empresas nacionales desarrollan soluciones personalizadas, al tiempo que se incorporan tecnologías como robots humanoides y vehículos autónomos en sectores estratégicos como la industria automotriz, minera y petrolera, con el objetivo de mejorar la eficiencia y reforzar la seguridad laboral.

Industria manufacturera y electrónica

• Robots de paletizado y encajonado en plantas de pintura para logística de exportación.
• Brazos robóticos destinados al ensamblaje de componentes pequeños en sectores automotriz y electrónico, como cámaras y módulos de control.
• Sniffers robóticos para la detección de fugas de gas en bases de aires acondicionados.
• Robots SCARA utilizados en tareas de ensamblaje de alta precisión.

Logística y almacenamiento

• Depósitos automatizados y sistemas de paletizado para el manejo de grandes volúmenes de mercadería.
• Vehículos autónomos destinados al transporte interno dentro de plantas industriales.

Seguridad y rescate

• Perros robóticos, como Spot y B2, empleados en patrullaje, reconocimiento facial en fuerzas policiales y localización de personas atrapadas bajo escombros.
• Drones utilizados para exploración y monitoreo en entornos industriales y zonas afectadas por desastres.

Salud

• Sistemas de cirugía robótica Da Vinci implementados en hospitales para intervenciones de alta complejidad.

Oil & Gas y minería

• Robots humanoides diseñados para operar en entornos peligrosos, con alta exposición física para las personas.

La robotización avanza en Argentina, con una adopción creciente en sectores industriales estratégicos. Foto: Freepik.

A la hora de ver la vinculación entre las empresas, la industria y la formación, Bertancud sostiene que el crecimiento de la robotización en las empresas mendocinas es constatable. “Nosotros vemos claramente que el empresariado está creciendo en estas temáticas. En distintas áreas están robotizando, están usando inteligencia artificial para mejorar su productividad”. En esa línea, la institución articuló un trabajo estrecho con el sector privado.“Desde la Fundación y el colegio hemos trabajado mucho con los empresarios, pidiéndoles información sobre sus necesidades e inquietudes. En función de eso, intentamos dar respuesta desde nuestra tecnicatura”.

La tecnicatura en robótica surge como respuesta directa a esas necesidades. “Sin el sector privado, esta tecnicatura no hubiera sido posible, porque son ellos quienes enviarán a sus empleados para que cursen y aprendan a manejar sus propios robots. Hoy, por ejemplo, algunos empresarios han comprado robots sin asesoramiento ni acompañamiento y su curva de aprendizaje es muy compleja. Pueden ser excelentes en su rubro —venta, logística, producción—, pero no tienen expertise en robótica”.

Empresas mendocinas incorporan robots y sistemas automatizados para mejorar productividad y seguridad en los procesos. Freepik.

Siguiendo esta línea, un informe reciente elaborado por la consultora Softtek, que analizó 25 tendencias tecnológicas emergentes, ubicó a los robots de nueva generación y a los cobots en el segundo puesto del ranking global, al mismo nivel que la inteligencia artificial general. El relevamiento confirma el creciente protagonismo de estas tecnologías en los procesos productivos.

“Los robots colaborativos representan mucho más que una evolución tecnológica: son un catalizador de transformación organizacional. Al trabajar junto a las personas, no solo optimizan procesos, sino que reconfiguran la manera en que concebimos la productividad y la seguridad en los entornos de trabajo”, señaló Martín Medina, Service Manager & Offer Leader RPA en Softtek.

Si bien el nivel de robotización en Argentina aún se encuentra por debajo del promedio internacional —con 25 robots cada 10.000 trabajadores industriales, frente a los 151 del promedio mundial, según la International Federation of Robotics—, la adopción comienza a acelerarse. Sectores como el automotriz, la electrónica, la industria alimentaria y la logística ya integran robots colaborativos en sus procesos, mientras que en polos industriales como Tierra del Fuego estas tecnologías forman parte del ciclo productivo completo en plantas electrónicas.

Un informe de Softtek posiciona a los robots de nueva generación entre las principales tendencias tecnológicas a nivel global. Foto: Freepik.

El debate sobre el costo-beneficio de incorporar robots

La robotización también genera debates profundos en torno a su impacto. Haart lo resume así: en Argentina, los gremios suelen plantear que un robot “quita puestos de trabajo”, especialmente en sectores como el automotriz. “En mi experiencia y opinión, el debate es constante y en Argentina intervienen muchos gremios. Entonces aparece la idea de que un robot en la industria automotriz, por ejemplo, ‘quita puestos de trabajo’. Y algunos gremios sostienen: ‘No sirve el robot’”.

El docente plantea que muchas tareas podrían desaparecer, pero eso no implica pérdida netas de empleo: “Muchas actividades ya desaparecieron y eso no implicó que las personas dejaran de tener trabajo. Hoy podemos decir que muchas tareas desaparecerán en los próximos 10 o 15 años y eso no significa que el ser humano perderá trabajo, sino que transformará su actividad”.

Uno de los puntos clave, explica, es la seguridad del trabajador y la trabajadora: “Uno de los aspectos más importantes de la robótica, y totalmente beneficioso, es que el robot puede realizar actividades que hoy hace el ser humano en condiciones de riesgo o hacer tareas que generan enfermedades crónicas”.

Bertancud complementa esta visión desde una perspectiva educativa. La robótica no desplaza a las personas, sino que exige nuevas competencias. “Quiero hacer una salvedad, porque muchas veces esto se percibe como una amenaza, como si en algún punto los robots fueran a dominar el mundo o a actuar sin intervención humana. Quiero aclarar que los robots funcionan con energía, y esa energía debe ser administrada y controlada por una persona. Nunca un robot va a quedar sin supervisión humana, siempre dependerá de la interacción con un humano”.

E insiste en la importancia de la formación: “Por eso, es fundamental preparar a los chicos para que puedan ser ese humano que articule o interactúe con estas máquinas de forma asertiva, controlando su funcionamiento óptimo. En ese sentido, es importante entender que los robots no nos van a superar ni reemplazar. Lo que sí puede ocurrir es que reemplacen a quienes no ingresen en esta dinámica y no se formen en estos temas. Lo mismo está pasando con la inteligencia artificial”.

La provincia será sede, por primera vez, de la prestigiosa First Tech Challenge en 2026, con escuelas que competirán por un lugar en el Mundial de Houston. Foto: Freepik.

Una competencia global llega a Mendoza

El ecosistema robótico mendocino tendrá un hito sin precedentes: en marzo de 2026 se realizará por primera vez en la provincia la First Tech Challenge (FTC), una de las competencias internacionales de robótica más importantes del mundo. El evento convoca a equipos que deben construir robots capaces de resolver misiones vinculadas con desafíos ambientales.

Bertancud confirmó el anuncio: “A fines de febrero y principios de marzo vamos a traer la competencia de First Tech Challenge, que es la competencia global de robótica más grande del mundo. Está presente en 191 países y representa un gran desafío: lo mismo que se ve en China o en Alemania se verá acá en Argentina. El equipo que gane representará al país en el Mundial de Houston”.

El Colegio Tomás Alva Edison llegará con antecedentes sólidos: en 2023 logró el subcampeonato internacional. Las inscripciones para la edición 2026 ya se encuentran abiertas mediante formulario, y cualquier escuela o grupo de estudiantes puede participar.