Las esquinas y los avioncitos de San Martín

“Hasta cuándo esperamos declarar nuestra independencia. ¿No le parece a usted una cosa bien ridícula, acuñar moneda, tener el pabellón y cucarda nacional y por último hacer la guerra al soberano de quien en el día se cree dependemos? ¿Qué nos falta más que decirlo? Por otra parte, ¿qué relaciones podremos emprender, cuando estamos a pupilo? (...) Ánimo, que para los hombres de coraje se han hecho las empresas” Carta de José de San Martín a Tomás Godoy Cruz. Mendoza, 12 de abril de 1816.

Sociedad

#12 - Bitácora de la Independencia

Edición U

Jorge Fernández Rojas

Publicado el 03 DE JULIO DE 2016

Emancipación, independencia, revolución, monarquía constitucional, confederación y centralismo porteño; todos estos términos revueltos y ordenados se leerán de aquí en más en estas páginas. Sonarán como argumentos del diagnóstico del período del embarazo argentino con fecha de parto –por cesárea– el 9 de julio de 1816 y con los primeros síntomas de gestación el 25 de mayo de 1810.

Estamos a punto de leer un trabajo historiográfico con formato periodístico. En los materiales contenidos en este número de Edición U, inusualmente, sus periodistas fueron compiladores de las miradas de los historiadores de la Universidad, por la incesante necesidad de comprender lo que pasó hace 200 años.

Por otro lado, nuestro mendocinismo pudo más. A fuerza de ver con cierta frecuencia al actor Martín Neglia encarnando a José de San Martín, y al ubicar esa imagen evocativa en distintos escenarios actuales, que son nuestros y cotidianos, se hicieron ver esas historias imaginarias que llevaron a conocer de cerca a los personajes que ayudaron al entonces coronel a transformarse en prócer americano.

Por ejemplo, dibujemos a Neglia reviviendo a San Martín en la esquina de su avenida (San Martín) y la calle Juan Agustín Maza. Allí parado, frente a la Alameda, decide que el abogado homónimo, quien era letrado del Cabildo en 1815 –de pensamiento federal y amante de la libertad, según la historiadora Adriana Micale– será uno de sus diputados en el Congreso de Tucumán.

San Martín sigue caminando por su vía, cuatro cuadras hacia el sur, se detiene en la esquina de Godoy Cruz y piensa en que este otro abogado, de ideales independentistas y liberales, quien era apoderado del Cabildo, será su hombre, su operador político para llegar a Pueyrredón (director supremo) y convencerlo de que debe sostener la empresa emancipadora por la ruta trasandina, mientras Güemes aguanta con sus gauchos la embestida goda por el norte. Es decir, Godoy Cruz debía poner a Pueyrredón frente a San Martín y lograr que el Director Supremo, con la independencia declarada, respaldara institucionalmente al Ejército Libertador que el Gobernador Intendente de Cuyo amasaba artesanalmente aquí en Mendoza.

La escena se completa con San Martín escribiendo cartas con mucha ansiedad para alimentar aquella idea independentista y resistir la confederada señal de Artigas y sus pueblos libres del Sud, la contracara del Congreso tucumano. Luego, en esta historia imaginaria, esas poéticas cartas, la mayoría dirigidas a Godoy Cruz, son plegadas por San Martín en forma de avioncitos de papel, tal como lo imaginó nuestro ilustrador Pablo Pavezka, para lanzarlas hacia el aire y que atraviesen los tiempos.

Aquí se leerá parte del pensamiento de esos hombres que ahora son nombres de calles mendocinas. Bienvenidos entonces a este rescate promovido por la UNCUYO. Mientras, Neglia, enfundado de San Martín, camina por Godoy Cruz hacia la esquina con 9 de Julio…